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martes, 12 de noviembre de 2024

Broken: Capítulo 6

 


17 años antes

Jae Joong tomó un trago de su cerveza y se concentró en sus cartas, estaba a punto de ganar en ese juego hasta que llegó alguien y lo sacudió de los hombros y le dijo en su oído “Ya llegó YunHo”, lo que hizo que se distrajera por tan solo unos segundos y la otra persona ganara el juego. 

-Maldición Heechul, me hiciste perder – regañó Jae Joong a su amigo con la cara roja mientras que el otro joven se estaba riendo de él.

-No tenías por qué distraerte – 

-Sabes que si… - dijo Jae Joong mirando hacia donde estaba YunHo con sus amigos,  con una cerveza en su mano y riendo de lo que sea que estuvieran hablando entre ellos.

-¿Qué ha pasado entre ustedes dos? – preguntó Heechul sentándose al lado de Jae Joong y abriendo una cerveza para él.

-Nada… no hemos hablado – dijo algo serio el estudiante. 

-Bueno… esta esta es tu oportunidad entonces, ve y háblale – 

-No quiero, me dejó de hablar de la nada después de nuestra cita en el café – dio un largo trago a su bebida. – Tal vez solo se dio cuenta que no le gusto y ya – 

La verdad era que Jae Joong estaba muy dolido y molesto por la repentina desaparición de YunHo. Después de pasar horas hablando en la cafetería fueron a cenar a un lugar que recomendó Jae Joong y al salir YunHo lo acompañó a su departamento, se dieron un largo abrazo de despedida y YunHo le dio un beso en la mejilla. Había disfrutado mucho aquella cita y estaba seguro que el otro joven también lo había hecho, o al menos estuvo seguro de ello los primeros dos días hasta que YunHo dejó de responder sus mensajes y Jae Joong comenzó a cuestionarse todo.

-Yo creo que si le gustas… desde que llegó no ha dejado de voltear a verte – 

Jae Joong volteó cuando le dijo eso Heechul y cruzó miradas con YunHo, ambos la desviaron de inmediato. 

Era la fiesta que organizaron entre los instructores del departamento de radiología, la cual estaba planeada para principios del semestre pero por una u otra razón terminó aplazándose hasta mediados de mayo, casi a finales del semestre. 

En varios momentos de la fiesta, mientras cenaba, mientras tomaba, mientras jugaba incluso con sus amigos, volteaba a verlo y sus miradas eran correspondidas. Incluso en una ocasión estuvieron juntos y se saludaron e intercambiaron algunas palabras. 

-¿Por qué no le hablas? – preguntó uno de sus amigos cuando estaban sentados en una hielera. 

-Me da pena, está ahí, rodeado de los demás pasantes, yo no les hablo a ellos – respondió Jae Joong.

-¿Y qué?, ya lo he atrapado como diez veces en toda la noche volteándote a ver, se nota que quiere hablarte pero tampoco sabe cómo acercarse a ti – 

-Pues que lo haga, él me dejó de hablar de la nada, no sé que decirle si a mi parecer hace unos días él era quien no quería hablar conmigo – 

-Dios, que complicados son, se nota que se mueren el uno por el otro, deberían solo irse a besar estando borrachos los dos a algún cuarto de la casa – 

-No creo que eso suceda – dijo Jae Joong mientras miraba molesto a YunHo, cuando este le volvió a sostener la mirada se terminó su cerveza y fue a prepararse una bebida con Heechul para poder unirse al resto del grupo que estaba jugando. 

Jae Joong tenía un objetivo esa noche y era divertirse. Se veía y se sentía muy bien esa noche, siempre y cuando ignorara a YunHo. YooChun lo había ayudado a arreglarse como siempre y cada vez que recibía miradas del pasante solo podía recordar las palabras de su mejor amigo mientras peinaba su cabello horas antes de la fiesta “Nadie le deja de hablar a mi mejor amigo sin arrepentirse por ello”. Y al parecer YooChun había logrado justo lo que quería, que Jae Joong llamara la atención de YunHo en esa fiesta. En el fondo esperaba que realmente se estuviera arrepintiendo de no hablarle en más de una semana.

Heechul gritó cuando perdió en el juego contra otros diez compañeros, el perdedor tendría que tomarse un vaso lleno de una mezcla de diferentes tipos de alcohol. Jae Joong hizo cara de asco cuando su amigo tomó el vaso, ahí debía haber al menos soju, cerveza, tequila e incluso vodka. 

-No puedo tomar todo esto – gritó Heechul

-Tienes que hacerlo – le dijo Jae Joong riendo

-Ayúdame – intentó darle el vaso y Jae Joong fingió arcadas y lo alejó. 

-Ni loco – 

-Anda Jae Joongie, no puedo ponerme tan ebrio – 

-Claro que si – 

-No más ebrio que tú, anda, toma la mitad y estaremos igual – 

Jae Joong lo meditó unos segundos, la mezcla realmente se veía asquerosa, pero si lo tomaba rápido tal vez podría dejar pasar el sabor. Tomó el vaso y bebió un gran trago de golpe, de todos modos no tenía ningún compromiso al día siguiente, podría obligar a Heechul a comprarle un buen almuerzo para curar la cruda por la mañana.

A media noche, cuando por fin pusieron una buena playlist para bailar, YunHo se acercó a él mientras bebía otra cerveza y bailaba con Heechul. 

-Hey – 

-Hey – 

-Jae Joong-ah ¿podemos hablar? – 

-Nop – se dio la vuelta para seguir bailando y YunHo lo tomó de la muñeca para que volteara de nuevo 

-Estoy bailando – 

-Estás borracho – dijo YunHo. 

-Solo un poco, es una fiesta – guiñó un ojo 

-En verdad quiero hablar contigo – Jae Joong se detuvo y se separó de Heechul un momento.

-¿No puede esperar a mañana?, ya esperaste más de una semana de todos modos – respondió con fastidio. 

-Lo siento – 

-¿Por qué? – alzó la ceja y lo miró desafiante. 

-Por no responder tus mensajes – 

-Okay – Jae Joong llevó la botella de cerveza a su boca para tomar otro trago pero YunHo lo detuvo, ahora lo sostenía de ambas muñecas. Jae Joong desvió la mirada. 

-Por favor déjame explicarte, vamos a otro lado – 

-Está bien – accedió por fin Jae Joong con un suspiro y se soltó del agarre del otro joven. Volteó hacia donde Heechul se encontraba y le indicó con la mirada que iría con YunHo, su amigo solo asintió y regresó su atención a YunHo, quien lo esperaba con su mano extendida, invitándolo a tomarla. 

