Visita & Comenta en: I LOVE YOU JUST THE WAY YOU ARE

martes, 5 de noviembre de 2024

Broken: Capítulo 5

 


Nota inicial: Hola! Volvemos después de un break de 2 semanas, al final les cuento un poco sobre mis vacaciones. 

Este capítulo está de nuevo en la actualidad :)

Enjoy<3

Capítulo 5

La voz del capitán del avión anunciando el próximo aterrizaje lo hizo abrir los ojos y salir de su sueño. Jae Joong sintió su cara roja y su corazón latiendo rápido y maldijo internamente porque su sueño se había sentido tan real, como si estuviera viviendo todo aquello de nuevo, toda esa época en la que era apenas un estudiante a la mitad de la carrera de medicina y estaba enamorándose de YunHo.

Últimamente había estado soñando con YunHo muy seguido, siempre recordando cuando tenían una relación, y eso la parecía un pequeño problema ya que tenía contacto con YunHo casi diario en el hospital y recordar los detalles de su relación no lo ayudaba para nada en su propósito de ignorarlo.

“Al menos seré libre de él por unos días” pensó mientras se levantaba de su asiento cuando por fin aterrizaron en territorio coreano y tomó sus pertenencias. 

Bajó del avión y sintió el aire fresco de Diciembre recibirlo y sonrió con nostalgia al estar de nuevo en su país natal. Era un día nublado y seco, Jae Joong solía amar ese clima, particularmente en Seúl, porque podía caminar tanto como quisiera sin preocuparse por sudar en exceso o tener que buscar sombra constantemente. 

Ya habían pasado años desde la última vez que disfrutó un día en aquella ciudad. 

Desde que se mudó a Japón hace 5 años solo visitaba Corea del Sur una o dos veces al año, una siempre en Diciembre y otra en verano para visitar su familia.

Nadie en su familia estuvo de acuerdo cuando se mudó a Japón. Tampoco lo habían estado cuando tomó la decisión de divorciarse de YunHo. Jae Joong tuvo que ser muy fuerte los primeros años, siempre repitiéndose a si mismo que el disgusto pasaría y en algún momento lo dejarían ser feliz, o al menos intentarlo. 

Durante los primeros dos años desde su partida su madre le reprochaba constantemente por no volar a casa tan seguido para visitarlos a ella y a su padre, siempre diciéndole “Eres un muy buen médico, tienes mucho dinero, no tienes excusa para no viajar seguido a casa”. Jae Joong sabía que su madre tenía razón. Desde que se fue a Seúl a estudiar medicina supo que las cosas nunca volverían a ser iguales, que su casa se convertiría ahora en “la casa de sus papás” y no regresaría más a casa, sino que iría de visita, sin embargo una vez que comenzó a hacer su vida en la gran ciudad, no vio aquello como un problema, sobre todo porque Gongju estaba cerca de Seúl y tenía la posibilidad de visitar a sus padres relativamente seguido. 

Mudarse a otro país fue uno de los sacrificios más grandes que tuvo que hacer por él mismo. 

Extrañaba a su familia todo el tiempo y procuraba que a sus padres no les faltara nada nunca, y se sentía sumamente culpable por dejarlos, por dejar toda su vida en Corea y migrar a otro país, pero no podía volver, no cuando había tanto dolor para él ahí. 

Aun así Jae Joong intentó visitar su ciudad natal seguido los primeros dos años para complacer a su madre, hasta que un día ella lo encontró sentado en el piso de su antiguo cuarto llorando y teniendo un ataque de pánico. Ese día su madre lo abrazó por horas y acarició su espalda en silencio hasta que se calmó y nunca volvió a pedirle que volviera. 


Cuando Jae Joong tuvo su maleta con él salió del aeropuerto para tomar un taxi e ir al hotel donde había hecho su reservación para esa noche. Estaría cinco días en Corea pero tan solo uno en Seúl, en donde pasaría la noche, para partir a primera hora de la mañana hacia Gong-ju para visitar a sus padres.

Después de dejar sus maletas en el hotel salió a buscar algo de comer. No se sentía con mucho entusiasmo cuando compró su boleto de avión pero ahora que estaba caminando por las calles de Seúl sintió algo más de emoción y lo primero que vino a su mente fue la idea de poder comer teokkbokki. 

