miércoles, 9 de abril de 2025

Crazy Love: Capítulo 9

 


Cuando por fin tuvo el dinero, después de una semana la cual se le hizo eterna, inmediatamente fue a comprar su boleto de avión. YunHo no se quería arriesgar a tener que usar ese dinero en algo más.

Llegó con una sonrisa al departamento, pero esta desapareció cuando vio que JiHye lo estaba esperando en la entrada.

-¿Por qué sonríes?, ¿Paso algo bueno? – 

-Me voy de aquí JiHye, nos vemos cuando vayas a Corea en vacaciones – le respondió con una sonrisa de satisfacción.

-¿Todo esto lo haces por ese? – 

-No lo llames así. Tiene nombre y es Jae Joong – 

-Como sea, tú no estarás junto a él – 

-No sé cuando te convertiste en esta despreciable persona, pero ya no te considero mi hermana – el moreno terminó de decir aquello y se fue a su habitación a guardar sus cosas en sus maletas. Se lanzó a la cama dejando que todo su cuerpo se relajara  y eliminara el cansancio, porque cuando llegara con su Boo, tendría que lucir saludable y guapo para él. Su vuelo saldría por la mañana, así que tendría que dormir lo más que pudiera. Configuró la alarma de su celular para despertar temprano y cerró sus ojos, yendo directo al mundo de los sueños, mundo en el cual siempre veía a Jae Joong, y que era lo único que lo mantuvo vivo durante todo ese tiempo alejado de él.


Por la mañana YunHo se levantó incluso minutos antes de que su teléfono sonara, con una sonrisa tomó una ducha, se vistió y salió de su cuarto con sus maletas. 

Mientras desayunaba, tuvo de nuevo esa sensación en su pecho que le indicaba que algo no andaba bien, sin poder ignorarla más tiempo, fue a tomar el teléfono del departamento e importándole poco la diferencia de horarios, marcó el número del celular de Jae Joong, el cual se sabía de memoria. 

Esperó escuchar su angelical voz, pero simplemente fue mandado al buzón.

“Tal vez aún está dormido” y con ese pensamiento salió de aquel lugar.


Las horas del viaje pasaron rápido para YunHo porque se quedó dormido casi todo el camino, despertó cuando la voz del piloto anunció que estaban por aterrizar en territorio surcoreano y eso lo hizo desesperarse aún más, debido a lo ansioso que estaba por ver a Jae Joong.

Cuando por fin bajó del avión, tomó rápidamente sus cosas y salió del aeropuerto en busca de un taxi para ir a casa. 

Pagó el monto debido una vez el chofer le indicó que ya habían llegado y se dirigió a la residencia Jung esperando que no hubiera nadie, o que por lo menos solo estuviera su madre. 

Suspiró aliviado al ver que la única mujer en la que confiaba fue quien le abrió la puerta y no tardó ni un segundo en lanzarse a abrazarla.

-YunHo ¿Pero cómo? – 

-Te respondo todo lo que quieras luego, necesito ver a Jae Joong – subió corriendo a su cuarto para dejar sus maletas y salió de su casa. 

La señora Jung sonrió porque sabía que su hijo buscaría su felicidad no importa que y volvió a lo que estaba haciendo antes de tan inesperada llegada.


Kim Soo Young abrió la puerta con cansancio, tenía solo una hora de haber llegado del hospital después de quedarse toda la noche con su hermano y justo cuando estaba por acostarse en su cama a dormir como se debía, el timbre de la casa sonó, haciendo que se levantara algo molesta. Pero todo ese enojo desapareció cuando al abrir la puerta se encontró a un radiante moreno frente a ella.

-YunHo-ah… ¿Qué rayos? – preguntó más para sí misma que para el chico.

-Noona, ¿Está Jae Joong? – pregunta con una sonrisa y la simple mención de aquel nombre hace que la mirada de la pelinegra se torne triste y vacía.

-¿Estás bien noona?, te ves mal – dijo preocupado YunHo. Soo Young movió la cabeza en respuesta negativa a su pregunta.

-¿Qué pasa?, ¿Por qué estás así? – la preocupación y desesperación que lo invadían se intensificó, haciendo que aquella sensación en su pecho aumentara, haciéndolo temer, aunque no supiera a que debía tenerle miedo.

-Jae Joongie… - 

-¿Le pasa algo?, ¿En dónde está? – 

-Él está en el hospital… te cuento todo en el camino – y ambos chicos salieron de la residencia Kim para ir a ver a Jae Joong, para que YunHo se reuniera con la persona por la cual se estuvo literalmente matando para volver lo más rápido posible, aunque su encuentro no sería el que YunHo esperaba, ni el que quería tener.


