Unos días después de su cirugía, YunHo fue dado de alta para poder descansar en casa.
Las cosas entre Jae Joong y Sang Hye se tranquilizaron un poco después de que YunHo habló con su familia y a pesar de que no había ofrecido una disculpa por la bofetada que le dio a Jae Joong en el hospital y aún estaba reacia a la idea de dejar que retomaran su relación, la señora Jung no se interpuso más para que el urgenciólogo pudiera llevar a YunHo a su departamento y cuidarlo.
-Sé que tienen que regresar a Corea, pero pueden visitarnos cuando gusten, en verdad – dijo Jae Joong con tranquilidad. A pesar de todo el drama de los últimos días, no le guardaba ningún rencor a la madre de YunHo.
Siempre supo que no era de su completo agrado, la familia de YunHo tardó mucho tiempo no solo en aceptar su relación al principio, también en tolerarla. Las cosas habían mejorado muchísimo con la llegada de Seung Jae, a quien los señores Jung adoraban, y habían recibido mucho apoyo de su parte después de su fallecimiento, pero todo ese trabajo que Jae Joong hizo durante 12 años se perdió cuando se separaron.
Al menos con Sang Hye.
Estaban esperando terminar con el trámite para darlo de alta cuando Yang Hyun le pidió a Jae Joong salir un momento para hablar, volteó a ver a YunHo y este solo asintió, como asegurándole que todo estaría bien, y salió de la habitación.
-¿Cómo estás ahora? – preguntó Yang Hyun cuando cerraron la puerta.
-Estoy… bien – respondió dudoso.
-Emocionalmente – aclaró el señor Jung.
-Oh – miró al suelo un segundo y de nuevo a Yang Hyun – Definitivamente estoy mejor que hace cinco años, ha sido un camino muy difícil pero estoy en un mejor lugar ahora –
-Eso me da gusto Jae Joong – sonrió ligeramente al decir aquello – Sang Hye tardará un poco más en perdonarte pero solo quería decirte que tienes mi apoyo, y el de Jihye… - volteó a ver a YunHo por la ventana del cuarto, quien seguía sentado esperando poder irse.
-Gracias, en verdad –
-Perder a Seung Jae fue muy triste para todos, ustedes pasaron por lo peor que le puede pasar a un padre y realmente es muy difícil reponerse después de eso. Sé que YunHo está más estable que antes, y me da gusto saber que tú también lo estás. No sé que tanto pasó entre ustedes estos meses pero por favor cuida a mi hijo, ustedes dos se necesitan el uno al otro –
Jae Joong asintió, sus ojos llenándose de lágrimas que se resistió a dejar salir y Yang Hyun le ofreció un abrazo que correspondió con gusto.
-Le prometo que así será –
Jae Joong abrió la puerta de su departamento y entró con YunHo, fueron hasta su habitación y con cuidado lo ayudó a sentarse en la cama.
-¿Tienes hambre? – preguntó Jae Joong mientras dejaba sus llaves y su teléfono en el mueble a lado de su cama.
-Mucha, pero quisiera bañarme primero –
-Prepararé el baño -
A pesar de que YunHo insistió en que podía bañarse solo, Jae Joong lo terminó ayudando cuando lo vio batallar para moverse. Algo que el cirujano odiaba era sentirse como una carga y depender mucho de los demás, eso Jae Joong lo sabía mejor que nadie, pero también sabía que él era la única persona que podía hacer que cediera ante su orgullo.
-No me gusta sentirme como una carga – confesó YunHo cuando regresaron al cuarto y Jae Joong se agachó al pie de la cama, quedando a la altura de su pierna y comenzando a secar bien alrededor de su herida.
-Lo sé – contestó Jae Joong sin dejar de hacer la curación – Pero dijimos en la salud y en la enfermedad ¿no?, es mi turno de cuidarte ahora – se levantó y le dio un suave beso en los labios. YunHo sonrió en el beso.
Estaban juntos de nuevo y YunHo ya lo había perdonado, pero Jae Joong aún se sentía en deuda con él. Quería demostrarle que esta vez no se iría, que estaría para él y lo cuidaría así como él lo hizo cuando perdieron a Seung Jae.