“Cerca de la universidad había un puesto muy bueno” pensó Jae Joong y tomó un autobús que lo llevaría cerca del hospital universitario donde hizo su carrera y por donde solía vivir cuando era estudiante. No tardó mucho en llegar y se asombró al ver que la misma señora seguía atendiendo ese puesto callejero, pero aun así con una ligera sonrisa en su rostro fue a sentarse en una de las mesas y ordenó su platillo favorito.

-Jae Joong-sshi, hace mucho que no lo veía, por poco no lo reconozco – habló la dueña del lugar cuando le fue a servir un vaso con agua a su mesa. 

-Ha pasado mucho tiempo ¿cierto? – sonrió Jae Joong. 

La señora Kwang se sentó con él un momento en la silla de en frente. El médico solía ir a comer seguido a ese lugar cuando era estudiante, lo cual fue un largo tiempo, así que se había hecho con el paso de los años amigo de la señora Kwang, la amable dueña del establecimiento y quien siempre se preocupaba por su estado de salud y si estaba comiendo bien cuando el joven Jae Joong vivía en la capital del país lejos de sus padres para alcanzar sus sueños.

-¿Cómo has estado?, ¿Qué te trae por aquí? – preguntó la mujer.

-He estado bien, vine a visitar a mis padres unos días, apenas llegué hoy a Seúl – 

-Ya veo… ¿Y vienes solo?, ¿YunHo-sshi tiene mucho trabajo en el hospital? – preguntó de nuevo la señora Kwang. 

Ella conocía a Jae Joong desde hace tantos años, prácticamente desde que estaba en primer semestre, así que siempre lo vio ir a comer solo, con amigos y amigas, con sus compañeros de clases y de guardias cuando comenzó como médico interno y sobre todo, cuando comenzó a salir con YunHo. 

-Ehh… supongo que está ocupado…ya no estamos juntos – el volumen de su voz fue bajando conforme iba terminando la frase. Estaba esperando una reacción de sorpresa de la mujer frente a él, pero ella solo le devolvió una mirada comprensiva y no hizo ninguna pregunta al respecto.

-Déjame invitarte una botella de Soju para que acompañes con ese caliente teokbokki – 

-Ah… no es necesario ahjumma – 

-Yo invito, insisto, solo una, para que disfrutes tu comida mejor y puedas ir a descansar o a hacer lo que sea que tengas que hacer aquí – le palmeó el hombro con cariño, como siempre había hecho durante años y se levantó de su silla para seguir trabajando. 

Nadie nunca supo que se había separado de YunHo. Tan solo sus familias y amigos cercanos se enteraron. YunHo siempre trabajó en el hospital universitario, ahí estudió su especialidad junto con Jae Joong y ahí trabajaron juntos hasta que Jae Joong le pidió el divorcio y se fue del país. Supuso que YunHo hablaría en algún momento de su ruptura con alguien, con sus conocidos cercanos o con gente del hospital, pero al ver la reacción de la señora Kwang, quien también conocía a YunHo desde hace muchos años, supo que el neurocirujano había sido igual de discreto que él con los detalles de su relación.

Para muchos que los conocieron, Jae Joong y YunHo eran la pareja perfecta. Dos jóvenes médicos apuestos, inteligentes y con carreras exitosas que desde que se convirtieron en pareja todo mundo supo que jamás se separarían, incluso ellos pensaban eso, a veces Jae Joong pensaba que si no hubieran perdido a su hijo aún seguirían juntos, pero siempre que ese pensamiento aparecía en su mente se terminaba sintiendo mal, pensaba que estaba de alguna manera culpando a Seung Jae de sus problemas maritales con YunHo, lo cual estaba muy alejado de la realidad. Su matrimonio con YunHo fracasó porque no supieron comunicarse y apoyarse de la manera que el otro necesitaba.

Jae Joong terminó su comida, dejó el dinero de la cuenta sobre la mesa y salió del lugar. Tomó otro autobús para ir a su próximo destino y se colocó sus audífonos para escuchar música durante el camino. Una media hora después se bajó del transporte, quedando frente a una florería. Se quedó de pie unos segundos frente a la puerta y después de respirar hondo entró al local, le pidió a la mujer encargada que le preparara un ramo de claveles y pagó su pedido para salir de nuevo a la calle. 

