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lunes, 30 de marzo de 2015

Always With You



-No puedo hacerlo – dijo con las tijeras en la mano y mirándose en el espejo de su baño. Era su último día antes de empezar su periodo de servicio militar y debía cortar su cabello, pero cada vez que se miraba al espejo, recordaba lo mucho que le gustaba su cabello y no podía pasar las tijeras.

-Tienes que hacerlo Jae Joong – se dijo nuevamente y acercó las tijeras a su cabello mientras que con su otra mano tomaba un mechón. Estaba por cortarlo cuando el timbre de su casa sonó.

Dejó las tijeras sobre el lavamanos y fue hasta la puerta para abrir. Sorprendido miró a YunHo con una botella de refresco y frituras en sus manos. Jae Joong lo dejó entrar rápidamente y cerró la puerta con llave, asegurándose de que nadie lo hubiera visto y saltó sobre él, gritando de felicidad. YunHo lo sostuvo y le dio vueltas, besando su cuello en el proceso.

-No pensé que vendrías – dijo Jae Joong cuando fue liberado.

-No podía dejarte ir sin verte antes –

-No sabes lo feliz que me hace verte YunHo, en serio – lo abrazó de nuevo y escondió su rostro entre su cuello y su hombro.

-¿Qué estabas haciendo?, ¿Por qué estás sin camisa? – preguntó YunHo al reparar en sus tatuajes y fue cuando se dio cuenta de ese detalle.

-Estaba por cortarme el cabello… pero no puedo – respondió con un puchero.

El cantante comprendió todo. Y es que hasta para él era una parte hermosa del cuerpo de Jae Joong su cabello.

-Puedo cortarlo yo si quieres –

-¿En serio lo harías? – preguntó Jae Joong

-Si… ¿vamos ya? –

-Claro… vamos al baño – caminaron juntos, dejando la comida en el mostrador de la cocina. Cuando entraron Jae Joong se sentó en el borde de la bañera y respiró hondo cuando tuvo a YunHo con las tijeras detrás de él.

-¿Estás listo? – pregunto YunHo acariciando el cabello rubio de su novio.

-Si… hazlo ya – cerró sus ojos y solo una lágrima cayó acompañando a todos los mechones que YunHo cortó. Estuvieron así unos diez minutos hasta que YunHo le dijo que abriera los ojos y se volteó para verse en el espejo.

-Me veo igual que cuando hice mi audición a SM – dijo con un puchero.

-Te vez bien – le dijo el moreno con una sonrisa. Jae Joong sonrió también. Era imposible sentirse triste cuando YunHo estaba con él. No había mejor manera de pasar su último día que con su pareja.

-No quiero irme Yunhie – confesó Jae Joong.

-Lo sé… pero debes hacerlo, yo también lo haré un día – lo tomó de la cabeza y lo apretó contra su pecho. Jae Joong aún sentado correspondió el abrazo de YunHo, apretando su cintura con fuerza y llorando de nuevo.

Ya había llorado mucho en esos días pero le era imposible contenerse cuando pensaba que no iba a ver a su novio por dos años.

-No llores, todo está bien, lo harás bien y te ves genial –

-Hazme el amor por última vez YunHo – le pidió Jae Joong mirando hacia arriba para encontrar su rostro.

-No tienes que pedírmelo Boo – se agachó para besarlo y fueron al cuarto.

Hacía mucho tiempo que no estaban tan cerca, que no se besaban con tal pasión y no se acariciaban de esa manera. YunHo también sufría y quería llorar como Jae Joong, porque si de por si era difícil verse por sus horarios ahora tendría que aguantar no verlo por más tiempo.

Lo besó con tanto amor y ternura que Jae Joong no pudo recordar alguna otra vez en que YunHo lo hubiera amado de esa manera. En que lo hubiera tratado con tanta delicadeza y se hubiera tomado tanto tiempo besando y estimulando cada parte de su cuerpo.

Y lloraron de nuevo, cuando fueron uno solo y cuando llegaron a la cumbre de placer no una, sino varias veces.

Pero durmieron con una sonrisa en sus rostros al poder abrazarse y sentirse piel contra piel.


Jae Joong supo que todo estaría bien. Ahora podía ir tranquilo a su servicio. Ahora si se había despedido de todos sus seres amados.

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Ando depre, dejenme ToT Y sufro por el cabello de Jae #WeWillWaitForJaeJoong 

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L@s quiero

~Always Keep The Faith~

Because I Love You



Jung YunHo era un chico muy ocupado para su edad. Tenía 18 años, estaba por graduar de la preparatoria e iba con todo para cumplir su sueño de ser doctor.

Podía decirse que era un chico perfecto, tenía sus metas bien definidas, era un buen atleta, muchas chicas morían por él y varios chicos envidiaban su físico, era muy inteligente, no por nada había aprobado su examen de admisión en la universidad de sus sueños y era un excelente paramédico, lo único que muchos le veían como “defecto” era que su atención iba 100% a una persona.