Cuando terminó, le dejó ropa en la cama para que terminara de vestirse y fue a la cocina para empezar la comida. Hasta ese momento fue consciente de que él tampoco había comido nada en toda la mañana por estar concentrado en traer a YunHo a casa.
-Huele delicioso – escuchó de repente en la entrada de la cocina y volteó hacia YunHo, quien avanzaba con ayuda de sus muletas hacia la silla más cercana.
-Es solo kimchi jjigae – dijo Jae Joong queriendo sonar modesto.
-Me encanta el kimchi jjigae – respondió YunHo y Jae Joong se sonrojó.
Sirvió los platos para ambos y se sentó frente a él en la mesa. YunHo agradeció por la comida y se detuvo después del primer bocado, tapó su boca y parpadeó varias veces, sus ojos estaban rojos y parecía que quería llorar.
-¿Qué pasa? – preguntó Jae Joong de inmediato. YunHo solo negó con la cabeza pero el menor se levantó y rodeó la mesa para verlo más de cerca.
-No pasa nada – respondió YunHo limpiando una lágrima con su mano.
-¿Te duele algo?, ¿Me pasé de picante? – insistió Jae Joong. YunHo seguía negando y parecía no poder dejar de llorar, porque por más que se limpiaba las lágrimas estas seguían bajando por su rostro.
Jae Joong estaba completamente confundido, no sabía que hacer si el hombre frente a él le aseguraba que no pasaba nada.
-YunHo… -
-Estoy bien Jae – dijo al tiempo que tomaba su cuchara de nuevo y llevaba comida a su boca. Jae Joong lo observó preocupado pero esperó a que hablara de nuevo – Solo extrañaba muchísimo tu comida –
Sus ojos se humedecieron también y lo abrazó. YunHo rodeó su cintura y apoyó la oreja contra su pecho. Jae Joong dejó un beso en su cabeza y cuando el mayor alzó la mirada, bajó un poco para besarlo.
YunHo lloró de felicidad hasta que se terminó el plato y pidió un poco más.
Por la noche, Jae Joong se acostó junto a YunHo, descansó la cabeza en su pecho y lo abrazó por la cintura, asegurándose de estar lo más cerca posible a su cuerpo sin lastimarlo.
Era la primera noche que pasaban juntos desde que se reconciliaron. Jae Joong no podía evitar pensar en esas cosas, en esas nuevas primeras veces.
-¿Qué piensas? – preguntó YunHo acariciando su espalda. Llevaban varios minutos en silencio, las luces del cuarto apagadas y ambos intentaban dormir. – Y no me digas que en nada porque sé que no puedes dormir –
Jae Joong suspiró, ya no le sorprendía lo bien que lo conocía YunHo.
-No lo sé… solo tengo muchas cosas en la cabeza –
-Puedes contarme lo que sea, ¿lo sabes verdad? – apretó el abrazo en su cintura y lo acercó más a su cuerpo. Jae Joong apoyó su mano en el pecho de YunHo y asintió.
-Estaba pensando que esta es nuestra primera noche juntos como pareja después de mucho tiempo y bueno, no sé si reiniciamos la cuenta sobre nuestra relación o lo retomamos donde lo dejamos, tampoco te pregunté si quieres vivir aquí o prefieres estar en tu departamento, ni… -
YunHo lo calló con un beso. Jae Joong se apoyó en su codo para poderse levantar un poco y quedar frente a su rostro. Sus ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad de la habitación y podía distinguir los rasgos faciales de YunHo con facilidad. La mano que tenía en su pecho la subió hasta su cara y se acercó de nuevo a besarlo.
Se besaron por mucho tiempo, en ocasiones solo hacían una pausa para tomar aire y volvían a buscar sus labios. Los besos de YunHo siempre fueron su mayor debilidad y sonrió de solo pensar que por fin podía tenerlos cada que quisiera.
-Quiero vivir contigo – dijo YunHo entre besos – Donde sea –
-Y… - continuó Jae Joong pero fue interrumpido de nuevo por más besos.
-Nuestro aniversario será el mismo, a menos que quieras cambiarlo –
Jae Joong negó con la cabeza y se apoyó un poco más en YunHo para seguir besándolo.