A pocos metros se encontraba el cementerio de la ciudad. Se encontraba todo en silencio, tan solo unas cuantas personas visitando las tumbas de sus seres queridos, todas con grandes abrigos cubriendo sus cuerpos porque el frío de Diciembre era fuerte ese año. El médico subió el cierre de su chaqueta un poco más y se acomodó su gorro, había olvidado sus guantes y sus manos estaban comenzando a resentir la corriente helada pero trató de ignorar el frío y caminó hacia la lápida que visitaba cada año desde hace 5 años. Sintió sus pasos volverse cada vez más pesados conforme se iba acercando, los recuerdos del funeral de Seung Jae tan frescos como si fuera el primer día. Se quedó observando a la gran piedra que descansaba inmóvil frente a él y después se agachó, quedando de rodillas con el ramo de flores descansando en sus muslos. 

-Hola bebé, ¿creíste que Appa no vendría este año? – dejó las flores frente a la lápida y esta vez se sentó, acarició la fría piedra y sintió una lágrima bajar por su mejilla. –Todos los años es igual de difícil que la primera vez, te extraño como no tienes una idea – para ese momento ya estaba llorando sin poder controlarlo. 

Sacó de su cartera una fotografía de un niño de 10 años, la pegó con cinta en la esquina de la lápida y pasó sus dedos por el grabado que había en ella, donde se podía leer:

“Jung Seung Jae”

El corazón de Jae Joong dolía con la misma intensidad que la primera vez que estuvo en ese lugar, llorando sin consuelo a la tumba donde se encontraba su hijo de tan solo 10 años, el pequeño Seung Jae que siempre sonreía y quien era la adoración de Jae Joong y de YunHo, la luz de sus días y por quién se esforzaba día a día. 

Como médico, Jae Joong había visto a muchas personas morir, desde niños hasta ancianos, y todos lo hacían sufrir en cierto grado, pero nada se comparaba con la pérdida de su propio hijo. Seguir en ese hospital y en esa ciudad era insoportable para él.  

Pasó al menos dos horas sentado hablándole a la tumba de Seung Jae, contándole todo por lo que había pasado en ese año, como si tan solo se estuvieran poniendo al corriente después de no haberse visto por un tiempo. Cuando el cielo se oscureció, Jae Joong se levantó y se despidió de Seung Jae, para esa hora del día su ropa no era suficiente para resguardarlo del frío. Con la promesa de regresar por la mañana salió del cementerio y tomó un taxi de regreso a su hotel. 



Después de su visita al cementerio por la mañana, Jae Joong rentó un carro para ir a casa de sus padres.

-Hora de volver a Gong-ju – dijo Jae Joong cuando tuvo sus maletas listas en la cajuela del vehículo y estuvo sentado frente al volante. Checó su teléfono por unos minutos antes de salir a carretera tan solo para asegurarse de que todo estuviera bien en el hospital y después de ignorar un mensaje de Changmin donde le preguntaba por el doctor Jung, salió hacia su hogar. 

La carretera ese día estaba tranquila y en menos de dos horas estuvo entrando a Gong-ju, una ciudad mucho más tranquila que la gran capital. Sabiéndose el camino de memoria, llegó hasta la casa de sus padres, donde apenas se estacionó, su madre salió contenta por la puerta para recibir a su único hijo. 

-Oh mi Jae Joongie, por fin llegas, estuve esperándote muy feliz todo el día, te extrañé tanto – dijo mientras lo abrazaba con fuerza. 

-Yo también te extrañé Umma – dijo Jae Joong correspondiendo el abrazo de su madre. 

-Te ves mucho más delgado que la última vez que nos visitaste – lo regaño la señora Kim. –¿Qué acaso en Japón la gente no come?, ¿Te tratan mal en ese hospital?, ¿Te hacen trabajar de más? – 

-Nada de eso, lo siento Umma – se disculpó de inmediato cuando estuvieron dentro de su hogar para poder entrar en calor – Si como bien y me tratan muy bien en el hospital, no te preocupes, trataré de organizar mejor mis horarios de comida, no te angusties por mí por favor – 

-Está bien, está bien, espero que tengas hambre porque hice mucha comida –lo apuró a que se quitara su abrigo y tomara un lugar en la mesa del comedor. La madre del médico le sirvió mucha comida en la mesa y después de llamar a su esposo se sentó junto a su hijo para comer en familia. 