Kim Jae Joong, quien ahora estaba acostado en una camilla dentro de la ambulancia que recorría las calles de Seúl a toda velocidad para llegar al hospital, mientras que YunHo presionaba con fuerza en la herida que un ladrón le había dejado al chico en el abdomen.

Aquel chico era su mejor amigo desde hace años, no recordaba exactamente como lo conoció ni cuando, pero si recordaba cómo es que se acercó a él por primera vez.

FLASH BACK

[6 AÑOS ATRÁS]

La clase era tediosa, lo cual la hacía sumamente aburrida, perfecta para dormirse o pretender que escribe mientras lee otra cosa como un manwha o un libro que le interesara. La profesora tampoco ayudaba mucho, era nueva y se ponía un poco nerviosa y no hacía la clase más dinámica, venía como suplente de la anterior maestra que originalmente tenían y con la cual habían empezado el curso pero que tuvo que retirarse por un tiempo porque se había lastimado el tobillo.

El día era cálido, pero sin llegar a fastidiar, era un perfecto clima de primavera. YunHo podía ver por la ventana y contemplar los árboles de cerezo dejando caer sus pétalos rosas al patio. Él prefería estar allí, corriendo en la pista o nadando en la alberca, cualquiera de las dos opciones sonaba genial.

El silencio en el aula también lo mataba, no podías tirar un lápiz al suelo porque el eco resonaba en todo el salón, y era molesto estar hojeando su revista con extremo cuidado para que no se escuchara el constante cambiar de páginas.

Sus ojos se cerraban lentamente. Ahora si se estaba quedando dormido.

La respiración agitada de uno de sus compañeros a su lado lo hizo volver a la realidad y volteó a su derecha, donde estaba Kim Jae Joong, que parecía respirar con dificultad.

-Hey – susurró YunHo - ¿Te sientes bien? –

-… Si – trató de responder el chico.

-No te ves muy bi… - insistió YunHo pero no pudo terminar su frase porque Jae Joong perdió el equilibro en su silla y cayó hacia la izquierda, justo a un lado de YunHo.

El ruido hizo a todos voltear y la profesora soltó el gis, se quedó unos segundos en shock pero reaccionó cuando escuchó el ruido de una silla deslizándose y YunHo se puso de rodillas a un lado de Jae Joong.

-¡Jae Joong! , ¿Qué tienes? – le preguntó alarmado al ver que el chico hacía más ruido aún para respirar. Parecía estar teniendo un ataque de asma.

-¿Tienes asma? – preguntó YunHo. El chico asintió.

-¿Tienes inhalador? – preguntó de nuevo. Jae Joong jalaba el cuello de su camiseta hacia abajo, como si eso pudiera hacer que entrara más aire por su garganta cerrada. Volvió a asentir y con su mano apuntó temblando hacia su mochila.

YunHo tomó la mochila al tiempo que la profesora se colocaba a un lado de Jae Joong, sin saber qué hacer.

-¡Llame a una ambulancia! – le gritó YunHo para hacerla reaccionar de nuevo.

Abrió todas las bolsas de la mochila y la vació la banca. El pequeño inhalador apareció cayendo ruidosamente en la madera y YunHo lo tomó y dejó todo lo demás desparramado en la banca.

-Abre tu boca Jae Joong – dio la primera atomización. No hubo cambio.

-¿Uno más? – preguntó.

-…Si – Y le hizo caso.

Jae Joong hizo ruido al respirar, pero sintió el aire entrar mejor y cerró los ojos. Respirando con la boca bien abierta. YunHo se quedó con él, sin soltar el inhalador y observando como su pecho subía y bajaba.

Abrió muy poco sus ojos mientras trataba de respirar y vio a YunHo. Todo daba vueltas, estaba muy asustado. Cerró sus ojos de nuevo y escuchó el ruido en su salón y después nada.

El pecho de Jae Joong dejó de moverse y YunHo se asustó al ver que solo se quedaba con la boca abierta y en un momento de pánico sacudió al chico para hacerlo volver.

-No mueras Jae Joong – le dijo.

Justo en ese momento llegaron los paramédicos con la camilla y lo subieron con cuidado. Lo mantuvieron inmóvil y lo intubaron para pasar oxígeno a su cuerpo. 
YunHo supo que Jae Joong viviría pero aun así decidió irse con él al hospital.

-¿Familiares? – preguntó uno de los paramédicos.

-Los llamaremos – respondió la enfermera.

-Yo voy con ustedes – y como era el padre de YunHo quien estaba en servicio ese día, lo dejaron ir.