-Una última pregunta –
-Dime –
-¿Qué somos?, ¿Novios, esposos o… -
YunHo soltó una carcajada.
-Eres mi esposo obviamente –
-Pero legalmente… lo siento – dudó un momento Jae Joong. YunHo apretó su cintura y después subió su mano hacia su rostro, acariciando su mejilla con suavidad. Pudo distinguir una sonrisa en el rostro del mayor.
-Estamos juntos de nuevo Jae Joongie, eso es lo que me importa, no seas tan duro contigo mismo ¿ok? –
Cerró sus ojos y dejó que una lágrima escapara de sus ojos, asintió y se permitió recibir el cariño de YunHo. Este volvió a bajar las manos a su cintura y lo buscó para besarlo de nuevo.
-Te amo – susurró Jae Joong.
-Te amo Boo – respondió YunHo, haciéndolo sonreír al escuchar aquel viejo apodo.
-Bésame de nuevo amor –
YunHo no tardó un segundo más en continuar besándolo, esta vez sus besos fueron más intensos y húmedos. Jae Joong gimió cuando YunHo introdujo la lengua en su boca y cuando se separó para tomar aire, le lamió los labios. Se besaban con un hambre que parecía nunca ser saciada. Jae Joong movió su pierna por encima de la de su esposo, solo un poco, cuidando de no tocar la que tenía herida, y YunHo apretó su cintura.
-Jae Joong-ah – gimió.
-¿Te lastimo? – preguntó aunque estaba casi seguro que no lo había tocado.
-No… no – susurró, besando su boca con ansias – Tócame más… – su cadera se movió casi instintivamente, buscando más fricción contra la pierna de Jae Joong.
El urgenciólogo deslizó lentamente su mano por el pecho y el abdomen de YunHo, acariciándolo como si quisiera memorizar de nuevo cada centímetro. Sus dedos jugaron un momento con el elástico de su pijama antes de colarse bajo su ropa interior.
Ambos gimieron con el contacto. YunHo estaba completamente duro, y Jae Joong trazó su longitud con una caricia firme pero pausada, arrancándole un nuevo gemido que se perdió entre sus labios.
-Te necesito Jae… - suspiró YunHo sin dejar de ver la mano de Jae Joong moviéndose bajo su ropa. Su cuerpo temblaba con el placer acumulado.
-No podemos hacer mucho… no quiero lastimarte –
YunHo quiso quejarse pero antes de que pudiera decir algo Jae Joong lo tomó de la mandíbula con su mano libre, obligándolo a mirarlo a los ojos.
-Déjame cuidar de ti – susurró, antes de deslizarse hacia abajo, dejando un rastro de besos por su cuello y su pecho, hasta llegar al borde de su pijama.
YunHo se mordió el labio y cerró los ojos mientras sentía los dedos de su esposo bajar su ropa justo lo suficiente. El aire frío de la habitación contrastó con el calor de los labios de Jae Joong cuando los sintió envolverlo y esta vez gimió más fuerte.
-Jae… - jadeó, su voz entrecortada, mientras apretaba las sábanas al sentir a Jae Joong moverse a un ritmo que lo volvía loco.
El urgenciólogo chupaba y succionaba, disfrutando con cada estremecimiento del cuerpo de YunHo. Usaba su lengua de la forma en que sabía que a su esposo le encantaba y gemía aún con su boca llena, el placer era mutuo. Saber que era el responsable de que YunHo temblara bajo su cuerpo era suficiente para llevarlo al límite a él también.
Mantuvo un ritmo constante, YunHo gemía cada vez más seguido y fuerte, su cuerpo temblaba cada vez más bajo sus caricias y sabía que no podría contenerse por mucho tiempo.
-Jae… ah… voy a… - ni siquiera podía hablar con claridad.
Movió su lengua una vez más y sostuvo su cadera con fuerza mientras YunHo arqueaba su espalda, su orgasmo estremeciéndolo por completo. Jae Joong lo tomó todo y después dejó un pequeño beso en su cadera. Cuando volvió a subir a su lado sonrió satisfecho, observando el pecho de su esposo subir y bajar rápidamente, aún tenía sus ojos cerrados pero podía ver la sonrisa en su rostro.
