La guardia era
pesada, típica de un viernes por la noche especialmente si se trataba de
urgencias, incluso para él estaba costando trabajo a pesar de su amor por las
emergencias.
¿Y cómo no
sentirse sofocado si la sala de consulta estaba llena? Hasta en los pasillos
había camillas y sillas con pacientes esperando ser atendidos, tan solo en su
tabla las etiquetas con datos de 5 pacientes que estaban asignados bajo su
cargo y para donde quiera que volteara, el resto de sus compañeros estaba
igual.
De un
instante a otro se escuchó un fuerte ruido a sus espaldas mientras checaba
signos vitales a una mujer en silla de ruedas y un hombre gritó. Tan solo un
grito sin contenido, sin algún mensaje que pudieran escuchar para entender lo
que le sucedía. Algunos de sus compañeros, los hombres que se veían más grandes
de la sala, se acercaron para intentar calmarlo, al parecer lo que causó el
ruido hacía unos instantes fue la silla donde estaba sentado y que lanzó contra
la pared.
“Paciente
psiquiátrico seguramente” pensó al verlo forcejear con sus compañeros. Anotó
los signos que revisó de su propio paciente y cuando iba a seguir haciendo su
trabajo escuchó al mismo hombre hablar.
-¿Qué tanto
me miras? –
Él volteó
hacia los lados y no vio a nadie que estuviera observando al paciente que cada
vez parecía estar más violento.
-Si, tú, te
estoy hablando a ti –
“No puede
estarme hablando a mí” pensó por un momento y volteó de nuevo pero nadie lo
miraba.
-Deja de
voltear, estoy hablando contigo, ¿qué tanto me veías eh?, ¿Crees que estoy
loco?, ¿Tú también vienes solo a juzgarme como todos las demás?, Todos son
iguales – y pareciera que tomó fuerzas de nuevo porque empujó a los dos
muchachos que lo sostenían con todas sus fuerzas de los brazos y comenzó a
caminar hacia él.
Quiso
moverse pero el miedo lo había paralizado por completo. Era la primera vez que
le sucedía aquello, jamás se había quedado inmóvil en situaciones en las que
sabía que precisamente debía de moverse o correría peligro.
Y ahora era
demasiado tarde porque aquel hombre estaba frente a él, muy cerca, mirándolo hacia abajo de manera despectiva.
-Eres igual
que ellos, todos me juzgan, siempre están diciendo que hago las cosas mal –
-No estoy
juzgándote, ni siquiera te he estado viendo – dijo tratando de mantener la
calma.
-Mentira,
todos dicen lo mismo y siempre son mentiras –
“Probablemente
sea esquizofrénico” pensó y después sintió un apretón fuerte en el brazo y como
empezaba a ser jalado.
Soltó un
grito por el dolor y aunque probablemente se metería en problemas más tarde,
cerró el puño de su brazo libre y le soltó un golpe en la cara al paciente y
una patada en la entrepierna para lograr que lo liberaran.
Y funcionó.
Corrió un
poco y para su suerte los guardias de la entrada de urgencias ya habían sido
notificados de la situación en la sala de espera de la consulta externa y
fueron de inmediato a detener al paciente, quien se estaba levantando adolorido
después del golpe.
Se apresuró
a llegar al consultorio 1 donde estaba el residente a cargo de todos los
internos y decirle que ya no quería estar en ese lugar, al menos no por esa
noche. Nunca había tenido que enfrentarse a un paciente violento y su cabeza
era una mezcla de emociones que no podía identificarlas bien porque de entre
todas ellas, la que predominaba era el miedo.
Estaba
realmente aterrado por lo que había sucedido. Después de todo ese “rush” de
adrenalina, todo lo que quedaba era miedo.
Sabía que
el hospital no era un lugar seguro, después de todo te encuentras a todo tipo de
gente ahí, pero nunca se había sentido inseguro hasta ahora.
-Hey,
¿estás bien? – le preguntó el residente sentado frente al escritorio del
consultorio y quien se supone está a cargo de él y el resto de sus compañeros
internos.
-No, en
realidad no lo estoy –
Todos se
quedaron en silencio por unos instantes.
Nadie está
bien nunca, pero nadie nunca suele externar como se siente, él suponía que
era por esa razón por la que todos se sorprendieron con su respuesta.
Salió del
consultorio después de eso y pareciera que todo había vuelto a la tranquilidad.
Aunque la consulta de urgencias no era precisamente un lugar tranquilo,
comparado con el incidente de hace unos minutos pareciera que todo estaba en
silencio y calma.
Prefirió
intentar seguir con su trabajo, hacerse el fuerte y probablemente desahogarse
cuando su turno terminara y volviera a casa, pero cuando iba a retomar a uno de
sus pacientes se dio cuenta de que no tenía su estetoscopio.
-Oh mierda,
no pude haberlo perdido –
Regresó al
consultorio para revisar el área – ya que solían dejar sus cosas ahí – pero no
encontró nada.
-Imposible
– pensó ahora un poco más alarmado.