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Dentro del hospital todo era ruido, excepto en el cuarto donde había ingresado Jae Joong después de ser estabilizado en urgencias. Los padres del chico ya habían llegado hace unas horas y él tan solo esperaba afuera del cuarto, esperando que la madre del chico le diera noticias.

La puerta se abrió y el padre de Jae Joong estaba por salir cuando lo vio sentado en el suelo.

-¿Quieres algo de comer?, voy a comprar algo – le dijo Hyuk Su.

-Sí, por favor – respondió. Sintió su estómago rugir.

-Enseguida vuelvo – y se fue, dejando la puerta entre abierta. YunHo se quedó sentado en el mismo lugar, pero escuchó como la madre de Jae Joong se movía por el cuarto y hablaba con su hijo, aquello le indicó que por había despertado.

“¿Cómo te sientes Joongie?, ¿Puedes respirar bien?” preguntó preocupada la mujer.

“Si Umma… solo me duele la garganta un poco”

“¿Quieres que llame al doctor para que te dé algún medicamente para el dolor?”

“No… estoy bien”

Se quedaron en silencio un momento.

“Hay un chico allá afuera… ¿Es tu amigo?, ¿Quieres que lo deje pasar?” preguntó Jae Rin. YunHo volteó hacia adentro en ese momento y vio cómo su compañero estaba acostado con una mascarilla de oxígeno en su rostro. El pelinegro asintió.

La mujer salió de la habitación y fue hacia YunHo, que se puso de inmediato de pie.

-Puedes pasar con Jae si quieres –

-Gracias – dijo porque no se le ocurría que más decir y entró al cuarto.

Hace mucho que no entraba a un hospital, pero si había estado muchas veces en uno en el pasado cuando su hermana fue operada para extirparle el apéndice y él la acompañaba para que no se sintiera sola.

Tomó la silla que estaba a un lado de la cama de Jae Joong y se sentó. Jae Joong lo volteó a ver y se quitó la mascarilla.

-¿Está bien que te la quites? – preguntó YunHo.

-Es fastidioso… y puedo respirar mejor – sonrió un poco. Se acostó de lado para poder hablar con YunHo y mirarlo a la cara.

-Eso es bueno – fue lo único que dijo YunHo.

-Gracias YunHo, por ayudarme –

-No tienes por qué agradecerme… lo hubiera hecho con quien fuera – sonrió y apretó su brazo un poco.

-¿Cómo supiste que hacer en ese momento?, recuerdo que la profesora estuvo en shock todo el tiempo, pero tú no entraste en pánico  - preguntó con curiosidad Jae Joong.

-Mi padre siempre dice que no debo entrar en pánico en una situación de emergencia, eso solo hace que las cosas empeoren o terminas estorbando… lo del inhalador solo fue improvisado, realmente no sabía que hacer – respondió YunHo con sinceridad.

-¿Cómo es que te dejaron subir a la ambulancia conmigo?, esta es la segunda vez que me hospitalizan por mi asma pero solo dejan subir a un familiar –

-Mi padre estaba en servicio hoy y me dejó subir para ayudarle –

-¿Tu padre es paramédico? – preguntó asombrado Jae Joong.

-Trabaja de abogado, pero también le gusta mucho la medicina y cuando tiene tiempo libre va a guardias –

-Eso es genial – dijo Jae Joong.

-Lo sé… yo quiero ser paramédico un día – dijo YunHo, revelando uno de sus sueños.

-Serías uno muy bueno –

-Gracias –

Después de platicar un rato, Jae Joong volvió a colocarse la mascarilla y se quedó dormido. YunHo salió del cuarto y se fue con su padre que le acababa de llamar para avisarle que lo esperaba afuera del hospital.

FIN DEL FLASH BACK

Jae Joong mordía su labio con fuerza. Estaba acostumbrado a tener esa especie de “mala suerte”, porque siempre le pasaba algo, pero nunca lo habían asaltado y mucho menos herido con arma blanca. Dolía demasiado y sentía que cada vez estaba más lejos del mundo real, en cualquier momento caería inconsciente por la pérdida de sangre y la mano de YunHo presionando su abdomen solo hacía que el dolor aumentara.

-Me duele Yun – susurró Jae Joong.

-Lo sé, lo sé, pero si retiro mi mano te vas a desangrar, solo aguanta, ya casi llegamos – trató de sonar calmado YunHo para que Jae Joong no se asustara, pero la verdad era que quien más asustado estaba era YunHo. Por nada del mundo podía dejar que el chico de sus sueños, por ese que lo había motivado a cumplir todas sus metas y por el que suspiraba enamorado todos los días muriera en sus manos.

Jae Joong vio el rostro de YunHo, con las lágrimas a punto de salir, pero no le dijo nada. YunHo siempre había mostrado un lado fuerte frente a él y no quería que supiera que se había dado cuenta del estado en que se encontraba en ese momento. Cerró sus ojos por unos segundos y trató de reemplazar sus miedos con buenos pensamientos…

FLASH BACK

Acababa de sentarse en la que sería su nuevo lugar a partir de ahora, en su primer día de preparatoria.