Mientras se alejaban de todos en la fiesta, Jae Joong se dio cuenta que se sentía algo mareado, no estaba del todo seguro si era por todo el alcohol que había tomado o por los nervios al darse cuenta que por fin tendría una conversación a solas con YunHo. Hasta hace unos minutos estaba decidido a ignorarlo pero tenía tantas cosas que decirle, cosas que ahora que estaban caminando juntos comenzaban a borrarse de su cabeza. 

-¿A dónde vamos? – le preguntó Jae Joong al ver que estaban en la calle. YunHo se recargó en uno de los autos estacionados afuera de la casa.

-Aquí – 

-¿Aquí? – preguntó un borracho Jae Joong.

-Si, solo quería alejarme del ruido – 

-Y alejarme de todos al parecer – 

-No quería que todos escucharan lo que sucede entre nosotros – 

-No sucede nada entre nosotros YunHo – se paró frente a él, más cerca de lo que se hubiera atrevido si estuviera sobrio, y lo miró con toda la seriedad que pudo. YunHo suspiró y agachó la mirada por unos segundos - ¿Por qué no respondiste mis mensajes? – preguntó de nuevo Jae Joong – Pensé que la habías pasado bien en nuestra cita – dijo en voz baja.

-La disfruté mucho – 

-¿Entonces? – 

-Lo siento Jae Joong… - volteó a verlo de nuevo y esta vez la mirada que le dirigió estaba cargada de tristeza y preocupación. – No es excusa, lo sé, solo he estado demasiado estresado por el examen nacional y las entrevistas y… - 

-¿Te distraigo? – lo interrumpió el más joven. 

-No es eso… no me distrae salir contigo, de hecho es todo lo contrario, después de nuestra cita tú fuiste el único pensamiento constante en mi cabeza – suspiró frustrado y se echó el cabello para atrás. Jae Joong lo observó pacientemente en lo que ordenaba sus pensamientos.

-¿Entonces qué pasa? – preguntó cuando el silencio se prolongó demasiado.

-Yo… - lo tomó de las manos y lo miró a los ojos – Tengo miedo de enamorarme de ti y que termines lastimándome – confesó por fin YunHo. 

Jae Joong no era ajeno a los rumores y chismes que se hablaban en el departamento, en algunas ocasiones cuando iba a recoger materiales para dar su clase había escuchado a los demás pasantes hablar sobre la relación anterior de YunHo y como le afectó tanto que prefirió cerrarse a la idea de volver a salir con alguien, al menos en el periodo que se preparaba para su examen y entraba a su especialidad. Pero Jae Joong también había sufrido en el pasado, también había tenido malas relaciones y también le habían roto el corazón y a pesar de ello, seguía dispuesto a darle todo su amor a quien llegara a merecerlo. Y YunHo parecía ser el indicado, al menos eso le decía su corazón. 

-Yo también tengo miedo YunHo, también me han lastimado – se acercó un poco más – Pero no puedes cerrarte a nuevas experiencias solo por miedo a salir lastimado, nada te pasará si decides solo proteger tu corazón de todo y todos – 

-Jae Joong-ah… - 

-Yo disfruté mucho nuestra cita también y me gustaría conocerte aún más – desvió la mirada a sus labios y la regresó a sus ojos – Si me lo permites – 

Todo el cuerpo de Jae Joong estaba apoyado en el de YunHo, si se concentraba lo suficiente podría decir que incluso podía sentir los latidos del pasante contra su propio pecho, y sus rostros estaban cada vez más cerca, Jae Joong podía sentir el aliento de YunHo chocar contra sus labios y cerró los ojos. Aún no tenía una respuesta pero al menos esperaba obtener un beso de él esta noche. 

-¡JAE JOONG-AH! – el grito los hizo separarse de inmediato y Jae Joong volteó enojado hacia la puerta de la casa, de donde venía saliendo Heechul casi cargando a un borracho Hangeng.

-Chul-ah… - su amigo se detuvo en la entrada y los observó por unos segundos en silencio, dándose cuenta de su inoportuna aparición.

-Voy a llevar a Hangeng a su casa, está muy borracho y yo ya estoy cansado, ¿Quieres que te lleve a tu departamento? – 

-Mm… no lo sé – La verdad era que Jae Joong no quería irse, pero si su beso con YunHo se había arruinado para siempre y no obtendría nada más de él tal vez sería una buena idea irse con su amigo y ahorrarse un uber. 

-Yo lo llevo, no te preocupes – dijo YunHo 

-¿Seguro?, ¿Qué tanto tomaste? – le preguntó Heechul entrecerrando sus ojos y juzgándolo con la mirada. 

-Casi nada – levantó sus manos para defenderse como si Heechul fuera un policía. 

-¿Seguro Jae Joongie?, hay espacio en mi carro si quieres – 

Jae Joong miró a Heechul y después a YunHo, quien le sonrió ligeramente

-Me iré con YunHo, avísame cuando estés en casa – 

Heechul sonrió y caminó con Hangeng apoyado en su hombro, le dio unas palmadas a Jae Joong en el pecho y le susurró al oído

-Diviertete baby, usa condón – Jae Joong se sonrojó hasta las orejas y Heechul le guiñó un ojo antes de caminar a su carro. 

-¿Qué fue eso? – preguntó YunHo una vez que estuvieron solos de nuevo.

-¿Qué cosa? – lo volteó a ver Jae Joong de nuevo, aún sonrojado

-¿Qué te dijo para que te sonrojaras así? – 

-Ah – sintió su rostro aún más caliente – Nada… solo… yo… ¿En qué estábamos? – 

-Estábamos a punto de besarnos – YunHo no esperó una respuesta más después de decir aquello y puso su mano en la nuca de Jae Joong y lo acercó para por fin besarlo. 

Ni todos las veces que soñó despierto, ni todos los besos que había recibido en el pasado se comparaban a lo que realmente sintió al besar a YunHo. El instante en que sus labios se tocaron, Jae Joong sintió todo su ser reiniciarse, decir que sentía mariposas en el estómago era poco, las sentía por todo su cuerpo. Los labios de YunHo eran suaves y su forma de besar también, como si estuviera besando algo sumamente delicado, pero a la vez firmes y seguros, para borrar cualquier duda que pudiera tener aún sobre ellos. Jae Joong no tardó en corresponder el beso y sus manos fueron deprisa al rostro de YunHo para evitar que se separara de él. El pasante bajó sus manos y lo tomó de la cintura en un intento de acercarlo más a su cuerpo y pronto lo que inició como un beso lento y tierno se convirtió en uno más apasionado. 

Se separaron para tomar aire y se miraron a los ojos.

-Vamos a mi casa- habló por fin YunHo, su respiración aún agitada. Jae Joong asintió, seguía sin aliento, sentía que el otro se lo había robado por completo, tal vez incluso le había robado la capacidad para hablar.

