Capítulo 8: El tiempo se agota

La casa de YunHo estaba protegida por todo tipo de sortilegios que impedían que los ángeles caídos la detectaran y pudieran entrar a hacerles daño a él y a Jae Joong. Era por esto que YunHo podía dormir tranquilo por las noches y por lo que siempre trataba de mantener al pelinegro en casa, aunque claro, cuando el chico tenía que ir a la escuela no podía hacer nada, salvo acompañarlo hasta la puerta y estar ahí cuando saliera.

Aun así, esta vez, aquella protección estaba fallando.

El mismísimo Karam estaba de pie frente a la casa y consultorio del doctor Jung, en el parque que estaba cruzando la calle, escondido entre unos árboles y arbustos que lo cubrían perfectamente en la noche. La barrera no fallaba del todo, porque no podía entrar a la casa, pero podía verla y eso ya suponía una gran ventaja para él. Solo necesitaba tener a Jae Joong cerca un día sin que estuviera el guardián y asesinarlo.

Estaba furioso por los múltiples fallos que había tenido, pero se dijo a si mismo que si quería que las cosas se hicieran bien, debía de hacerlas por su cuenta.

-Nos veremos pronto Kim Jae Joong – dijo al tiempo que se alejaba de la casa por el momento, sabiendo que nadie lo escucharía.

~o~o~o~o~o~ SPECIAL ~o~o~o~o~o~

Jae Joong estaba en sus últimos días de vacaciones recogiendo el cuarto que YunHo le había ofrecido cuando llegó a esa casa, aunque ahora durmiera con su novio, utilizaba aquella habitación para hacer sus tareas y demás cosas de las escuela por lo que se encontraba ordenando los libros y cuadernos que tenía desparramados por el lugar.

Se encontró entonces el cofre que YunHo le había dado cuando murió su madre, aquel en el que encontraría la explicación a todo, o casi todo, pero que no se había atrevido a abrir aún.

Esos días se había puesto algo melancólico porque recordaba a su madre, su cumpleaños había sido hace unos días y no había podido dejar de sentir esa tristeza aplastante que le oprimía el corazón y lo hacía tener ganas de llorar todo el tiempo. ¿Habría algo de su madre dentro de ese cofre?, quería al menos una fotografía de ella, ya que no había podido llevarse nada de su antigua casa y le dolía recordarla porque siempre que lo hacía aparecía primero en su mente la imagen de su madre sonriéndole y segundos después se transformaba en la escena de su asesinato.

Se sentó entonces en el suelo, al pie de la cama, con el cofre entre las piernas y decidió abrirlo. Ahí dentro encontró varias fotografías, una cadena con una pequeña y delgada cruz de oro y un sobre.

Tomó el sobre y lo abrió con cuidado, encontrando lo que parecía ser una carta escrita por su mamá.

Jae Joongie…

Mi pequeño Jae Joongie, desearía con todas mis fuerzas no tener que explicarte todo por medio de esta carta, porque significa que ya no estoy más en este mundo, pero debes saber lo que está sucediendo a tu alrededor, o al menos lo que yo puedo proporcionarte.

Hace mucho tiempo, cuando yo era una joven muchacha conocí a un apuesto chico del cual me enamoré, para mi suerte mi amor fue correspondido también. Ya te imaginarás lo que sucedió después, nos casamos y te tuvimos a ti. Pero al poco tiempo tu padre tuvo que marcharse al cielo, y no porque haya muerto, sino porque tenía que cumplir con tareas que tenía asignadas allá como un ángel.

Lo único que sé es que corres peligro porque tu padre desterró del cielo a uno de los ángeles que se negaba a cumplir las reglas y la única manera para que él pueda regresar es utilizando tu sangre. Por eso está YunHo contigo, para protegerte de todo lo que pueda hacerte daño.

La vida no siempre es fácil, ya lo has de saber. Pero debes ser fuerte, debes vivir, porque eres muy importante y tienes toda una vida por delante. No llores por mí, yo te aseguro que donde quiera que esté, estoy bien. Y tampoco odies a tu padre por no estar contigo, solo entiéndelo, como yo supe hacerlo.

Disfruta tu vida mi pequeño Jae Joongie y cuídate mucho.

El papel se manchó con unas gotas y fue cuando Jae Joong se dio cuenta de que estaba llorando, que tenía la cara empapada en lágrimas y la vista nublada. El hecho de que su madre supiera que ella podría morir en cualquier momento no lo consoló para nada, ni mucho menos que su padre fuera un ángel. No lo conocía y no sabía que pensar. No quería odiarlo, pero tampoco podía decir que lo quería. 

Guardó la carta con las últimas palabras de su madre de nuevo en el cofre y lo guardó todo debajo de la cama. Se recargó en la cama y dobló sus piernas, abrazándolas contra su pecho y comenzó a llorar de verdad con la cara escondida entre sus rodillas.