Preparatoria.

Se sentía demasiado extraño solo pensarlo, jamás se imaginó en ese punto de su vida, y aun así sabía que era demasiado joven y le faltaban muchas cosas por vivir.

Sacó un libro de su mochila y lo abrió en la página en la que se había quedado, se puso los audífonos y se concentró en su lectura. El salón estaba vacío aún, a él le gustaba llegar temprano y aprovechar la tranquilidad de las mañanas.

Llevaba 4 capítulos cuando el salón ya tenía más personas, todas luciendo igual de inexpertos que él porque eran novatos. Alguien tocó su hombro y él se quitó los audífonos y cerró su libro.

-¡Jae! –

-¿YunHo? – dijo Jae Joong sorprendido al verlo ahí. –Pensé que… te habías ido… nunca me dijiste a que escuela irías –

-Lo sé… es que si me iba a ir, pero al final no y terminé aquí, quise darte una sorpresa – sonrió el moreno y el pelinegro también lo hizo y abrazó a su mejor amigo.

Si supiera YunHo cuánto lloró él cuando supo que no iban a estar en la misma escuela probablemente le hubiera dicho de inmediato la buena noticia de que iban a estar juntos por tres años más de escuela. Pero ahora todo estaba bien, Jae Joong se sentía mejor ahora.

-Eres un tonto – le dijo a YunHo – Pero estoy feliz –

-Yo también – dijo YunHo.

Jae Joong se volteó en su silla hacia el frente con una sonrisa cuando el maestro llegó y puso atención en sus clases.

Todo iba bien, se reía con YunHo entre clases cuando se aburría, hacían equipo para varias clases y comieron sus almuerzos juntos.

A mediodía tocaba clase de educación física y Jae Joong estaba en el salón buscando desesperado en su mochila y entre sus cuadernos su justificante para no asistir a esa clase.

-No puede ser que lo haya perdido – dijo Jae Joong para sí mismo.

-¿Qué cosa? – preguntó YunHo que llegó de los vestidores con su uniforme de deporte y su agua en mano.

-Mi justificante YunHo… ya sabes que no puedo hacer deporte – YunHo recordó aquel detalle y se preocupó también y lo ayudó a buscar.

El chico no había tenido un ataque de asma después de aquella vez a los 12 cuando fue hospitalizado y estaban tan acostumbrados a que en la secundaria todos los maestros ya los conocían y no necesitaba llevar una nota escrita por un médico donde indicara que no debía de agitarse mucho. Pero ahora estaban en una nueva escuela y para el maestro todos eran iguales.

-¡AFUERA YA!  - les gritó el profesor cuando entró al aula y vio que aún estaban YunHo y Jae Joong dentro cuando todos sus demás compañeros ya estaban en las canchas.

-Espere – dijo YunHo y siguió buscando entre los libros de Jae Joong.

-Dije ¡Afuera!, ¡Los dos! – se puso frente a ellos y se fijó en el más pálido. -¿Por qué no te has cambiado? – le preguntó. Jae Joong levantó la vista algo nervioso y le respondió.

-No tengo el uniforme… y no puedo hacer deportes –

-La excusa de que no has comprado el uniforme no te va a servir conmigo para saltarte la clase muchachito – le advirtió el profesor.

-No es por eso… no puedo hacer deporte, estoy enfermo –

-¿Y en dónde está escrito eso? – preguntó.

-Es lo que estoy buscando – dijo Jae Joong comenzando a desesperarse.

El profesor perdió la paciencia y los jaloneó de los brazos a los dos.

Una vez en las canchas donde todos estaban esperándolos, YunHo y Jae Joong tuvieron que ir a la pista de atletismo mientras los demás recibían la instrucción de hacer el calentamiento.

-Ustedes dos por andar queriéndose saltar la clase van a hacer unas vueltas de castigo –

-Ya le dije que no trataba de saltarme la clase por gusto – dijo Jae Joong enojado.
Y YunHo soltó un suspiro y pasó una mano por su cabello, dando la situación por perdida. Porque cuando Jae Joong se enojaba ya nadie lo callaba.

-Tú harás más por estarme contestando de esa forma –

Jae Joong sopló fuerte y desvió la mirada fastidiado. El profesor enfureció más y sonó el silbato frente a ellos.

-¡20 VUELTAS! –

-No lo haré – dijo Jae Joong

-25 –

-No –

-30 y no te irás hasta que las acabes, así que comienza ya – le dijo el maestro y comenzó a tomar el tiempo en su cronómetro.

Ambos comenzaron a correr porque el hombre ya estaba por empujar a Jae Joong para que avanzara.