-No tenías que hacer tanta comida Umma – dijo Jae Joong mientras tomaba su primer bocado. Su expresión fue todo lo contrario, extrañaba la comida de su madre todos los días.

-Claro que sí, quiero alimentarte bien, así que anda, disfrútalo – 

-Gracias Umma – sonrió y siguió comiendo. 

Se sentía muy distinto al estar en casa. A pesar de que sus padres eran personas muy tranquilas, una sensación completamente diferente se instalaba en su pecho cuando comía con ellos que cuando estaba en su departamento solo, tan solo el escucharlos hablar aunque fuera entre ellos y sentirlos a su lado mientras estaba sentado en la mesa lo hacía sentir un poco más tranquilo y feliz. 

Y a la vez lo hacía recordar cuando YunHo y él estaban juntos y comían en la misma mesa como una familia junto con Seung Jae. 

-¿Fuiste a visitar a Seung Jae? – la pregunta de Hyuk Su, su padre, lo sacó de sus pensamientos. 

-Sí, le llevé flores y estuve dos horas en el cementerio con él anoche y otra más hoy antes de venir aquí– 

-Que bueno hijo, sé que es difícil para ti visitarlo seguido, tu madre y yo tratamos de ir varias veces al año a limpiar su lápida y dejarle flores con agua limpia – 

-Gracias Appa – sonrió y bajó la mirada para aguantarse las lágrimas. -¿Saben cuando llegan mis hermanas? – preguntó para cambiar el tema. Las fechas de las festividades de año nuevo estaban cerca y siempre se reunía su familia para festejar en casa de sus padres, además de que era el único lugar en donde cabían sus 8 hermanas junto con sus familias. 

-Llegan entre hoy por la noche y mañana, hoy les hablé a todas por teléfono – respondió Jae Rin – Todas están emocionadas por verte – 

-Yo también estoy emocionado por verlas – 

“En especial a Soo Young-noona” pensó. 

Jae Joong consideraba que tenía una relación muy buena con todos los integrantes de su familia, sin embargo Soo Young era la hermana mayor a la que más confianza le tenía. Aunque todas sus hermanas siempre estuvieron al pendiente de él por ser el menor, Soo Young en especial le demostro siempre su apoyo incondicional. Fue la primera en escucharlo cuando necesitó confesarle a alguien sobre su orientación sexual, estuvo a su lado cuando se lo confesó a sus padres, lo ayudó económicamente cuando sus padres no podían enviarle tanto dinero para sobrevivir en Seúl mientras estudiaba medicina. 

Y fue la persona que lo recibió cuando apareció en su casa sin aviso hace cinco años, llorando después de separarse de YunHo. Ahora que su ex esposo había aparecido en su vida de nuevo, tenía muchas cosas de las que necesitaba hablar con ella para escuchar su opinión y sobre todo sus consejos para sobre llevar esa situación.

Cuando terminaron la comida Jae Joong insistió en encargarse de la limpieza de la cocina y dejar que sus padres descansaran en la sala. Cuando guardó por fin todo y se aseguró de que la cocina estaba reluciente subió a su cuarto y fue entonces que el estrés de las últimas semanas y el cansancio del viaje cobraron factura en su cuerpo y se quedó dormido apenas tocó su cama.

-¿Jae Joongie? – la voz de su madre lo hizo abrir los ojos y se dio cuenta que afuera ya estaba oscureciendo.

-Uhm, no me di cuenta en que momento me quedé dormido – 

-Está bien cariño, supuse que estabas cansado – se sentó al borde de la cama y le acarició el cabello - ¿Cómo has estado? – 

-Bien – respondió sin pensar 

-¿Cómo estás realmente? – repitió su pregunta y Jae Joong se tensó un poco, sabía que no podía ocultarle nada a su madre. 

-No lo sé – suspiró y se sentó a su lado – Estas últimas semanas han sido muy complicadas – 

-Me lo imaginé cuando tus llamadas se volvieron más espaciadas – 

-Eso no es verdad –

-Lo es Joongie, y tu padre y yo sabemos que cuando estás estresado llamas menos seguido para no preocuparnos – lo tomó de la mano y Jae Joong sintió sus ojos llenarse de lágrimas. – Puedes decirnos lo que sea cariño – 

-Lo sé… - apoyó su cabeza en el hombro de su madre – Es solo que… no sé ni como estoy, YunHo está en Japón y trabaja en el mismo hospital que yo y todo esto es demasiado para mi – 

-Oh Joongie – 

-Solo quiero descansar un poco – 

Agradeció mentalmente a su madre por no hacer ninguna pregunta respecto a YunHo. Estaba seguro que tenía más preguntas ahora que lo mencionó, sus padres siempre quisieron a YunHo como un hijo más, pero también sabían lo delicado que era ese tema y por eso lo evitaban. 