Entraron de nuevo a la fiesta para despedirse del resto de sus amigos, al parecer nadie había notado su ausencia pero Jae Joong estaba seguro que en cuanto lo vieran, sonrojado, despeinado y respirando agitádamente, se darían cuenta de todo lo que acababa de suceder hace unos minutos, después de todo, no era un secreto para ninguno de sus amigos que Jae Joong estaba loco por YunHo. 

Y por la mirada que recibió de los amigos de YunHo supo que el resto de los pasantes también estaban más que enterados de su crush. 

El camino a casa de YunHo fue rápido, Jae Joong se sorprendió al darse cuenta de lo cerca que vivían el uno del otro, su departamento se encontraba a solo diez minutos del de YunHo. Bajaron del auto y el mayor lo invitó a pasar a su casa una vez abrió la puerta. No pudo evitar escanear con brevedad la casa, era un departamento de dos pisos, con suficiente espacio para vivir dos personas de manera cómoda. Lo primero con lo que se encontraba a su derecha al entrar era la mesa del comedor, en donde dejó las llaves de su casa y su teléfono, después estaba la sala, en donde había dos sillones y un mueble con una televisión grande. Detrás de la sala había una barra que dividía ese espacio de la cocina y a la izquierda de la cocina estaban las escaleras que llevaban al segundo piso.

-¿Vives solo aquí? – preguntó Jae Joong un tanto sorprendido al notar lo espacioso del lugar. Él no podía pagar un lugar así, su familia era muy grande y sus padres apenas tenían dinero suficiente para mandarlo a estudiar a la capital, así que trataba de hacer rendir el dinero viviendo en un departamento compartido. 

-Vivo con mi hermana menor, pero este fin de semana se fue a Gwang-ju – 

-¿Y tú no quisiste ir a tu casa? – preguntó curioso mientras seguía observando el departamento. 

-Quería ir a la fiesta – 

-Oh – 

-¿Tú por qué no fuiste a ver a tus familia este fin? – le devolvió la pregunta. 

-También quería ir a la fiesta – lo volteó a ver con una ligera sonrisa. 

YunHo se fue acercando a Jae Joong y este fue caminando hacia atrás lentamente hasta que sus piernas chocaron con el sillón de la sala, al cual hubiera caído si YunHo no lo hubiera atrapado por la cintura. 

-¿Quieres ir arriba? – preguntó en voz baja y muy cerca de su rostro. Jae Joong solo asintió y YunHo le dio un pequeño beso antes de tomar su mano para subir las escaleras.

Entraron a su habitación y Jae Joong la escaneó rapidamente mientras YunHo cerraba la puerta, la cama estaba tendida y el closet cerrado, todo se veía relativamente en orden excepto por el escritorio donde había libros abiertos y plumas por todos lados, pero eso no le sorprendió, de hecho no tenía idea de como encontraría el cuarto de YunHo, ni siquiera había tenido tiempo de preguntarse si era un hombre desordenado o un obsesionado con la limpieza porque nunca pensó que su plan de llamar la atención de YunHo en esa fiesta llegaría tan lejos como para estar en la casa del pasante. 

-¿Por qué estás nervioso? – le preguntó YunHo y se acercó a abrazarlo. Era un abrazo que definitivamente no olvidaría porque era el primero que le daba de esa manera, pasando sus dos brazos por encima de sus hombros y pegándose gentilmente a su cuerpo, apoyando su cabeza en el hueco de su cuello y dejando que él pasara sus brazos por alrededor de su espalda. 

-No lo sé – respondió y respiró el delicioso aroma de su cuello. 

Pero claro que sabía porque, estaba en el cuarto del chico que más le había gustado en tanto tiempo, del que le hacía sentir mariposas en el estómago y que hacía que sus mejillas se colorearan de un fuerte rojo cuando le decía algo lindo o simplemente lo miraba con detenimiento. Estaba en el cuarto de YunHo y su casa estaba sola.

Aún estaba ebrio y aprovechó el valor que le daba el alcohol para volver a besar a YunHo y sin romper el beso fueron caminando hacia la cama. Jae Joong se sentó cuando sintió el colchón detrás de sus piernas y YunHo bajó un poco su rostro al cuello del otro para besarlo y aquello lo hizo gemir. Llevó sus manos a la cintura de YunHo y levantó su camisa, tocando por primera vez la piel de su abdomen y sintiendo como el mayor se estremecía ante su tacto. Pronto se acomodaron ambos en la cama y Jae Joong quedó debajo de YunHo, quien se dedicaba ahora a abrir su camisa poco a poco e ir acariciando su pecho y su abdomen. 

-Eres hermoso Jae Joong – le dijo en voz baja, observándolo con detenimiento. Jae Joong sintió su sonrojo extenderse hasta su pecho. 

Ninguno de los dos podía quitar las manos del otro, en todo momento se regalaban caricias. Cuando se besaban y cuando se desvestían. Jae Joong no se podía considerar con mucha experiencia, tan solo había tenido una pareja, pero tal vez la emoción de estar con alguien que lo atraía de una forma tan intensa y la mezcla de diferentes tipos de alcohol que tomó durante la fiesta lo hacían tocar a YunHo sin nada de pena. 

Cuando ambos se despojaron por completo de su ropa, Jae Joong los hizo cambiar de posición para quedar él ahora arriba de YunHo, quien lo miraba con fascinación desde abajo, pasando sus manos por los muslos de Jae Joong y rozando cada vez más cerca su erección. Ambos gimieron cuando YunHo los tomó a ambos con su mano y Jae Joong comenzó a moverse al ritmo de los movimientos del pasante. 

-¿Te gusta? – preguntó YunHo

-Me encanta – se acercó a besarlo. Sus besos para ese punto eran desesperados y húmedos, sus lenguas luchaban por tomar el control del beso y de alguna manera ambos cedían en el momento exacto para que el otro siguiera llevando el ritmo, haciendo parecer como si tuvieran mucho tiempo de conocerse y conocieran de memoria el paso que al otro le gustaba. Jae Joong rompió el beso y fue bajando lentamente dejando besos húmedos por todo el cuerpo de YunHo, besó con atención su mandíbula y su cuello, pasando varios segundos ahí, sintiendo como YunHo apretaba más el agarre en sus cuerpos y movía sus caderas debajo de él. Después bajó más y besó su pecho, pasando su lengua por los pezones de YunHo, disfrutando los sonidos que salían de su boca con cada caricia. Pasó su lengua por el abdomen de YunHo y cuando llegó a su erección lo tomó con una mano y jugó con su lengua ahí por varios minutos. YunHo lo tomó del cabello y apretó su agarre cuando la boca de Jae Joong lo envolvió por completo y movió sus caderas. 

-Ahh, Jae Joong-ah – jaló un poco más fuerte su cabello y Jae Joong levantó su cabeza – No quiero venirme aún – le acarició el rostro con el pulgar y el menor subió de nuevo para quedar frente a él. 