Soo Young y YunHo entraron juntos al hospital. Aún después de escuchar el resumen de todo lo que pasó con Jae Joong después de ser separados, el moreno se negaba a creerlo. Porque él se esforzó demasiado para llegar a verlo, para poder descansar en sus brazos, apoyando su cabeza en su hombro mientras el pelinegro le acariciaba el cabello, y comerse su rostro a besos. Su Jae Joong no podía estar en coma, él sabía que era el chico más fuerte que conocía, por lo tanto no podía creer que haya intentado quitarse la vida.

“Debo ser fuerte” pensó YunHo cuando estuvo frente a la puerta de la habitación de Jae Joong. 

Entró lenta y silenciosamente, con el miedo consumiéndolo, manteniendo en su mente aquel pensamiento, pero al ver al amor de su vida sobre aquella cama, con los ojos cerrados y con cables en su cuerpo monitoreando todo, toda aquella fuerza se desvaneció. Con pasos pequeños e inseguros avanzó hasta estar a su lado, sintiendo como las lágrimas bajaban por su rostro sin su permiso y como sus piernas ya no podían sostener su cuerpo, haciéndolo caer de rodillas al suelo.

El dolor de aquella caída fue poco comparado con el que sintió en su corazón y un sollozo salió de su boca. 

Soo Young lo observó desde la puerta y se sintió realmente mal por él, porque sabía que también pudo haber pasado por muchas cosas antes de volver. 

Jae Rin entró a la habitación, había salido solo por diez minutos para comer algo en la cafetería, pero se quedó en la puerta del cuarto junto a Soo Young cuando vio a YunHo llorando desconsoladamente, sosteniendo la mano de Jae Joong.

-Es mejor dejarlos solos – susurró la señora Kim llamando la atención de la chica y así ambas salieron a tomar aire fresco.

Dentro de la habitación, YunHo ahora trataba de regular su respiración para poder calmarse, acercó una silla y se sentó al lado de Jae Joong, acariciando su rostro con delicadeza.

“Solo no te enojes con él” recordó aquellas palabras que le había dicho su cuñada antes de entrar al cuarto y después de unos segundos habló.

-Jae… mi amor, despierta, he vuelto por ti – mientras hablaba, sentía que con cada palabra que pronunciaba se le iba quebrando la voz – No sé que te haya sucedido para que decidieras hacer esto y no tengo derecho de regañarte, porque sé que formo parte de esas razones, por no protegerte de mi padre como se debía, pero ya estoy aquí y todo va a estar bien, así que ya te puedes sentir seguro y abrir tus ojos… Boo… Por favor, aunque sea para regañarme por saltarme comidas y horas de sueño mientras vivía en Estados Unidos, pero por favor, tienes que abrir tus hermosos ojos. Porque sin ti yo no sé qué hacer – 

Y como esperando que sucediera uno de esos milagros de telenovela, apretó de nuevo la mano de Jae Joong, esperando que él le devolviera el apretón. Pero nada de eso sucedió, solamente se escuchaban las respiraciones de ambos chicos y el monitor de los latidos del joven en coma.


Después de varias horas, YunHo salió de la habitación de Jae Joong con los ojos rojos por tanto haber llorado, se encontró sentada en la sala de espera a la madre de Jae Joong, quien al ver al chico salir lo llamó con las manos para que se acercara.

-YunHo-ah… explícame – dijo Jae Rin refiriéndose a como volvió y cuando lo había hecho.

-Llegué hoy, después de trabajar mucho – 

-Lamentablemente no llegaste a tiempo para evitar esto – 

-¿Me está culpando de esto? – 

-No… pero pienso que hubieras sido la única persona que lo hubiera podido evitar – 

-Llamé a Jae Joong antes de salir del departamento… pero no contestó, pensé que podría estar dormido – 

-¿Por qué esperaste hasta ahora para llamarlo? – Y es que sonaba estúpido decir que lo llamó después de tanto tiempo cuando pudo haberlo hecho desde el principio.

-Mi padre tenía siempre un registro de las llamadas, se daría cuenta de que seguía en contacto con Jae y no quería que le hiciera daño, pero como era el último día, por eso llamé – 

No quisieron seguir pensando en el hubiera, porque ya había sucedido todo y sabía que no podían cambiarlo, ahora lo único que debían hacer era esperar a que Jae Joong despertara y las cosas mejorara.


Por la noche de ese día YunHo llegó a su casa arrastrando los pies del cansancio.

Aunque no había hecho muchas cosas ese día más que estar sentado al lado de Jae Joong y ni siquiera había tenido que irse caminando del hospital porque había tomado un autobús, aun así se sentía cansado, solo quería llegar a su cama y dormir muchas horas, porque aunque se hiciera el fuerte, el cambio de horario de Estados Unidos a Corea del Sur le estaba afectando. 