-Voy a caminar un rato – se levantó 

-¿Vuelves para la hora de la cena? – 

-Por supuesto – le dio un beso en la mejilla y salieron juntos del cuarto. 


Caminó al parque que se encontraba a la cuadra de su casa y se puso sus audífonos para contemplar la vista mientras escapaba de su realidad y escuchaba música. Se sentó en una de las bancas y cerró sus ojos al sentir el aire helado chocar con su rostro. 

Estaba tan relajado en ese momento, el parque estaba casi vacío ya que a esa hora todos los niños ya habían regresado a sus casas y las únicas personas que se encontraban ahí estaban distribuidas por el resto del lugar ocupando otras bancas e inmersos en sus propias conversaciones. 

Tan dentro de sus pensamientos estaba que no se dio cuenta cuando alguien más se sentó en la misma banca que él estaba ocupando hasta que abrió sus brazos y estos chocaron con alguien más. Abrió sus ojos alarmado y se quitó con rapidez los audífonos. 

-¿Cómo es que siempre termino asustándote? – escuchó aquella familiar voz y rodó sus ojos con fastidio. 

-¿Qué haces aquí YunHo? – 

-Vine a tomar algo de aire y relajarme un poco – respondió con tranquilidad. 

-¿Y no puedes hacer eso en Gwang-ju? – preguntó Jae Joong. 

-Mis padres no están en casa así que decidí quedarme en algún hotel aquí para pasar unos días en lo que vuelven, además me queda más cerca tu ciudad de Seúl que la mía – 

-Claro – 

-No creas que te estoy siguiendo, obviamente fui a Seúl a visitar a Seung Jae – se frotó las manos en un intento de calentarlas un poco – Por cierto vi la foto que pusiste en la lápida, me gustó mucho – 

-Si… bueno… quería sentirme un poco más cerca de él, por eso la puse – 

-Es un lindo gesto – 

Se quedaron viendo hacia el frente por unos minutos en completo silencio. Jae Joong no sabía que hacer ahora que YunHo estaba en su ciudad sentado a su lado, estaba seguro que el hecho de que sus padres estuvieran de viaje era solo una excusa para pasar unos días en Gong-ju, como si no pudiera ir de todos modos a casa de sus padres aunque estuviera solo, pero decidió no discutir, no quería estresarse más.

-¿Vamos por un café?, estoy muriendo de frío – propuso YunHo rompiendo el silencio.

-Tal vez debería ir a mi casa – dijo Jae Joong para rechazar su invitación 

- Anda, solo será un rato – hizo un pequeño puchero inconsciente y Jae Joong se sintió convencido de inmediato al ver esa expresión de niño pequeño en su rostro. 

-Está bien, solo un rato – respondió intentando no mostrar ninguna emoción y se levantaron para ir a la tienda más cercana a servirse su vaso con café y volvieron al parque para sentarse en otra banca. Dieron el primer sorbo a su bebida y fue cuando la magia de ese mes comenzó. Ambos hombres pudieron ver como empezaban a caer finos copos de nieve frente a ellos y sobre sus cuerpos. Jae Joong estiró su brazo y pronto su chaqueta negra se fue cubriendo de blanco. 

YunHo lo observó sin decir una sola palabra. Desde que se conocieron siempre pudieron pasar tiempo juntos en completo silencio, tan solo observando el entorno a su alrededor o mirándose el uno al otro. Constantemente YunHo se había encontrado contemplando a Jae Joong y ahora lo hacía de nuevo. Jae Joong sabía que YunHo lo observaba, lo podía sentir sin siquiera mirarlo de reojo. Por un momento quiso ignorarlo, pretender que no se daba cuenta de la intensa mirada de su ex pareja, hasta que este suspiró.  

Jae Joong volteó a ver a YunHo y lo encontró llorando.

5 años atrás

-¿Qué haces? – YunHo se encontraba de pie en la entrada de la habitación que compartía con Jae Joong en su casa. El pelinegro estaba haciendo sus maletas. 