- ¿Ah no? Por como estabas gimiendo pensé que justo eso querías – Sonrió travieso

YunHo volvió a cambiarlos de posición y cuando tuvo a Jae Joong debajo de él le dijo

-Quiero que termines tu primero – susurró en su oído y bajó también. Jae Joong gimió al ser tocado por el otro hombre. Se notaba la experiencia en sus manos y en su boca, en como usaba su lengua y como succionaba. Se preguntaba quien había enseñado a YunHo a hacer tan buen sexo oral para enviarle sus felicitaciones por el buen trabajo. 

Regresó hasta su boca dejando besos por todo su torso y estiró su brazo hacia el buró a lado de la cama y sacó una botella de lubricante y un condón. Jae Joong sintió su corazón latir más rápido, realmente iban a hacer esto. Se apoyó en sus codos para levantarse un poco y YunHo lo volteó a ver. 

-¿Todo bien? – le preguntó al ver la duda en su rostro. 

-Si… bueno yo – dudó por un momento, se preguntó si YunHo solo querría acostarse con él y le dejaría de hablar al día siguiente, se preguntó si estaba haciendo lo correcto al iniciar su relación con el sexo antes de establecer el tipo de relación que tendrían, el tipo de relación que él quería. 

-¿Qué pasa? – dejó las cosas en la cama y se acercó de nuevo a Jae Joong, acercó su mano al rostro del pelinegro y lo acarició su mejilla suavemente con el pulgar. -No tenemos que hacerlo si no quieres – 

-No es eso, si quiero – dijo de inmediato. Se incorporó por completo y se sentó en la cama para poder ver bien a YunHo a los ojos – Es solo que, bueno, realmente me gustas YunHo-ah y… 
-Esto no es algo de una noche Jae Joong-ah – lo interrumpió. 

-¿Lo prometes? – Jae Joong sabía que YunHo podría mentirle si quisiera con tal de acostarse con él y de todos modos lo haría, pero algo dentro de él le decía que podía confiar en él. 

-Lo prometo Jae – le dio un beso y fueron recostándose de nuevo, Jae Joong sintió la tensión en su cuerpo disiparse y abrió un poco sus piernas para dejar a YunHo acomodarse bien sobre él. El mayor buscó a tientas el lubricante en la cama mientras bajaba de nuevo por el cuerpo de Jae Joong, besó el interior de sus muslos e incluso se atrevió a succionar con fuerza en su piel, donde estaba seguro Jae Joong que tendría una marca al día siguiente. Se sentó un momento, manteniendo las piernas de Jae Joong a cada lado de su cuerpo y vació un poco de lubricante en sus dedos. Pasó la mano lentamente por su entrepierna para que Jae Joong sintiera la temperatura del líquido y comenzó a introducir poco a poco un dedo. Jae Joong gimió al contacto. 

Observó a YunHo todo el tiempo, aún cuando era tanto el placer que quería cerrar los ojos y apretar las sábanas con los puños se resistió, porque quería recordar ese momento tan íntimo con el hombre que ocupaba su mente todos los días. YunHo parecía brillar y lo ponía aun más caliente verlo tan concentrado, poniendo toda su atención en él y en hacerlo sentir bien. Cada vez que YunHo sacaba y volvía a introducir su dedo abría la boca ligeramente y respiraba agitádamente. Pronto introdujo un segundo dedo y continuó moviéndolos dentro de él, Jae Joong estaba hecho un desastre para ese punto, sentía el sudor en su espalda mojando las sábanas y casi veía estrellas cuando YunHo pasaba sus dedos por su próstata. El mayor sabía perfectamente lo que estaba haciendo, presionaba en ese punto varias veces y luego se alejaba, impidiendo que Jae Joong llegara al orgasmo.

Cuando YunHo sacó sus dedos para abrir el condón, Jae Joong se sintió como si le hubieran quitado una parte de él. Sin embargo, YunHo no tardó mucho en volver a llenar ese vacío. Ambos gimieron, Jae Joong cerró sus ojos y soltó el aire que no había notado que estaba conteniendo y YunHo apoyó su frente en el hombro del menor mientras empujaba lentamente sus caderas hasta quedar completamente unidos. 

-Ah Jae Joong, que bien te sientes – gimió aún sin moverse. Jae Joong tenía enterradas las uñas en la espalda de YunHo. No era su primera vez teniendo sexo ni siendo pasivo, pero habían pasado ya varios meses desde la última vez que lo había hecho, el dolor inicial siempre lo hacía querer arrepentirse de sus decisiones, pero debía reconocer que YunHo hizo un buen trabajo preparándolo. El mayor fue dejando besos por su hombro y su cuello hasta llegar a sus labios y se besaron por unos minutos, en los cuales Jae Joong empezó a relajarse un poco y YunHo tomó el afloje en su agarre como señal para comenzar a moverse. 

Lo que inició con un ritmo suave pronto se fue transformando en movimientos más rápidos y fuertes, Jae Joong jaló del cabello de YunHo, haciéndolo gemir y embestirlo con más fuerza y tomó nota mental de aquella reacción para hacerlo más seguido. El mayor lo tomó de las caderas con fuerza sin dejar de moverse y Jae Joong arqueó su espalda, sentía su orgasmo cerca pero no quería terminar aún, no de esa manera, quería ver bien la cara de YunHo terminando junto con él. Estiró su mano y tomó a YunHo de la muñeca.

-¿Qué pasa?, ¿Te lastimé? – preguntó al tiempo que se detenía, Jae Joong negó con la cabeza. 

-No, para nada, solo quiero cambiar de posición – dijo casi sin aliento.

-Muy bien, porque tengo aun más para darte – Salió de él y se acostó. Jae Jong se sentó sobre las piernas de YunHo y se acercó a besarlo. Los labios de YunHo sabían delicioso, Jae Joong estaba seguro que si pudiera se quedaría besándolo por siempre, dejaría de hacer cualquier cosa por poder besarlo de nuevo hasta quedarse sin aliento. Sin separar sus bocas movió sus caderas para acomodarse sobre el miembro de YunHo y lo dejó llenarlo de nuevo, absorbiendo los gemidos del mayor con su boca mientras movía sus caderas. Se separó solo para poder ver bien a YunHo a la cara y sus ojos llenos de lujuria y pasión solo encendieron aún más su cuerpo. 

YunHo lo empezó a masturbar mientras él se movía con rapidez y cuando ya no pudo más apretó aun más el pene de YunHo y terminó en su mano, salpicando un poco sobre su abdomen y pecho. YunHo apretó sus muslos y gimió con más fuerza, lo penetró más duro unas cuantas veces más y pronto llegó al orgasmo también. Jae Joong se dejó caer sobre su pecho, importándole poco mancharse con sus propios fluidos y sonrió.

-Ah Yun… -  

-Eso estuvo… - tomó una gran bocanada de aire – fantástico – le dio un beso en la mejilla.