-No puedo Yunhie – dijo Jae Joong con un suspiro. Trotaban lento para ir al mismo ritmo pero aun así Jae Joong sentía que se cansaba demasiado rápido.

-Iremos lento Jae, no importa que tanto nos tardemos – le animó YunHo tomándolo de la mano.

Dieron una vuelta completa y Jae Joong sintió que su vista se nublaba. Se agachó un poco y apoyó las palmas de sus manos en los muslos y se quedó así, tratando de recuperar el ritmo de su respiración. YunHo se detuvo también y volteó hacia Jae Joong.

-¿Estás bien? –

-Si…  solo necesito tranquilizarme – respondió sentándose en la pista y cubriéndose el sol de la cara con la mano.

-¡¿Por qué se detuvieron?! – llegó corriendo el entrenador.

-No puede correr – dijo YunHo.

-Pues tiene que correr, es su castigo por contestarme – lo tomó de la camiseta y lo levantó del suelo. Jae Joong se quejó y YunHo se molestó.

-¡No lo toque! – le dio un manotazo al hombre para que soltara a Jae Joong y dijo –
Yo hare las vueltas por él, déjelo ir –

-Yun… -

-Está bien, si aguanto corriendo… ve a casa – le acarició el hombro y lo siguió con la mirada hasta que se fue de la pista. El entrenador lo siguió también por unos segundos y volteó a ver a YunHo de nuevo y sonó el silbato.

A lo lejos, Jae Joong vio a su amigo cumplir un castigo doble por su culpa y se fue a su casa después de desearle suerte en silencio.

---

Cuando Jae Joong llegó a su casa, estaba completamente rojo por el sol. Su mamá lo recibió con un gran vaso de agua fresca que tomó rápidamente.

-Tranquilo Jae, no hay prisa – le dijo sonriendo su mamá.

-Es que tengo mucha sed y calor –

-¿Por qué vienes tan rojo? – le preguntó. Jae Joong no quiso preocupar a su mamá y le respondió.

-Me dio calor mientras venía caminando a casa, solo eso – Y subió a su cuarto para hacer su tarea.

Estuvo varias horas encerrado en su cuarto estudiando y haciendo sus tareas, de vez en cuando se aburría y se acostaba un rato a ver televisión y después volvía a abrir el cuaderno. Aún se sentía muy agitado, pero trataba de respirar profundo y lento.

Hasta que no pudo más.

Se levantó de su cama y salió del cuarto. Su papá acababa de llegar a casa y estaba sentado viendo televisión con Jae Rin.

-Appa… - habló el pelinegro.

Hyuk Su volteó.

-Hola Jae, ¿quieres sentarte con nosotros? – le hizo un espacio en el sillón.

-No… me siento mal – admitió el chico.

Su papá se puso serio de inmediato y se acercó a él.

-¿No puedes respirar bien? – le preguntó. El chico negó con la cabeza y trató de respirar hondo pero solo hizo ruido.

-¿Ya usaste tu inhalador? – el chico asintió – Ok, vamos al hospital, tranquilo – le dijo Hyuk Su y Jae Rin se levantó y pasó un brazo alrededor de Jae Joong para ir juntos al auto.

Condujeron rápido hasta el hospital. Jae Joong seguía intentando respirar con normalidad pero cada vez se desesperaba más y las lágrimas estaban amenazando con salir de sus ojos.

Entraron a urgencias y dejaron que Jae Joong se acostara en una camilla y lo atendieron. Sus papás se quedaron fuera de la escena, esperando noticias del doctor hasta que este se acercó a ellos.

-Jae Joong ya está mejor, solo me gustaría que pasara la noche aquí para asegurarnos de que no habrá más complicaciones –

-Está bien… ¿Por qué se pudo haber puesto así?, hace años que no necesitaba venir al hospital por problemas respiratorios – dijo Hyuk Su.

-Jae Joong me comentó que corrió una vuelta en la pista hoy, el profesor lo obligó porque no traía su justificante –

Jae Rin suspiró y entendió todo. Hyuk Su solo asintió y ambos fueron con su hijo.

-¿Cómo te sientes? – le preguntó Jae Rin cuando se sentó a su lado.

-Estoy mejor – sonrió un poco y cerró sus ojos.

El día siguiente llegó rápido y Jae Joong se quejó cuando despertó y sintió que casi no había descansado. Se quitó la mascarilla y se sentó en la cama, listo para ir a casa. Se levantó de la cama y se fue a cambiar de ropa. Solo su madre lo estaba esperando afuera del baño porque su padre se había tenido que ir a trabajar.

El trayecto a casa fue silencioso, Jae Joong miraba por la ventana mientras su madre conducía.

-¿Estás bien? – le preguntó Jae Rin.

-Si… solo estoy cansado – respondió sin muchos ánimos Jae Joong, lo único que quería hacer era llegar a su cuarto y dormir en su cómoda cama. Nada más.