~o~o~o~o~o~ SPECIAL ~o~o~o~o~o~

YunHo escuchó a Jae Joong llorar en su habitación. Estaba sentado a un lado de la puerta desde hace una hora esperando a que terminara, suponía que lloraba por su mamá y no quiso interrumpirlo.

En esos días el guardián no había tenido visiones nuevas, solo seguía reproduciéndose la misma en donde Jae Joong tenía una flecha en el pecho, pero trataba con todas sus fuerzas bloquear esas imágenes de su cabeza para no preocupar a Jae Joong. Habían estado practicando desde hace unos días como ocultar el aura del chico justo como lo hacía él para que no pudieran detectarlo tan fácil, pero aún no llevaban mucho avance, el chico solo podía ocultarla durante unos segundos y YunHo sentía que el tiempo se les estaba acabando.

No sabía que sucedería, solo presentía que el tiempo se agotaba. Que con cada día que pasaba Jae Joong corría más peligro y pronto sería demasiado que ni siquiera él podría protegerlo, y eso era lo que más le preocupaba porque jamás se perdonaría si dejaba que algo le pasara.

La puerta se abrió y YunHo se sobresaltó. Estaba tan sumido en sus pensamientos y preocupaciones que no se dio cuenta cuando Jae Joong dejó de llorar y caminó para salir de la habitación.

-Hola – fue lo único que se le ocurrió decir a Jae Joong cuando vio a su novio sentado en el suelo a un lado de su puerta.

-Hey, ¿cómo te sientes? – le preguntó YunHo cuando se levantó y le limpió con el pulgar una lágrima rebelde.

-Estoy bien… ya me siento bien – respondió el chico y tomó la mano de YunHo. Se quedó solo observándola y después abrazó al doctor, escondiendo su cara en su cuello y enjugándose unas cuántas lágrimas más.

En ese momento, el consuelo de YunHo era lo único que lo hacía sentir mejor.

~o~o~o~o~o~ SPECIAL ~o~o~o~o~o~

Justo como sus presentimientos le decían, en lo que aparentaba ser una noche tranquila, unos ruidos de pasos en el pasillo hicieron despertar a YunHo.

El doctor se levantó lentamente para no despertar a Jae Joong que dormía profundamente a su lado e inspeccionó con la mirada rápidamente la habitación en busca de alguna señal de peligro. Cuando pensó que quizá había soñado y solo era producto de su imaginación y su paranoia, volvió a escuchar ruidos en el pasillo.

Abrió el cajón de la mesita de noche y sacó silenciosamente una flecha estelar del pequeño carcaj que tenía escondido ahí y la sostuvo con fuerza junto a él, empuñándola listo para atacar.

Nuevamente se escucharon pasos. Más cerca esta vez.

YunHo se levantó y avanzó un poco hasta la puerta, mirando de vez en cuando hacia atrás para asegurarse que su novio estuviera a salvo.

Entonces la puerta se abrió con un fuerte estruendo y un ser que irradiaba luz propia se dejó ver. El cuarto se iluminó y YunHo supo de inmediato que aquella persona era Karam, el principal ángel caído del que debía proteger a Jae Joong. 

Su luz era la de un ángel, pues había pertenecido al cielo en un momento en lugar de haber sido creado en la tierra como los demás demonios que habían intentado atacarlos en ocasiones anteriores, pero aquello solo representaba más peligro. 

Porque si Karam había sido capaz de crear a todos esos seres que habían estado a punto de matarlos,  él sería más difícil de vencer.

El guardián retrocedió de inmediato y se acercó a la cama, sin separar su vista en ningún momento de Karam, que avanzaba lentamente hacía él y esbozaba una ligera sonrisa en su rostro, que lo menos que denotaba era felicidad.

-Hagamos esto por las buenas y no saldrás herido guardián –

-Nunca, no te entregaré al chico –

-Bueno… tú lo pediste – dijo Karam borrando su sonrisa y expresando con gran enojo aquellas palabras. Avanzó con una rapidez asombrosa hasta YunHo y con su mano derecha lo tomó del cuello, apretándolo con fuerza para dejarlo sin aire. 

YunHo enterró la flecha en el costado derecho del demonio y este lo soltó, gimiendo de dolor, pero para sorpresa de YunHo, Karam no se desintegró como los demás caídos con los que había peleado antes.

Ninguno de los dos se había dado cuenta de que Jae Joong había despertado, porque este estaba congelado del miedo en su sitio y no había podido siquiera gritar o emitir algún sonido desde que vio a Karam en la puerta, pero cuando el guardián y el demonio se revolcaron en el suelo, tirando golpes a diestra y siniestra sin señal de parar o de determinar un posible vencedor, Jae Joong se levantó y tomó la flecha que Karam había tirado al suelo y se abalanzó sobre él, enterrándola en la espalda del ángel caído.