-Que bueno que te gustó – 

-¿A ti te gustó? – 

-Me encantó – respondió de inmediato y ambos rieron. 

Se besaron de nuevo, esta vez más tranquilos, tan solo disfrutándose el uno al otro como si tuvieran todo el tiempo. YunHo se movió para salir de Jae Joong y caminó desnudo por el cuarto mientras el menor solo lo contemplaba desde su lugar en la cama.

-¿Vienes? – 



Tomaron un baño juntos y YunHo insistió en lavar su cabello por él. Jae Joong pensó en lo mucho que deseaba que esa noche durara para siempre. Cuando terminaron de ducharse y regresaron al cuarto YunHo le prestó ropa limpia.

-¿Quieres quedarte? – 

Jae Joong quiso reír por la pregunta pues YunHo ya le había prestado su ropa para dormir más cómodo y después le preguntó si se quería quedar, además, la respuesta siempre sería que si. 
-¿Quieres que me quede? – preguntó de vuelta mientras se vestía. YunHo se acercó y lo besó en la frente. 

-Si, quédate el tiempo que quieras – 

Jae Joog sonrió y envolvió sus brazos alrededor de la cintura de YunHo y descansó la cabeza en su hombro. 

“Quiero quedarme para siempre”


Notas finales:
No puedo creer lo rápido que se pasó la semana y por fin llegamos al capítulo 6 :') Me ha gustado mucho escribir este capítulo, fue demasiado dulce y hot jajaja, solo quiero advertir que se va a ir acabando el fluff (por ahora) y se abrochen los cinturones porque se viene el angst. 

Nos vemos la siguiente semana 

PD. Dejen sus comentarios o me convulsiono


Y les presumo los CD's que conseguí en Book Off en Tokio :') 


martes, 5 de noviembre de 2024

Broken: Capítulo 5

 


Nota inicial: Hola! Volvemos después de un break de 2 semanas, al final les cuento un poco sobre mis vacaciones. 

Este capítulo está de nuevo en la actualidad :)

Enjoy<3

Capítulo 5

La voz del capitán del avión anunciando el próximo aterrizaje lo hizo abrir los ojos y salir de su sueño. Jae Joong sintió su cara roja y su corazón latiendo rápido y maldijo internamente porque su sueño se había sentido tan real, como si estuviera viviendo todo aquello de nuevo, toda esa época en la que era apenas un estudiante a la mitad de la carrera de medicina y estaba enamorándose de YunHo.

Últimamente había estado soñando con YunHo muy seguido, siempre recordando cuando tenían una relación, y eso la parecía un pequeño problema ya que tenía contacto con YunHo casi diario en el hospital y recordar los detalles de su relación no lo ayudaba para nada en su propósito de ignorarlo.

“Al menos seré libre de él por unos días” pensó mientras se levantaba de su asiento cuando por fin aterrizaron en territorio coreano y tomó sus pertenencias. 

Bajó del avión y sintió el aire fresco de Diciembre recibirlo y sonrió con nostalgia al estar de nuevo en su país natal. Era un día nublado y seco, Jae Joong solía amar ese clima, particularmente en Seúl, porque podía caminar tanto como quisiera sin preocuparse por sudar en exceso o tener que buscar sombra constantemente. 

Ya habían pasado años desde la última vez que disfrutó un día en aquella ciudad. 

Desde que se mudó a Japón hace 5 años solo visitaba Corea del Sur una o dos veces al año, una siempre en Diciembre y otra en verano para visitar su familia.

Nadie en su familia estuvo de acuerdo cuando se mudó a Japón. Tampoco lo habían estado cuando tomó la decisión de divorciarse de YunHo. Jae Joong tuvo que ser muy fuerte los primeros años, siempre repitiéndose a si mismo que el disgusto pasaría y en algún momento lo dejarían ser feliz, o al menos intentarlo. 

Durante los primeros dos años desde su partida su madre le reprochaba constantemente por no volar a casa tan seguido para visitarlos a ella y a su padre, siempre diciéndole “Eres un muy buen médico, tienes mucho dinero, no tienes excusa para no viajar seguido a casa”. Jae Joong sabía que su madre tenía razón. Desde que se fue a Seúl a estudiar medicina supo que las cosas nunca volverían a ser iguales, que su casa se convertiría ahora en “la casa de sus papás” y no regresaría más a casa, sino que iría de visita, sin embargo una vez que comenzó a hacer su vida en la gran ciudad, no vio aquello como un problema, sobre todo porque Gongju estaba cerca de Seúl y tenía la posibilidad de visitar a sus padres relativamente seguido. 

Mudarse a otro país fue uno de los sacrificios más grandes que tuvo que hacer por él mismo. 

Extrañaba a su familia todo el tiempo y procuraba que a sus padres no les faltara nada nunca, y se sentía sumamente culpable por dejarlos, por dejar toda su vida en Corea y migrar a otro país, pero no podía volver, no cuando había tanto dolor para él ahí. 

Aun así Jae Joong intentó visitar su ciudad natal seguido los primeros dos años para complacer a su madre, hasta que un día ella lo encontró sentado en el piso de su antiguo cuarto llorando y teniendo un ataque de pánico. Ese día su madre lo abrazó por horas y acarició su espalda en silencio hasta que se calmó y nunca volvió a pedirle que volviera. 


Cuando Jae Joong tuvo su maleta con él salió del aeropuerto para tomar un taxi e ir al hotel donde había hecho su reservación para esa noche. Estaría cinco días en Corea pero tan solo uno en Seúl, en donde pasaría la noche, para partir a primera hora de la mañana hacia Gong-ju para visitar a sus padres.

Después de dejar sus maletas en el hotel salió a buscar algo de comer. No se sentía con mucho entusiasmo cuando compró su boleto de avión pero ahora que estaba caminando por las calles de Seúl sintió algo más de emoción y lo primero que vino a su mente fue la idea de poder comer teokkbokki. 

“Cerca de la universidad había un puesto muy bueno” pensó Jae Joong y tomó un autobús que lo llevaría cerca del hospital universitario donde hizo su carrera y por donde solía vivir cuando era estudiante. No tardó mucho en llegar y se asombró al ver que la misma señora seguía atendiendo ese puesto callejero, pero aun así con una ligera sonrisa en su rostro fue a sentarse en una de las mesas y ordenó su platillo favorito.

-Jae Joong-sshi, hace mucho que no lo veía, por poco no lo reconozco – habló la dueña del lugar cuando le fue a servir un vaso con agua a su mesa. 

-Ha pasado mucho tiempo ¿cierto? – sonrió Jae Joong. 