-Voy a estar en la sala, dime si necesitas algo – dijo Jae Rin cuando su hijo se hubo acostado de nuevo en su cuarto y lo dejó solo para que descansara.

Le sorprendió lo rápido que pasó el tiempo ya que cuando él se acostó en su cama eran las 7:00 a.m. y ya habían pasado 5 horas. Quería dormir más así que solo se giró para encontrar otra posición en la que estuviera cómodo.

La puerta se abrió pero a él no le importó, ya tenía los ojos cerrados de nuevo. Escuchó solo los pasos de quien había entrado a su habitación y lo único que pensó fue que su madre había entrado a ver como estaba. Entonces la luz del día le dio de lleno en la cara porque habían corrido las cortinas de la ventana y Jae Joong se cubrió con la cobija hasta la cabeza.

-Ya levántate flojo – se escuchó la voz de YunHo.

-¿Qué haces aquí? – preguntó Jae Joong tratando de disimular su sorpresa.

-Vine a verte… ¿Por qué no fuiste a clases? – se acostó a su lado y le quitó la cobija.

- Me sentí mal… pasé la noche en el hospital –

YunHo se acostó de lado, quedando cara a cara y lo miró severamente.

-¿Por qué no me dijiste que te sentías mal? – le regañó.

-Es que no me sentía mal en ese momento… traté de respirar bien y lo estaba logrando, fue en la tarde cuando ya no pude y le dije a mi papá – explicó el pelinegro.

-Está bien… lo bueno es que estás bien – lo abrazó por un largo tiempo y Jae Joong solo se dejó consentir por su amigo. – Ahora hay que hacer la tarea –

-Oh vamos… no tengo ganas de hacerla –

-No quieres que te castiguen de nuevo… el encargado de los castigos de nuestro grupo es el profesor de educación física –

-Oh Dios… está bien – se levantó sin muchas ganas.

-Jae… - habló de nuevo YunHo.

-¿Si? – lo volteó a ver y pudo notar cierto brillo en la mirada de su mejor amigo que lo hizo sonreír.

-Pasé mi examen – sonrió YunHo.

-¿Cómo dices? –

-¡Oficialmente soy paramédico Jae! – dijo casi explotando de la emoción. Jae Joong gritó y se lanzó a sus brazos.

-¡Oh por Dios YunHo!, estoy tan feliz por ti, tan feliz –

-Gracias Jae… gracias, yo también lo estoy –

Le dio un beso en la mejilla y sintió que su corazón se detenía en ese instante.

FIN DEL FLASH BACK

-Hemos llegado Jae, solo aguanta un poco más – dijo YunHo cuando abrieron la puerta de la ambulancia. Tuvo que subirse en la camilla sobre las piernas de Jae Joong para seguir haciendo presión en la herida y fueron transportados los dos hasta urgencias.

-Hay que llevarlo a cirugía – dijo el doctor que los recibió. –No te bajes hasta que yo te diga – le ordenó a YunHo.

Jae Joong abrió sus ojos de nuevo, muy poco porque la iluminación del hospital era mucha y no supo porque sonrió, tal vez ya se estaba volviendo loco y ver a YunHo encima de él lo hizo reír. La camilla comenzó a moverse y llegaron hasta el quirófano.

-Estaré afuera esperándote Jae, hay algo importante que quiero decirte – le besó la frente y Jae Joong asintió, sintiendo una tremenda curiosidad por lo que su amigo tendría que decirle.

YunHo se sentó en una silla de la vacía sala de espera y sacó su teléfono para llamar a los padres del pelinegro, debían de estar preocupados porque su hijo aún no llegaba y detestaba dar noticias malas pero tenía que decirles lo que le había sucedido a Jae Joong.

Se quedó rezando en silencio para que todo saliera bien cuando una mano tocó su hombro y lo hizo abrir sus ojos y enderezarse.

-Jae Rin-sshi – dijo YunHo.

-¿Cómo está Jae? – preguntó preocupada la madre del chico.

-Aún no me dan noticias de él… pero estaba estable cuando yo lo entregué –

-Bueno… no nos queda más que esperar – dijo Hyuk Su sentándose a un lado de su mujer y YunHo volvió a sus pensamientos.

No se dio cuenta de que eran las tres de la mañana hasta que el cirujano entró a donde estaban ellos y vio a los padres de Jae Joong hablar con él.

-Jae Joong está bien, no hubo ninguna complicación durante la cirugía, se recuperará rápido –

-Muchas gracias doctor – le agradecieron Hyuk Su y Jae Rin y YunHo se dejó caer en la silla de nuevo. La desesperación y ansiedad que lo habían estado intentando derrumbar todo ese tiempo se convirtieron en lágrimas y no pudo detenerlas. Jae Rin se acercó a YunHo y lo abrazó.