- Me voy de aquí – respondió sin voltear a verlo. 

-¿Por qué? – la voz de YunHo comenzó a quebrarse -¿Por qué me haces esto? – 

-No puedo soportar esto más YunHo, necesito alejarme de aquí y tú no me apoyas, así que me voy – cerró sus dos maletas y caminó fuera de la habitación.

-¿Ah sí?, ¿así de fácil te rindes? – comenzó a elevar el tono de su voz mientras lo seguía.

-¿Así de fácil? – igualó el volumen de su voz con el de YunHo – Al parecer no me has puesto atención en todo este tiempo, tan solo te enfocas en ti y en tu estúpido trabajo, solo importa el gran neurocirujano Jung YunHo y a la mierda lo que esté pasando conmigo, con tu maldito esposo – No debía decir eso, no quería lastimar a YunHo aún más, pero su esposo no era capaz de ver todo el sufrimiento que llevaba consigo, como todos los días eran un maritrio para él. -¡ODIO MI TRABAJO!, Lo he odiado todos los días desde que perdimos a Seung Jae - 

-¿De qué hablas?, como si no tuvieras una gran carrera tú también, ¡Estás ocupadísimo en tu trabajo! – 

-¡Solo volví por ti YunHo! A mi no me sirve estar trabajando todo el tiempo, a mi no me sirve ver pacientes con cáncer todos los días, pero tu pareces estar tan enfrascado en tu trabajo para evitar pensar en la muerte de nuestro hijo… - 

-¿Qué más debo hacer? – lo interrumpió YunHo tomándolo de la muñeca para evitar que avanzara más -Si me quedo en casa voy a… - 

-¿A morir tambien?, ¿A intentar suicidarte?- 

-Sabes que no haría eso – 

-¿Entonces? – preguntó Jae Joong ahora con lágrimas en su ojos 

-¿Qué quieres que haga Jae Joong?, si esto me duele tanto como a ti – 

-Que estés conmigo, eso es lo que necesito – 

-Lo estoy, ¿No lo sientes?, ¿No es suficiente mi amor? – 

Jae Joong se quedó callado. Nunca volvería a experimentar un amor tan intenso como el que siente por YunHo, ni siquiera estaba seguro de poder dejar de amarlo algún día. Pero ver a YunHo todos los días siguiendo con su vida solo le recordaba como él no podía seguir con la suya. Como por más veces que lo intentara y por más esfuerzo que pusiera, su carrera ya no lo hacía feliz, ahora solo le recordaba todos los días lo que no pudo hacer por su hijo. 

Sabía que YunHo se refugiaba en su trabajo para hacer a un lado todo el dolor que cargaba. Y esta no era la primera discusión desencadenada por este asunto. 

Jae Joong se sentía sumamente solo. 

-¿Realmente vas a dejarme? – preguntó YunHo. Jae Joong se soltó de su agarre.

Sentía que YunHo ya lo había dejado desde mucho tiempo antes.

-Si, realmente voy a dejarte – y la puerta de la entrada se cerró. Dejando por fin en silencio la casa que alguna vez compartieron como una feliz pareja y sobre todo dejando a YunHo de rodillas frente a la puerta con el corazón roto.


Notas finales: 

Continuaré con las actualizaciones semanales de Broken a partir de ahora. Fui a Japón por 2 semanas y fue el mejor viaje que he tenido en mi vida, la mejor forma en la que puedo describirlo es que fue como vivir un sueño. 

Y aproveché para regresar con 5 discos de Tohoshinki, 1 de Jae Joong, y las dos revistas en las que salieron YunHo y Changmin en la portada este mes lol. También me sirvió para tomar inspiración para escribir los capítulos que me faltan, ya que precisamente la historia principal se desarrolla en mi amada ciudad de Tokio. 

Y sobre Broken...

Solo quiero decir que les dolerá el corazón con este fanfic, el angst apenas empieza. Pero es necesario, no habría historia si no existiera todo este sufrimiento :(

Gracias por leer y nos vemos la siguiente semana <3


Tokyo


 Isla Awaji

  

Kyoto



Capítulo anterior               Siguiente capítulo





1 comentario :

Gracias por tu visita y tu tiempo ^-^¿Por qué no dejas un comentario?
Llenémonos de mensajes positivos y promovamos el crecimiento del blog :)