La señora Kwang se sentó con él un momento en la silla de en frente. El médico solía ir a comer seguido a ese lugar cuando era estudiante, lo cual fue un largo tiempo, así que se había hecho con el paso de los años amigo de la señora Kwang, la amable dueña del establecimiento y quien siempre se preocupaba por su estado de salud y si estaba comiendo bien cuando el joven Jae Joong vivía en la capital del país lejos de sus padres para alcanzar sus sueños.

-¿Cómo has estado?, ¿Qué te trae por aquí? – preguntó la mujer.

-He estado bien, vine a visitar a mis padres unos días, apenas llegué hoy a Seúl – 

-Ya veo… ¿Y vienes solo?, ¿YunHo-sshi tiene mucho trabajo en el hospital? – preguntó de nuevo la señora Kwang. 

Ella conocía a Jae Joong desde hace tantos años, prácticamente desde que estaba en primer semestre, así que siempre lo vio ir a comer solo, con amigos y amigas, con sus compañeros de clases y de guardias cuando comenzó como médico interno y sobre todo, cuando comenzó a salir con YunHo. 

-Ehh… supongo que está ocupado…ya no estamos juntos – el volumen de su voz fue bajando conforme iba terminando la frase. Estaba esperando una reacción de sorpresa de la mujer frente a él, pero ella solo le devolvió una mirada comprensiva y no hizo ninguna pregunta al respecto.

-Déjame invitarte una botella de Soju para que acompañes con ese caliente teokbokki – 

-Ah… no es necesario ahjumma – 

-Yo invito, insisto, solo una, para que disfrutes tu comida mejor y puedas ir a descansar o a hacer lo que sea que tengas que hacer aquí – le palmeó el hombro con cariño, como siempre había hecho durante años y se levantó de su silla para seguir trabajando. 

Nadie nunca supo que se había separado de YunHo. Tan solo sus familias y amigos cercanos se enteraron. YunHo siempre trabajó en el hospital universitario, ahí estudió su especialidad junto con Jae Joong y ahí trabajaron juntos hasta que Jae Joong le pidió el divorcio y se fue del país. Supuso que YunHo hablaría en algún momento de su ruptura con alguien, con sus conocidos cercanos o con gente del hospital, pero al ver la reacción de la señora Kwang, quien también conocía a YunHo desde hace muchos años, supo que el neurocirujano había sido igual de discreto que él con los detalles de su relación.

Para muchos que los conocieron, Jae Joong y YunHo eran la pareja perfecta. Dos jóvenes médicos apuestos, inteligentes y con carreras exitosas que desde que se convirtieron en pareja todo mundo supo que jamás se separarían, incluso ellos pensaban eso, a veces Jae Joong pensaba que si no hubieran perdido a su hijo aún seguirían juntos, pero siempre que ese pensamiento aparecía en su mente se terminaba sintiendo mal, pensaba que estaba de alguna manera culpando a Seung Jae de sus problemas maritales con YunHo, lo cual estaba muy alejado de la realidad. Su matrimonio con YunHo fracasó porque no supieron comunicarse y apoyarse de la manera que el otro necesitaba.

Jae Joong terminó su comida, dejó el dinero de la cuenta sobre la mesa y salió del lugar. Tomó otro autobús para ir a su próximo destino y se colocó sus audífonos para escuchar música durante el camino. Una media hora después se bajó del transporte, quedando frente a una florería. Se quedó de pie unos segundos frente a la puerta y después de respirar hondo entró al local, le pidió a la mujer encargada que le preparara un ramo de claveles y pagó su pedido para salir de nuevo a la calle. 

A pocos metros se encontraba el cementerio de la ciudad. Se encontraba todo en silencio, tan solo unas cuantas personas visitando las tumbas de sus seres queridos, todas con grandes abrigos cubriendo sus cuerpos porque el frío de Diciembre era fuerte ese año. El médico subió el cierre de su chaqueta un poco más y se acomodó su gorro, había olvidado sus guantes y sus manos estaban comenzando a resentir la corriente helada pero trató de ignorar el frío y caminó hacia la lápida que visitaba cada año desde hace 5 años. Sintió sus pasos volverse cada vez más pesados conforme se iba acercando, los recuerdos del funeral de Seung Jae tan frescos como si fuera el primer día. Se quedó observando a la gran piedra que descansaba inmóvil frente a él y después se agachó, quedando de rodillas con el ramo de flores descansando en sus muslos. 

-Hola bebé, ¿creíste que Appa no vendría este año? – dejó las flores frente a la lápida y esta vez se sentó, acarició la fría piedra y sintió una lágrima bajar por su mejilla. –Todos los años es igual de difícil que la primera vez, te extraño como no tienes una idea – para ese momento ya estaba llorando sin poder controlarlo. 

Sacó de su cartera una fotografía de un niño de 10 años, la pegó con cinta en la esquina de la lápida y pasó sus dedos por el grabado que había en ella, donde se podía leer:

“Jung Seung Jae”

El corazón de Jae Joong dolía con la misma intensidad que la primera vez que estuvo en ese lugar, llorando sin consuelo a la tumba donde se encontraba su hijo de tan solo 10 años, el pequeño Seung Jae que siempre sonreía y quien era la adoración de Jae Joong y de YunHo, la luz de sus días y por quién se esforzaba día a día. 

Como médico, Jae Joong había visto a muchas personas morir, desde niños hasta ancianos, y todos lo hacían sufrir en cierto grado, pero nada se comparaba con la pérdida de su propio hijo. Seguir en ese hospital y en esa ciudad era insoportable para él.  

Pasó al menos dos horas sentado hablándole a la tumba de Seung Jae, contándole todo por lo que había pasado en ese año, como si tan solo se estuvieran poniendo al corriente después de no haberse visto por un tiempo. Cuando el cielo se oscureció, Jae Joong se levantó y se despidió de Seung Jae, para esa hora del día su ropa no era suficiente para resguardarlo del frío. Con la promesa de regresar por la mañana salió del cementerio y tomó un taxi de regreso a su hotel. 



Después de su visita al cementerio por la mañana, Jae Joong rentó un carro para ir a casa de sus padres.

-Hora de volver a Gong-ju – dijo Jae Joong cuando tuvo sus maletas listas en la cajuela del vehículo y estuvo sentado frente al volante. Checó su teléfono por unos minutos antes de salir a carretera tan solo para asegurarse de que todo estuviera bien en el hospital y después de ignorar un mensaje de Changmin donde le preguntaba por el doctor Jung, salió hacia su hogar. 

La carretera ese día estaba tranquila y en menos de dos horas estuvo entrando a Gong-ju, una ciudad mucho más tranquila que la gran capital. Sabiéndose el camino de memoria, llegó hasta la casa de sus padres, donde apenas se estacionó, su madre salió contenta por la puerta para recibir a su único hijo. 

-Oh mi Jae Joongie, por fin llegas, estuve esperándote muy feliz todo el día, te extrañé tanto – dijo mientras lo abrazaba con fuerza. 