-Está bien YunHo, está bien… hiciste un buen trabajo y trajiste a salvo a nuestro Jae Joongie –

-Estaba muy… asustado… pensé que lo perdería – confesó YunHo devolviéndole el abrazo a la madre de Jae Joong. – Estaba perdiendo mucha sangre… pero… no podía dejarlo… él tenía tanto miedo –

-Gracias por cuidarlo YunHo, no sé qué sería de Jae Joong sin ti – la señora Kim le acarició el cabello y siguió abrazándolo hasta que se tranquilizó. El padre de Jae Joong se había ido por un café para los tres y solo estaban ellos dos ahí, en la silenciosa sala de espera.

-YunHo… - habló después de un rato Jae Rin.

-¿Si? –

-Te voy a hacer una pregunta y quiero que la respondas con sinceridad por favor… no te diré nada, solo quiero saber tu respuesta –

-mmm… está bien – aceptó algo dudoso el moreno.

-¿Estás enamorado de Jae Joong? –

YunHo se sorprendió por la pregunta. Nunca pensó que alguien lo fuera a descubrir, siempre había tratado de mantener sus sentimientos ocultos y comportarse como un buen amigo.

-Yo… si – respondió, mirando a la mujer a los ojos. Ella solo asintió y preguntó.

-¿Puedo saber desde cuándo? –

-La verdad no lo sé… fue difícil aceptar mis sentimientos hacia Jae Joong porque nunca me había sentido de esta manera y lo he mantenido bien en secreto… o eso pensaba – sonrió y miró sus manos.

-¿Planeas decírselo algún día? –

-Si… pero aún no sé cuándo – admitió.

-Mucha suerte con ello YunHo… y por favor, sigue cuidando de él – se levantó de la silla después de decirle aquello y entró a la habitación con Jae Joong para pasar el resto de la noche con su hijo.

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Unas semanas después, Jae Joong era recibido en casa de YunHo por la madre de este, quien lo abrazó con cuidado y lo dejó en el cuarto del moreno

-Me alegra tanto que estés bien Jae Joongie… YunHo me estuvo contando todo lo que le decían los doctores de tu estado – dijo la señora Jung cuando le abrió la puerta del cuarto de YunHo.

-Gracias, yo también me alegro de estar bien – sonrió y se sentó en la cama de YunHo. Se quedó esperando a que su amigo terminara de bañarse y se acostó mientras leía uno de sus libros.

-¿Te entretienes? – preguntó YunHo.

-De hecho si – respondió Jae Joong.

-Hazme un espacio, anda – lo empujó para poder acostarse también en la cama y Jae Joong se quejó pero se hizo a un lado.

-Es más cómoda mi cama para que nos acostemos los dos, es más grande – dijo el pelinegro

-Oh, si no te gusta puedes acostarte en el sillón de allá – bromeó el moreno.

-No dije que no me gustara – apoyó su cabeza en el pecho de su amigo y YunHo prendió la televisión y la consola. Pasó un brazo por sus hombros y lo abrazó contra su cuerpo, sintiendo el calor corporal de Jae Joong que tanto le gustaba. Puso una película y estuvieron en silencio un momento.

YunHo recordó las palabras de su madre en ese instante.

“Deberías decirle a Jae Joong lo que sientes por él, no creo que te rechace YunHo… él te quiere mucho, yo lo sé… solo díselo”

Con ese pensamiento en su cabeza, tomó la decisión y abrió su boca, listo para decirlo cuando Jae Joong habló.

-YunHo… ¿Puedo contarte algo? –

-Claro… sabes que puedes decirme lo que quieras –

-Si… verás… hay alguien que me gusta, y quiero decírselo, pero no sé cómo reaccionará, somos amigos, pero no quiero arruinar nuestra amistad si me rechaza –

-Oh… yo, creo que deberías decirle sobre tus sentimientos. ¿Quién sería tan tonta para rechazarte? – dijo YunHo.

-Es que… no es una mujer YunHo, por eso tengo miedo – confesó Jae Joong.

-Oh, ya veo – fue lo único que pudo decir. No sabía si sentirse feliz porque sus posibilidades con Jae Joong crecían al saber que le gustaban los hombres o si sentirse mal porque le estaba pidiendo consejos para confesarse a alguien más. –
Aun así… sería demasiado tonto si te rechazara. Eres genial Jae Joong, eres buena onda, inteligente, apuesto y… tienes una hermosa personalidad – terminó de decir YunHo. Quería llorar y sentía que se iba a notar pronto en su voz.

-¿En serio crees eso? –

-Cl… claro –

-Entonces se lo diré mañana… gracias Yunhie – lo abrazó y le quitó el control de la mano para cambiar de canal.