-Ahora si, necesitas descansar – dio unas palmadas suaves en su pecho y volvió a acomodar su pijama.
YunHo lo volteó a ver aún sonriendo y colocó sus dedos debajo de su mentón para que alzara la mirada.
-Creo que me recuperaré más rápido –
-¿Ah si? – preguntó Jae Joong riendo.
-Si, tal vez si es diario me recupere en la mitad de tiempo que nos dijeron –
Jae Joong soltó una carcajada y le dio un último beso a YunHo antes de acomodarse a su lado, rodeándolo con su brazo.
La recuperación de YunHo era lenta pero su pronóstico era bueno, según su traumatólogo durante las citas de seguimiento, recuperaría la función por completo después de retirar los clavos y cumplir con sus sesiones de terapia física.
Durante todo ese proceso, Jae Joong se encargó de cuidarlo y ayudarlo en todo lo que necesitara. Poco a poco su departamento se fue llenando por las cosas de YunHo y parecía como si el tiempo nunca hubiera pasado. El lugar que antes estaba adornado solo con algunas fotos de Seung Jae ahora tenía fotos de ellos como pareja y también como familia. Los libros de urgencias de Jae Joong fueron acompañados por los de neurocirugía de YunHo en su librero e incluso el closet ahora estaba lleno de la ropa de ambos.
Parecía como si solo hubieran decidido mudarse a otro país juntos, como si no hubieran estado separados por cinco años.
Como si solo hubieran decidido empezar de cero después de todo el dolor por el que pasaron.
-Yunhie-ah – lo llamó Jae Joong desde donde estaba sentado en el sillón de la sala.
Tenían poco de regresar de una sesión de terapia física y YunHo acababa de salir de la ducha. Llevaba puesto un short y una playera de Jae Joong y se secaba el cabello con una mano mientras se apoyaba sobre un bastón con la otra. Le habían retirado los clavos unas semanas antes y eso le facilitaba moverse un poco más, aunque aún no podía volver al hospital a trabajar aún.
-¿Si Joongie? –
-¿Quieres ir a cenar hoy?, Vi un restaurante de carne en Yokohama que se ve bueno –
YunHo se sentó junto a él y le dio un beso en la mejilla.
-Es una cita –
Jae Joong sonrió al escuchar la respuesta de su esposo. Entre sus ocupaciones en el hospital y los cuidados hacia YunHo en las últimas semanas, ninguno de los dos había pensado en tener una cita. Sus salidas últimamente consistían en ir al parque cercano al complejo de departamentos a caminar un poco y sentarse a ver a los niños jugar los fines de semana.
-Voy a cambiarme entonces – se levantó Jae Joong y extendió su mano para que YunHo la tomara – Y tú deberías hacer lo mismo, a menos que quieras ir en mi pijama –
-Tu ropa es muy cómoda – le guiñó un ojo y tomó su mano.
Mientras se cambiaban Jae Joong no pudo evitar observar la cicatriz en el muslo de YunHo mientras este seguía en ropa interior, apenas abotonándose su camisa.
-¿Te duele? – se acercó a tocar.
-Un poco, solo cuando apoyo mucho peso o estoy de pie mucho tiempo –
-Lo que te pasa por distraído – dijo Jae Joong en voz baja y YunHo soltó una carcajada.
-No sé como sobreviví tanto tiempo –
El camino al restaurante fue tranquilo, con las luces de Yokohama iluminando las calles mientras Jae Joong conducía. YunHo estaba sentado a su lado, observando la ciudad pasar por su ventana, fueron escuchando música y disfrutando de las vistas de la ciudad. En ocasiones Jae Joong extendía una mano para tomar la de YunHo, entrelazando sus dedos y trazando pequeños círculos en el dorso de su mano. Parecía que algunas costumbres simplemente no se perdían, que sus músculos recordaban exactamente como tocar al otro.
Cuando llegaron, Jae Joong se estacionó frente a un pequeño restaurante de yakiniku que parecía sacado de una película, con un letrero de madera y luces adornando la entrada.