-Yo también te extrañé Umma – dijo Jae Joong correspondiendo el abrazo de su madre. 

-Te ves mucho más delgado que la última vez que nos visitaste – lo regaño la señora Kim. –¿Qué acaso en Japón la gente no come?, ¿Te tratan mal en ese hospital?, ¿Te hacen trabajar de más? – 

-Nada de eso, lo siento Umma – se disculpó de inmediato cuando estuvieron dentro de su hogar para poder entrar en calor – Si como bien y me tratan muy bien en el hospital, no te preocupes, trataré de organizar mejor mis horarios de comida, no te angusties por mí por favor – 

-Está bien, está bien, espero que tengas hambre porque hice mucha comida –lo apuró a que se quitara su abrigo y tomara un lugar en la mesa del comedor. La madre del médico le sirvió mucha comida en la mesa y después de llamar a su esposo se sentó junto a su hijo para comer en familia. 

-No tenías que hacer tanta comida Umma – dijo Jae Joong mientras tomaba su primer bocado. Su expresión fue todo lo contrario, extrañaba la comida de su madre todos los días.

-Claro que sí, quiero alimentarte bien, así que anda, disfrútalo – 

-Gracias Umma – sonrió y siguió comiendo. 

Se sentía muy distinto al estar en casa. A pesar de que sus padres eran personas muy tranquilas, una sensación completamente diferente se instalaba en su pecho cuando comía con ellos que cuando estaba en su departamento solo, tan solo el escucharlos hablar aunque fuera entre ellos y sentirlos a su lado mientras estaba sentado en la mesa lo hacía sentir un poco más tranquilo y feliz. 

Y a la vez lo hacía recordar cuando YunHo y él estaban juntos y comían en la misma mesa como una familia junto con Seung Jae. 

-¿Fuiste a visitar a Seung Jae? – la pregunta de Hyuk Su, su padre, lo sacó de sus pensamientos. 

-Sí, le llevé flores y estuve dos horas en el cementerio con él anoche y otra más hoy antes de venir aquí– 

-Que bueno hijo, sé que es difícil para ti visitarlo seguido, tu madre y yo tratamos de ir varias veces al año a limpiar su lápida y dejarle flores con agua limpia – 

-Gracias Appa – sonrió y bajó la mirada para aguantarse las lágrimas. -¿Saben cuando llegan mis hermanas? – preguntó para cambiar el tema. Las fechas de las festividades de año nuevo estaban cerca y siempre se reunía su familia para festejar en casa de sus padres, además de que era el único lugar en donde cabían sus 8 hermanas junto con sus familias. 

-Llegan entre hoy por la noche y mañana, hoy les hablé a todas por teléfono – respondió Jae Rin – Todas están emocionadas por verte – 

-Yo también estoy emocionado por verlas – 

“En especial a Soo Young-noona” pensó. 

Jae Joong consideraba que tenía una relación muy buena con todos los integrantes de su familia, sin embargo Soo Young era la hermana mayor a la que más confianza le tenía. Aunque todas sus hermanas siempre estuvieron al pendiente de él por ser el menor, Soo Young en especial le demostro siempre su apoyo incondicional. Fue la primera en escucharlo cuando necesitó confesarle a alguien sobre su orientación sexual, estuvo a su lado cuando se lo confesó a sus padres, lo ayudó económicamente cuando sus padres no podían enviarle tanto dinero para sobrevivir en Seúl mientras estudiaba medicina. 

Y fue la persona que lo recibió cuando apareció en su casa sin aviso hace cinco años, llorando después de separarse de YunHo. Ahora que su ex esposo había aparecido en su vida de nuevo, tenía muchas cosas de las que necesitaba hablar con ella para escuchar su opinión y sobre todo sus consejos para sobre llevar esa situación.

Cuando terminaron la comida Jae Joong insistió en encargarse de la limpieza de la cocina y dejar que sus padres descansaran en la sala. Cuando guardó por fin todo y se aseguró de que la cocina estaba reluciente subió a su cuarto y fue entonces que el estrés de las últimas semanas y el cansancio del viaje cobraron factura en su cuerpo y se quedó dormido apenas tocó su cama.

-¿Jae Joongie? – la voz de su madre lo hizo abrir los ojos y se dio cuenta que afuera ya estaba oscureciendo.

-Uhm, no me di cuenta en que momento me quedé dormido – 

-Está bien cariño, supuse que estabas cansado – se sentó al borde de la cama y le acarició el cabello - ¿Cómo has estado? – 

-Bien – respondió sin pensar 

-¿Cómo estás realmente? – repitió su pregunta y Jae Joong se tensó un poco, sabía que no podía ocultarle nada a su madre. 

-No lo sé – suspiró y se sentó a su lado – Estas últimas semanas han sido muy complicadas – 

-Me lo imaginé cuando tus llamadas se volvieron más espaciadas – 

-Eso no es verdad –

-Lo es Joongie, y tu padre y yo sabemos que cuando estás estresado llamas menos seguido para no preocuparnos – lo tomó de la mano y Jae Joong sintió sus ojos llenarse de lágrimas. – Puedes decirnos lo que sea cariño – 

-Lo sé… - apoyó su cabeza en el hombro de su madre – Es solo que… no sé ni como estoy, YunHo está en Japón y trabaja en el mismo hospital que yo y todo esto es demasiado para mi – 

-Oh Joongie – 

-Solo quiero descansar un poco – 

Agradeció mentalmente a su madre por no hacer ninguna pregunta respecto a YunHo. Estaba seguro que tenía más preguntas ahora que lo mencionó, sus padres siempre quisieron a YunHo como un hijo más, pero también sabían lo delicado que era ese tema y por eso lo evitaban. 

-Voy a caminar un rato – se levantó 

-¿Vuelves para la hora de la cena? – 

-Por supuesto – le dio un beso en la mejilla y salieron juntos del cuarto. 


Caminó al parque que se encontraba a la cuadra de su casa y se puso sus audífonos para contemplar la vista mientras escapaba de su realidad y escuchaba música. Se sentó en una de las bancas y cerró sus ojos al sentir el aire helado chocar con su rostro. 

Estaba tan relajado en ese momento, el parque estaba casi vacío ya que a esa hora todos los niños ya habían regresado a sus casas y las únicas personas que se encontraban ahí estaban distribuidas por el resto del lugar ocupando otras bancas e inmersos en sus propias conversaciones. 

Tan dentro de sus pensamientos estaba que no se dio cuenta cuando alguien más se sentó en la misma banca que él estaba ocupando hasta que abrió sus brazos y estos chocaron con alguien más. Abrió sus ojos alarmado y se quitó con rapidez los audífonos. 

-¿Cómo es que siempre termino asustándote? – escuchó aquella familiar voz y rodó sus ojos con fastidio. 