Ese
estetoscopio no solo era importante por lo que le había costado, sino porque
era el primero que su familia le compraba y había sido su regalo por empezar el
internado rotatorio, así que perderlo no era algo que pudiera aceptar así sin
más.
Caminó por
el pasillo hacia Rayos X y por el pasillo hacia trauma y suturas pero siguió
sin encontrarlo.
-Oye –
escuchó detrás de él pero no hizo caso hasta que le tocaron el hombro y se
dio cuenta que le estaban hablando a él.
Aún se
sentía algo fuera de lugar.
-Creo que
buscas esto – extendieron el estetoscopio frente a él.
Se quedó
callado.
Aún no
podía realmente registrar lo que estaba sucediendo, sobre todo porque la
persona que le hablaba y que sostenía en su mano lo que buscaba era a quien
menos esperaba ver y mucho menos esperaba que le hablara.
-¿Por qué
lo tienes? – lo tomó suavemente y lo guardó en su bata y lo miró fijamente a
los ojos.
Pareciera
que él se había puesto nervioso con tal acción porque empezó a desviar su
mirada antes de responder.
-Me lo
prestó uno de tus amigos por un minuto, pero luego sucedió lo del paciente
psiquiátrico y ya no lo vi para regresárselo –
-¿Y cómo
supiste que era mío?... maldito vato por qué presta mis cosas – habló
refiriéndose a su amigo.
-Tiene tu
nombre – señaló la campana y recordó que estaba grabado.
-Cierto… -
-¿Estás
bien? – le preguntó. Al parecer sabía que había estado involucrado con el
paciente violento.
-¿Por qué
lo preguntas? – pero aun así intentó evadir la pregunta con otra.
-Vi lo que
pasó – respondió.
-Estoy
bien, no tienes que preocuparte, gracias – dijo algo cortante.
La verdad
era que por dentro estaba explotando de emoción porque el chico que tanto le
gustaba y a quien tanto extrañaba se mostraba preocupado por él, por otro
lado, estaba muy molesto con él y quería que se alejara.
-¿Seguro?,
podemos ir a tomar un poco de aire fresco –
-¿Para qué?
–
-Para que
respires un poco, solamente eso… puedo hacerte compañía si lo necesitas – dijo
con voz gentil y mirándola mientras él desviaba su mirada hacia sus manos.
-No es
necesario –
-Oye… de
verdad –
-Dije que
no es necesario ¿si? – dijo molesto. -¿Por qué te necesitaría ahora si no
estuviste antes? –
Se
arrepintió en ese momomento de haber soltado esa frase pero ya no podía volver
atrás. YunHo lo miró un poco dolido pero entendió sobre que hablaba y sabía
que no tenía como defenderse.
-Lo sé…
estoy aquí ahora, y sé que no resuelve las cosas pero podemos hacerlo a un lado
solo para hacerte sentir mejor –
Se quedaron
callados unos segundos y decidieron moverse hacia unas escaleras por las que
raramente pasaba alguien.
-Lo siento…
no debo explotar contigo, es solo que… -
Sintió un
abrazo que no lo dejó terminar su frase.
De repente
estaba envuelto en los brazos del chico por el que había escrito incontables
veces sin publicarlo en ningún lado, por quien había llorado con películas
románticas y sentido canciones de amor. Su nariz estaba tan cerca del cuello de
él y su aroma lo inundaba por completo que sin poder contenerlo más dejó que su
cuerpo actuara a su voluntad y correspondió el abrazo, apretándolo fuerte y
hundiendo su cara en el hueco de su cuello, respirando ese delicioso aroma y
sintiendo como las lágrimas rodaban por sus mejillas rojas.
Quizá era
estrés, quizá era miedo, o simplemente que lo extrañaba mucho y la situación se
había tornado casi perfecta para que desbordara sus sentimientos, pero no le
importaba, en ese instante estaba ahí, con él, de nuevo, y no podía ser más
perfecto ese sueño…
Hasta que
despertó.
En una cama
vacía y con una sola lágrima acompañándolo.
--
Hola!!
Siento que cada vez me ausento por más tiempo, odio decirlo pero a veces se vuelve un poco más difícil escribir algo porque la cabeza no me da para pensar en otras cosas fuera de la universidad y el hospital, pero nunca me olvido de mi blog.
Este escrito es solo un poco de lo que quiero desahogar con el mundo, un poquito de lo que he guardado en estos meses.
Siempre lo adapto a YunHo y Jae Joong, aunque la historia sea algo triste.
Espero aun así sea de su agrado...
Y de Broken... no me olvido! De verdad que no lo hago, he batallado para tomar ideas pero juro que el siguiente capítulo está en proceso, ya me relajaré un día, tomaré un café y agarraré algo de inspiración para que lloren un poco más conmigo y con mis historias.
Por cierto.. Feliz aniversario 16!
Cuenta por puntos extra si publico el 26 de Diciembre?
Espero que si
L@s quiero <3
(A quien sea que siga aquí)
~Always Keep The Faith~