-¿Cómo supiste de este lugar? – preguntó YunHo con curiosidad mientras caminaban hacia el restaurante.
-Changmin me lo recomendó – confesó Jae Joong desviando su mirada lejos de la de YunHo.
La sonrisa de YunHo se amplió al escuchar aquello.
-¿Entonces ya no se llevan mal? –
-No tanto – suspiró derrotado – Sigue siendo un muchacho insolente, pero tengo que admitir que tiene buen gusto por la comida… y en hombres – dijo aquello último en voz baja, su boca esbozando una ligera sonrisa traviesa.
La risa suave de YunHo lo hizo sonreír también. Su esposo pasó un brazo aldededor de su cintura para atraerlo hacia él y darle un beso en la mejilla.
-Sé que no fue fácil para ti, pero me alegra que hayan hecho las pases –
Jae Joong lo miró de reojo, fingiendo disgusto, pero su sonsisa lo delataba.
-No me hagas arrepentirme de haberte traído aquí – bromeó. Jae Joong sabía que YunHo estaba feliz. Aunque no lo dijera en voz alta, su reconciliación con Changmin significaba algo para ambos.
Al entrar, el delicioso olor de la carne asada y el carbón les abrió el apetito. El lugar era pequeño y acogedor, con mesas bajas y parrillas incrustadas al centro. El dueño los saludó alegre en cuanto los vio entrar y los guió hacia una mesa libre.
-Este lugar se ve muy bien – dijo YunHo escaneando el lugar.
-Llevaba toda la semana con ganas de venir – dijo Jae Joong mientras encendía la parrilla.
YunHo apoyó su barbilla en sus manos y observó a Jae Joong con una sonrisa que hizo al menor sonrojarse. Tenían casi dos décadas de conocerse y su corazón aún latía rápido y su estómago cosquilleaba cada vez que descubría a su pareja observándolo con tanta atención y amor.
-Me siento muy consentido hoy – bromeó YunHo
-Siempre eres consentido por mi – replicó Jae Joong, ya estaba empezando a poner los primeros cortes de carne sobre la parrilla.
El cirujano bajó la mirada por unos segundos sin dejar de sonreír.
-No te acostumbres, es solo mientras te terminas de recuperar – le advirtió Jae Joong, ninguna nota de seriedad en sus palabras.
-¿Entonces me tocará cocinar en casa? –
-Te prefiero lejos de mi cocina – respondió de inmediato. Quería pensar que las habilidades culinarias de YunHo habían mejorado, después de todo tuvo que valerse por si mismo en los últimos años, pero aun así prefería encargarse él de cocinar.
-Fue solo una vez la que Seung Jae me regresó la comida – dijo YunHo cruzándose de brazos. Jae Joong no pudo evitar soltar una carcajada al recordar esa ocasión.
Hacer su especialidad en oncología y ser padre no fue una tarea sencilla. Por suerte, para ese entonces YunHo ya se había graduado de neurocirugía y sus horarios eran un poco más flexibles que los de él, por lo que muchas veces fue YunHo quien tuvo que encargarse de cuidar a Seung Jae y hacer de comer para los tres.
-Seung Jae prefirió esperar a que llegara del hospital por la noche para que le preparara algo porque dijo que se te quemó la comida – le dijo en tono acusatorio y apuntándolo con los palillos. YunHo rió y se limpió una lágrima. Sintió una calidez en su pecho que no podía explicar del todo al caer en cuenta de que era la primera vez que podían hablar de sus recuerdos como familia sin desear morir.
Sus ojos se llenaron de lágrimas al darse cuenta de que por fin su corazón estaba sanando.
Ambos estaban sanando.
-Prueba esto y dime si Changmin tenía razón – le ofreció un trozo de carne con los palillos. YunHo aceptó el bocado, cerrando los ojos mientras saboreaba y asintió varias veces.
-Si la tiene –
La cena transcurrió entre risas, bromas nostálgicas y silencios cómodos. Por un momento, el peso de los años pasados, el dolor compartido y los silencios insoportables habían desaparecido. Bajo la cálida luz del restaurante y entre las pláticas de los demás comensales, no había heridas ni cicatrices, solo dos hombres que alguna vez lo fueron todo el uno para el otro.