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Al día siguiente en clases, YunHo vio a Jae Joong desde su lugar hablar animadamente con YooChun y supo de inmediato que era él de quien su amigo y amor secreto hablaban. Sacó su libro de Técnico en Urgencias Médicas que siempre llevaba en su mochila y lo abrió en cualquier página, solo para tener algo con que distraerse.

-¿Por qué estás enojado? – le preguntó Changmin al verlo dejar caer el libro con fuerza en la banca.

-Por nada – dijo volteando sin darse cuenta hacia donde estaban Jae Joong y YooChun riendo.

-Es por Jae Joong ¿cierto? –

-Siempre es por él Changmin… ya sabes – admitió un enfadado YunHo.

-Díselo… solo dile que te gusta –

-No puedo… él se confesará a YooChun hoy… me pidió consejos ayer y prácticamente me confesó que le gusta YooChun… soy un idiota, ¿cómo no me di cuenta antes? – escondió su rostro en sus manos.

-No lo creo… pero aunque fuera cierto lo de YooChun, ¿no deberías estar ahí con él como buen amigo?, después de todo eres su mejor amigo – dijo el menor.

-Si… supongo que si… voy a comer afuera – se levantó con su libro y su almuerzo y se fue al patio a recargarse contra el gran árbol que estaba por las canchas de baloncesto y que daba una gran sombra.

Pensaba en Jae Joong, en lo que estudiaba y nuevamente en Jae Joong, era imposible concentrarse en la lectura si seguía pensando en el chico de cabello negro, piel blanca y sonrisa encantadora. Le dio una mordida a su sándwich y vio al dueño de sus pensamientos caminando hacia él.

-¿Por qué estás aquí? – preguntó Jae Joong sentándose a su lado.

-Tenía ganas de aire fresco y tranquilidad, en el salón había mucho ruido y no podía leer en paz – mintió.

-Ya veo… puedo irme si quieres seguir leyendo –

-No… no hay problema, puedes quedarte – le dijo alarmado YunHo – Pensé que estarías con YooChun, vi que hablabas con él hace rato y no quise molestarte –

-Estaba contándome de su cita con Junsu… ¿Sabes que esos dos son novios? – dijo Jae Joong con una sonrisa melancólica. YunHo abrió los ojos como platos y un peso de encima de sus hombros fue liberado.

-No lo sabía… bien por ellos – dijo con una pequeña sonrisa. Volvió de nuevo a su mente la conversación que habían tenido el día anterior y le preguntó – Entonces… ¿Aún no te confiesas a esa persona? –

-No… es que estaba buscándolo, pero ya lo encontré – dijo justo cuando un grupo de hombre de acercó a la cancha para jugar soccer.

-Oh… ¿se lo dirás ahora? – preguntó sin mirar a Jae Joong. Nuevamente sentía que quería llorar.

-Si… - respiró hondo y se quedó en silencio un momento. YunHo esperó que él se levantara y fuera hacia uno de los chicos que se preparaban para jugar pero no lo hizo, solo habló de nuevo.

-YunHo, me gustas –

-¿Qué? – volteó sorprendido YunHo.

-Desde hace mucho me di cuenta de que estoy enamorado de ti y creo que he sido un cobarde por no habértelo dicho antes… pero no quería darte asco y arruinar nuestra amistad – dijo mirándolo a los ojos. – Estuve a punto de morir y nuevamente me has salvado y pensé que era ahora o nunca cuando debía darte a conocer mis sentimientos porque nunca sabes lo que puede pasar en el futuro –

-Jae… - no sabía que decir. Estaba tan feliz que había quedado en estado de shock.

-No tienes que decir nada YunHo… te prometo que no haré nada para hacerte sentir incómodo y que todo permanecerá como antes – dijo bajando la mirada.

-No, no quiero que las cosas sean como antes Jae – habló por fin YunHo – Quiero que seas mi novio y quiero besarte en este momento –

-¿Qué dices? – ahora fue Jae Joong el sorprendido.

-Dije que quiero que seas mi novio y que quiero besarte – Soltó su libro y se acercó a Jae Joong, tomó su rostro con sus manos y se acercó tanto que podía sentir su respiración sobre sus labios y sin poder resistirlo por más tiempo lo besó.

Changmin, YooChun y Junsu los observaron desde las gradas de la cancha de soccer y sonrieron.

-Les dije que se besarían, paguen idiotas – dijo Changmin con una sonrisa y la pareja puso su dinero en la mano extendida del menor.


FIN

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Ya tenía este one shot en mente desde hace unos días y no pensé que fuera a quedar tan largo. No planeaba subirlo hoy pero estoy tan triste por el enlistamiento de Jae Joong a su servicio que me quedé encerrada en mi cuarto a escribir mientras escucho sus canciones ToT

Espero les guste. Dejen comentarios por favor, ayudará a que no muera de depresión (no estoy llorando, se me metió un jae-se-fue-al-ejército en el ojo)

L@s quiero

~Always Keep The Faith~