Karam gritó nuevamente y empujó a Jae Joong con fuerza, haciéndolo chocar contra la pared. YunHo corrió con dificultad hasta Jae Joong y lo apartó rápidamente de donde estaba, teniéndolo que empujar con algo de fuerza hacia un lado para que el golpe que iba dirigido hacia el chico diera contra la pared.

Karam maldijo en voz alta.

-¡Maldito guardián, dámelo! –

YunHo y Karam forcejearon durante unos segundos y se separaron, empujándose. Jae Joong retrocedió arrastrándose en el suelo para evitar ser lastimado por alguno de los dos. En su vida había visto a YunHo pelear de manera tan feroz como lo estaba haciendo en ese momento. Pero no tenía miedo de él, tenía miedo por él, porque no quería que algo le fuera a suceder.

El caído dio un golpe en el pecho de YunHo y este se tambaleó hasta caer al suelo, con su mano en el lugar del golpe y con una expresión de que le faltaba el aire. Jae Joong fue sin pensarlo hasta YunHo para protegerlo, aunque no estuviera seguro de que podría hacerlo y YunHo quiso alejarlo, porque no quería que sus sueños proféticos se volvieran realidad.

-Hagamos esto por las buenas Jae Joong… te prometo que no sentirás dolor si te entregar voluntariamente a mí – le dijo Karam a pocos centímetros de él. Jae Joong negó con la cabeza y divisó al alcance de su mano de nuevo la flecha que ya habían usado dos veces contra él.

En un rápido movimiento, que Karam pudo leer también pero no pudo reaccionar a tiempo, Jae Joong tomó la flecha del suelo y el demonio se abalanzó sobre él, ambos rodaron en el suelo y forcejearon por la flecha, hasta que Jae Joong en una oportunidad logró encajarla.

Había cerrado los ojos y solo escuchó el grito de dolor de Karam, tan desgarrador que Jae Joong supo que lo había logrado lastimar mucho, y entonces abrió sus ojos y vio como el ángel caído se retorcía en el suelo con la flecha en su ojo. La sacó con fuerza y la sangre color negro y de un olor horrible manchó el suelo y antes de que Jae Joong o YunHo pudieran hacer algo más contra él, tronó sus dedos en un chasquido y desapareció del lugar, dejando solo el eco de una amenaza.

-Me vengaré guardián –

Jae Joong se quedó parado en estado de shock, observando el lugar en el que solo unos segundos atrás había estado peleando con Karam y estuvo a punto de morir. No reaccionó hasta que escuchó un gemido de YunHo.

-¡YunHo! – corrió hasta él y se hincó a su lado.

YunHo sostenía su pecho y respiraba con dificultad. El pelinegro lo ayudó a levantarse y llegar hasta la cama, donde se sentó y apoyó contra el respaldo.

-¿Estás bien?, ¿Qué tanto daño te hizo? – preguntó Jae Joong más que preocupado.

-Jae… No creo que… pueda sobrevivir… - dijo con la voz entrecortada.

Jae Joong ahogó un grito y dijo.

-¿Por qué dices eso YunHo?, solo dime que hacer y yo lo haré… yo te curaré… lo que sea – comenzó a llorar – No puedes irte, no puedes dejarme –

-El daño es muy fuerte Jae… no fue… solo un golpe – le acarició el rostro lleno de lágrimas a Jae Joong y lo atrajo a su cuerpo y lo abrazó con todas sus fuerzas. –Usó algún poder que él tiene y siento que cada vez pierdo más energía – trató de explicar aunque ni él entendía muy bien lo que trataba de decirle a su pareja.

-Entonces… ¿Es el fin? –

-Tal vez – lo besó en la frente.

-Te amo Yunhie – susurró Jae Joong cuando YunHo se acostó junto con él, tratando de mantener un ritmo de respiración normal. El guardián ya se había quedado dormido, Jae Joong sabía que seguía vivo porque su pecho aún se elevaba cuando respiraba, pero tenía mucho miedo de que dejara de moverse.

Lágrimas silenciosas cayeron por su rostro y mojaron el pecho de YunHo y se quedó dormido también, esperando que el mañana jamás llegara.

----

Quise meterle drama y suspenso a esta historia para ver si así llama un poco más la atención. Espero les guste, y ya había advertido que pasaría algo así... que tal vez mate a alguien :D - Las dejaré con el corazón en la mano pensando en si YunHo se nos muere o no muahaha - 

Nos vemos en los siguientes capítulos, la historia está por terminar OMG 

Y no sé que haré de mi vida después de esta D:!!!! Espero se me ocurra otro serial D:!!!!

L@s quiero 

~Always Keep The Faith ~