Jae Joong sonrió, llevó una de sus manos discretamente hacia el bolsillo de su pantalón y tocó la pequeña caja que ocultó de YunHo con mucho cuidado durante semanas, la esperanza por un nuevo comienzo y por poder reconstruir lo que habían perdido hizo que su pecho se llenara de alegría.
-¿Cómo te sientes para caminar saliendo de aquí? – preguntó Jae Joong después de un momento de silencio.
-Podemos caminar un rato – respondió con una ligera sonrisa.
Terminaron de comer y después de pagar la cuenta Jae Joong manejó por unos minutos sin decirle hacia donde iban.
-¿Piensas decirme a donde vamos? – preguntó YunHo cuando se estacionaron de nuevo.
-Vamos al parque Yamashita – respondió antes de bajarse del auto.
El parque Yamashita brillaba bajo el suave resplandor de las luces nocturnas. El mar se encontraba tranquilo aquella noche, el sonido de las olas golpeando el puerto combinado con la brisa fresca y ligera lo hacían el lugar perfecto para tomar una caminata después de cenar.
Había pocas personas a esa hora, algunas haciendo ejercicios, otras tomando un paseo en pareja igual que ellos. Se respiraba tranquilidad y paz aquella noche. Aquel parque era uno de los lugares favoritos de Jae Joong, desde su primera visita a Japón cuando era estudiante, caminar por aquel largo parque bajo la luz de la luna lo ayudaba siempre a aclarar sus pensamientos.
-Me gusta venir a este parque – habló Jae Joong después de unos minutos de silencio en los que solo habían caminado tomados de la mano.
YunHo cerró los ojos un momento e inhaló el aroma salado del océano.
-Es hermoso –
Jae Joong tenía tantas cosas en su corazón que quería decir, tantos sentimientos de arrepentimiento, tantas disculpas y tantas palabras de amor que no sabía por donde empezar.
-Yunhie – lo llamó Jae Joong cuando se detuvieron cerca del mar – Me arrepiento por haberte lastimado… -
-Jae… – YunHo quiso interrumpirlo, sabía que iba a negarlo todo, a decirle de nuevo que todo estaba bien entre ellos. Él ya sabía eso, pero necesitaba decir lo que llevaba tiempo en su corazón.
-Pero no me arrepiento de haberme ido – dijo sin dejar hablar a YunHo. Este se quedó en silencio después de escuchar aquello y pensó que tal vez vendría un reclamo de su parte, pero cuando lo volteó a ver solo pudo ver paciencia y amor en su mirada. YunHo asintió, indicándole que tenía toda su atención. Jae Joong inhaló profundo y tomó valor para seguir hablando.
-Quedarme en el mismo lugar solo me hubiera llevado a la locura y lo menos que hubiera querido sería arrastrarte conmigo – lo miró con ternura y acarició su rostro. Esta vez estaba de frente a él, mirándolo a los ojos. – Sé que tú te hubieras hundido conmigo, pero yo no podía permitir eso. –
-Jae Joongie… - YunHo cubrió su mano con la suya, sin alejarla de su rostro – no tenías que sufrir todo esto solo… -
Jae Joong desvió su mirada de nuevo al mar, dejando que el viento se llevara sus lágrimas.
-Me dolió que te fueras, pero lo entendí… o eso intenté – Continuó hablando YunHo – Solo sé que no te culpé – Hizo una pausa y ahora fue él quien tocó su rostro con cuidado, poniendo solo un poco de presión para que volteara a verlo.
-YunHo… -
El mencionado se acercó un poco más y lo abrazó, dejando caer su bastón a un lado de ellos. Jae Joong escondió el rostro en el hueco de su cuello y correspondió el abrazo con fuerza, mojando su camisa con sus lágrimas. YunHo lo esperó hasta que se sintiera capaz de hablar de nuevo y Jae Joong lo agradeció en silencio.