-¿Qué haces aquí YunHo? – 

-Vine a tomar algo de aire y relajarme un poco – respondió con tranquilidad. 

-¿Y no puedes hacer eso en Gwang-ju? – preguntó Jae Joong. 

-Mis padres no están en casa así que decidí quedarme en algún hotel aquí para pasar unos días en lo que vuelven, además me queda más cerca tu ciudad de Seúl que la mía – 

-Claro – 

-No creas que te estoy siguiendo, obviamente fui a Seúl a visitar a Seung Jae – se frotó las manos en un intento de calentarlas un poco – Por cierto vi la foto que pusiste en la lápida, me gustó mucho – 

-Si… bueno… quería sentirme un poco más cerca de él, por eso la puse – 

-Es un lindo gesto – 

Se quedaron viendo hacia el frente por unos minutos en completo silencio. Jae Joong no sabía que hacer ahora que YunHo estaba en su ciudad sentado a su lado, estaba seguro que el hecho de que sus padres estuvieran de viaje era solo una excusa para pasar unos días en Gong-ju, como si no pudiera ir de todos modos a casa de sus padres aunque estuviera solo, pero decidió no discutir, no quería estresarse más.

-¿Vamos por un café?, estoy muriendo de frío – propuso YunHo rompiendo el silencio.

-Tal vez debería ir a mi casa – dijo Jae Joong para rechazar su invitación 

- Anda, solo será un rato – hizo un pequeño puchero inconsciente y Jae Joong se sintió convencido de inmediato al ver esa expresión de niño pequeño en su rostro. 

-Está bien, solo un rato – respondió intentando no mostrar ninguna emoción y se levantaron para ir a la tienda más cercana a servirse su vaso con café y volvieron al parque para sentarse en otra banca. Dieron el primer sorbo a su bebida y fue cuando la magia de ese mes comenzó. Ambos hombres pudieron ver como empezaban a caer finos copos de nieve frente a ellos y sobre sus cuerpos. Jae Joong estiró su brazo y pronto su chaqueta negra se fue cubriendo de blanco. 

YunHo lo observó sin decir una sola palabra. Desde que se conocieron siempre pudieron pasar tiempo juntos en completo silencio, tan solo observando el entorno a su alrededor o mirándose el uno al otro. Constantemente YunHo se había encontrado contemplando a Jae Joong y ahora lo hacía de nuevo. Jae Joong sabía que YunHo lo observaba, lo podía sentir sin siquiera mirarlo de reojo. Por un momento quiso ignorarlo, pretender que no se daba cuenta de la intensa mirada de su ex pareja, hasta que este suspiró.  

Jae Joong volteó a ver a YunHo y lo encontró llorando.

5 años atrás

-¿Qué haces? – YunHo se encontraba de pie en la entrada de la habitación que compartía con Jae Joong en su casa. El pelinegro estaba haciendo sus maletas. 

- Me voy de aquí – respondió sin voltear a verlo. 

-¿Por qué? – la voz de YunHo comenzó a quebrarse -¿Por qué me haces esto? – 

-No puedo soportar esto más YunHo, necesito alejarme de aquí y tú no me apoyas, así que me voy – cerró sus dos maletas y caminó fuera de la habitación.

-¿Ah sí?, ¿así de fácil te rindes? – comenzó a elevar el tono de su voz mientras lo seguía.

-¿Así de fácil? – igualó el volumen de su voz con el de YunHo – Al parecer no me has puesto atención en todo este tiempo, tan solo te enfocas en ti y en tu estúpido trabajo, solo importa el gran neurocirujano Jung YunHo y a la mierda lo que esté pasando conmigo, con tu maldito esposo – No debía decir eso, no quería lastimar a YunHo aún más, pero su esposo no era capaz de ver todo el sufrimiento que llevaba consigo, como todos los días eran un maritrio para él. -¡ODIO MI TRABAJO!, Lo he odiado todos los días desde que perdimos a Seung Jae - 

-¿De qué hablas?, como si no tuvieras una gran carrera tú también, ¡Estás ocupadísimo en tu trabajo! – 

-¡Solo volví por ti YunHo! A mi no me sirve estar trabajando todo el tiempo, a mi no me sirve ver pacientes con cáncer todos los días, pero tu pareces estar tan enfrascado en tu trabajo para evitar pensar en la muerte de nuestro hijo… - 

-¿Qué más debo hacer? – lo interrumpió YunHo tomándolo de la muñeca para evitar que avanzara más -Si me quedo en casa voy a… - 

-¿A morir tambien?, ¿A intentar suicidarte?- 

-Sabes que no haría eso – 

-¿Entonces? – preguntó Jae Joong ahora con lágrimas en su ojos 

-¿Qué quieres que haga Jae Joong?, si esto me duele tanto como a ti – 

-Que estés conmigo, eso es lo que necesito – 

-Lo estoy, ¿No lo sientes?, ¿No es suficiente mi amor? – 

Jae Joong se quedó callado. Nunca volvería a experimentar un amor tan intenso como el que siente por YunHo, ni siquiera estaba seguro de poder dejar de amarlo algún día. Pero ver a YunHo todos los días siguiendo con su vida solo le recordaba como él no podía seguir con la suya. Como por más veces que lo intentara y por más esfuerzo que pusiera, su carrera ya no lo hacía feliz, ahora solo le recordaba todos los días lo que no pudo hacer por su hijo. 

Sabía que YunHo se refugiaba en su trabajo para hacer a un lado todo el dolor que cargaba. Y esta no era la primera discusión desencadenada por este asunto. 

Jae Joong se sentía sumamente solo. 

-¿Realmente vas a dejarme? – preguntó YunHo. Jae Joong se soltó de su agarre.

Sentía que YunHo ya lo había dejado desde mucho tiempo antes.

-Si, realmente voy a dejarte – y la puerta de la entrada se cerró. Dejando por fin en silencio la casa que alguna vez compartieron como una feliz pareja y sobre todo dejando a YunHo de rodillas frente a la puerta con el corazón roto.


Notas finales: 

Continuaré con las actualizaciones semanales de Broken a partir de ahora. Fui a Japón por 2 semanas y fue el mejor viaje que he tenido en mi vida, la mejor forma en la que puedo describirlo es que fue como vivir un sueño. 

Y aproveché para regresar con 5 discos de Tohoshinki, 1 de Jae Joong, y las dos revistas en las que salieron YunHo y Changmin en la portada este mes lol. También me sirvió para tomar inspiración para escribir los capítulos que me faltan, ya que precisamente la historia principal se desarrolla en mi amada ciudad de Tokio. 

Y sobre Broken...

Solo quiero decir que les dolerá el corazón con este fanfic, el angst apenas empieza. Pero es necesario, no habría historia si no existiera todo este sufrimiento :(

Gracias por leer y nos vemos la siguiente semana <3


Tokyo


 Isla Awaji

  

Kyoto



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