Cuando cruzó la entrada de su casa, la persona que menos quería ver lo recibió.

-Jung YunHo… - 

-¡Cállate! – dijo con demasiado enojo en sus palabras.

-¿Qué es esa forma de hablarle a tu padre? – le contestó en el mismo tono.

-¡Tú no eres mi padre, tú estás muerto para mí así que déjame en paz! – e ignorando los gritos del abogado Jung, se fue a encerrar en su recámara.

En su cuarto, YunHo se dio una ducha y se puso ropa cómoda para andar en casa. Pensó en salir a la cocina por algo de comer cuando su estómago gruñó, pero entonces tendría que ver a su padre y prefirió acostarse en su cama.


La madre de YunHo, Jung Hee Bin, tocó la puerta de la habitación del moreno ligeramente y después entró. Encontró a su hijo acostado en su cama viendo televisión, cambiando el canal cada que veía un anuncio, como todo hombre hace.

-Te traje de cenar – dijo Hee Bin después de dejar la bandeja con comida sobre el escritorio deYunHo – 

-Gracias – respondió tranquilo, desviando su mirada hacia la comida.

-Cariño, no creo que debas ser así con tu padre, aunque no lo demuestre yo sé que le dolieron tus palabras – 

-¿Qué más le podría haber dicho?... Nada de esto estaría pasando si no nos hubiera separado desde el principio – 

-¿Pero que no fuiste a ver a Jae Joong hace rato? – 

-Si… pero no era como esperaba – dijo tratando de seguir hablando correctamente, porque con cada palabra que iba pronuncia sentía que se le iba quebrando la voz.

-¿A qué te refieres? – pregunta confundida Hee Bin.

-Está en coma Umma… Mi Jae Joongie está en coma – dijo comenzando a llora nuevamente – Lleva dos semanas así – 

La señora Jung lo abrazó, entendiendo su dolor y YunHo se aferró a ella, porque era la única persona de su familia de la que tenía apoyo incondicional.

Observando desde la entrada se encontraba el abogado Jung Seung Jin, escuchando como su hijo lloraba desconsoladamente. Se sintió culpable, aunque él no había hecho nada en contra de Jae Joong después de echarlo de su casa, sabía que las palabras de YunHo tenían algo de verdad: si él no los hubiera separado, nada de eso estaría sucediendo.

-YunHo – se fue acercando su padre lentamente, esperando que el moreno no le gritara, pero aun así dispuesto a escuchar sus reclamos.

-Lo siento hijo – cuando estuvo sentada en la cama lo abrazó, pasando sus brazos también por el cuerpo de su esposa, quien en todo ese rato no había soltado al joven.


Los días siguientes pasaron lentamente en el hospital de Seúl, en donde YunHo pasaba la mayor parte del tiempo.

Los visitantes de Jae Joong siempre eran su madre o él, solo hubo una vez en la que encontró a Yoochun y Junsu en la habitación.

YunHo había decidido que lo mejor era no estar triste, así que en lugar de llorar siempre hablaba con Jae Joong, como si ambos estuvieran platicando, porque había leído por ahí que las personas en coma si te escuchaban, aunque claro, no estaba del todo seguro que eso fuera cierto. Pero aun así, Jung YunHo todos los días le platicaba lo que hacía o le contaba historias de cuando vivía en Busan y de lo desordenado que era en la escuela.

Normalmente en las noches era la señora Kim quien se quedaba con Jae Joong, pero en esta ocasión YunHo había insistido en quedarse, convenciéndola con el hecho de que debía descansar bien por lo menos una vez.

Jae Rin se retiró después de despedirse de su hijo y de su yerno.

-Hoy dormiré contigo Boo – dijo YunHo cariñosamente acariciando el cabello de Jae Joong.

-¡Aigoo!, a veces quisiera estar en tu lugar… al menos puedes dormir en una cómoda cama y no en esta silla – dijo después de sentarse junto al chico.

-Dulces sueños mi amor – le dio un beso en los labios, tomó su mano y sin soltarla se recargó sobre las piernas del pelinegro.

-Te extraño – y al decir esa última frase una fina y única lágrima rodó por una de sus mejillas, antes de quedarse completamente dormido.


Notas finales:

Fun fact: Cuando escribí este fic, justo fue aquí donde se me terminó el cuaderno JAJA y lo marqué como el final de la primera parte de la historia. La división por capítulos la hice cuando lo pasé a la computadora. 

Anyways, espero lo estén disfrutando. Nos vemos el siguiente miércoles :)

Los tqm


CAPÍTULO ANTERIOR               SIGUIENTE CAPÍTULO

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Gracias por tu visita y tu tiempo ^-^¿Por qué no dejas un comentario?
Llenémonos de mensajes positivos y promovamos el crecimiento del blog :)