-Empezar de nuevo aquí me trajo de vuelta a la vida – dijo Jae Joong aún sin separarse de YunHo. Confesar aquello era muy difícil para él, no quería su pareja pensara que él no había ayudado en nada, porque era todo lo contrario. YunHo hizo todo lo que estuvo en sus manos, simplemente él estaba muy en el fondo de su depresión. – Hubo muchas ocasiones en las que quise dejar todo y simplemente dejar de existir, pero pensar en ti me detuvo, pensar en el dolor que te causaría… -
YunHo se separó un poco de él para poder verlo a los ojos, besó el puente de su nariz y limpió sus lágrimas con el pulgar y asintió, entendiendo todo y sin dejar de mirarlo con amor.
-Siempre me prometí protegerte y procurar que nunca pasaras dolor… - YunHo habló aún con las lágrimas bajando por su rostro también – Cuando perdimos a Seung Jae supe que eso era inevitable, pero aun así hice mi mayor esfuerzo por amortiguarlo… pero cuando yo empecé a ser la causa de tu dolor yo… no supe que más hacer –
Jae Joong negó varias veces y lo besó.
-Nunca fue tu culpa –
Se separó apenas unos centímetros, sus labios aún rozando los de YunHo, como si necesitara ese contacto para sostenerse
-Nunca fue tu culpa, YunHo – repitió en un susurro, su cuerpo temblando por la intensidad de las palabras que quería decir.
YunHo lo miró con esos ojos oscuros que siempre parecían ver a través de él, llenos de amor y culpa, pero también de esperanza. Jae Joong respiró profundo intentando poner en orden sus pensamientos.
-Tú eres la razón por la que yo estoy vivo. No solo porque me salvaste una y otra vez cuando yo no podía salvarme a mi mismo… sino porque tu eres mi hogar – hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas. – Y quiero volver a ese hogar… si tú me lo permites –
-Jae Joongie… - comenzó a decir YunHo cuando este se separó de él, rompiendo el abrazo.
Sus ojos se abrieron sorprendidos cuando lo vio arrodilarse frente a él y sacar con manos temblorosas una pequeña caja de terciopelo de su bolsillo.
-Sé que no podemos borrar lo que pasó y sé que aún tenemos un largo camino que recorrer – Jae Joong abrió la caja, revelando un anillo sencillo pero elegante, grabado con sus iniciales en el interior – Pero me gustaría intentarlo. Quiero caminar de nuevo a tu lado y construir una nueva vida contigo, YunHo ¿Me darías el honor de ser mi esposo de nuevo? –
Por un momento, el mundo se detuvo. El sonido del mar y de los árboles, las suaves risas de las personas, incluso el leve ruido de la ciudad a la distancia, todo desapareció mientras YunHo miraba el anillo y luego a Jae Joong, sus ojos llenos de lágrimas y amor.
YunHo no dijo nada al principio y solo se arrodilló con él, tomando sus manos entre las suyas.
-No tienes idea de cuanto he deseado esto – dijo finálmente, su voz quebrándose mientras una lágrima bajaba por su mejilla – Siempre he sido tuyo Jae… y siempre lo seré –
Ambos rieron suavemente a través de las lágrimas, y YunHo tomó el anillo de la caja, permitiendo que Jae Joong se lo deslizara en el dedo con cuidado. Después, YunHo lo atrajo hacia sí, abrazándolo con fuerza, como si quisiera asegurarse de que nunca volverían a separarse.
La brisa del mar acarició sus rostros mientras permanecían allí, arrodillados en medio del parque, rodeados por la serenidad de la noche. No importaba el pasado, no importaban los años que habían estado separados. En ese instante, solo existían ellos dos y la promesa de un futuro juntos.
Las primeras personas en enterarse sobre su compromiso fueron Yoochun y Junsu, a quienes YunHo les presumió su anillo por videollamada. Junsu no pudo evitar llorar al verlo e insistió en ser quien diera unas palabras en su segunda boda.
-Junsu-ah, solo haremos el trámite – dijo Jae Joong riendo al ver la cara de decepción de su amigo y a su esposo dándole palmadas en la espalda.
-No es justo, Yoochun habló en la primera – reprochó Junsu.
De hecho había sido YunHo quien dijo que no quería una gran ceremonia, tan solo algo tranquilo. Jae Joong sabía que tenerse el uno al otro ya era más que suficiente para él, incluso si no le hubiera propuesto casarse de nuevo, pero él quería hacer las cosas correctamente y estar legalmente casados sonaba como una buena forma de comenzar. Cualquier deseo que YunHo tuviera respecto a su nuevo comienzo buscaría como cumplirlo y si solo quería ir a la oficina de gobierno a firmar él estaba bien, aún cuando cada cierto tiempo atrapaba a YunHo contemplando el anillo en su dedo con fascinación.
-Vamos a Gong-ju el próximo mes – dijo Jae Joong después de colgar la llamada con sus amigos.
YunHo asintió y hundió su nariz en el cabello de Jae Joong, respirando esa combinación entre el acondicionador y su propio olor. Estaban acostados y listos para dormir, YunHo lo tenía abrazado contra su pecho, el solo respirar su aroma y escuchar sus latidos lo relajaba, las suaves caricias en su espalda le dificultaban mantener sus ojos abiertos.
-No le digas a nadie más sobre nuestro compromiso aún – dijo YunHo antes de que se quedara dormido.
-¿Por qué? –
-Quiero que sea una sorpresa cuando vayamos a Corea – respondió YunHo y dejó un beso en su cabeza. Jae Joong sonrió y se acurrucó más con su pareja aún cuando sabía que era imposible, no había una parte del cuerpo de Jae Joong que no estuviera cubierta por el abrazo de YunHo.
Un mes después se encontraban en el aeropuerto de Haneda listos para tomar su vuelo a Incheon.
-Me estoy hartando de usar bastón, parezco anciano – se quejó YunHo después de hacer check-in.
-Bueno no eres precisamente joven – soltó Jae Joong.
YunHo caminaba cada vez mejor, pero aún tenía que usar el bastón como apoyo como condición de su terapeuta para poder viajar al extranjero. A pesar de fastidiarse y frustrarse en ocasiones, ambos sabían que su progreso había sido muy bueno hasta ese momento.
A Jae Joong solo le gustaba molestar a su prometido diciéndole que era viejo.
-Tu tampoco tienes veinte años – le recordó YunHo intentando emparejar la discusión. Después de todo, Jae Joong solo era tres años más joven que él.
-No, pero aún no tengo cuarenta como tú – le guiñó un ojo y sacó su lengua. YunHo usó el bastón para darle un golpe en la pierna y Jae Joong dio un pequeño salto y casi grita, haciendo reír a YunHo.
-¿Te atreves a hablarle así a tus mayores? – lo regañó entre risas.
-Tú y yo dejamos de usar honoríficos hace muchos años ridículo – Jae Joong golpeó su cabeza con los pasaportes y se alejó varios pasos rápidamente antes de que YunHo pudiera alcanzarlo. – Además, me gustan los cuarentones sexys –
Sonrió al ver a YunHo caminar hacia él arrastrando su maleta y extendió su mano para llevar el equipaje de ambos.
Era la primera vez en mucho tiempo que le emocionaba volver a casa.
Cuando aterrizaron en territorio surcoreano varias horas después, YunHo fue a comprar algo para comer en el camino a Gong-ju mientras Jae Joong rentaba un carro. Estaba esperando con sus maletas en una banca mientras terminaban de verificar su información y le entregaban las llaves, escaneaba el aeropuerto en busca de YunHo hasta que lo vio de pie afuera de una tienda de conveniencia hablando por teléfono. En un momento volteó hacia donde estaba y le sonrió a lo lejos, y colgó la llamada unos minutos después.
-Aquí está el vehículo Jae Joong-ssi – le dijo el hombre del mostrador entregándole su licencia y la llave, lo guió hacia el auto y Jae Joong agradeció cuando le ayudó a subir las maletas.
-¿Listo? – preguntó Jae Joong cuando YunHo llegó con él, le dio un rápido beso en los labios y asintió.
Aún les esperaban varias horas de camino hacia Gong-ju y Jae Joong cerró sus ojos por un segundo después de dar el primer sorbo a su café, listo para iniciar su viaje en carretera. Habían estado en el aeropuerto de Japón desde la madrugada ya que su vuelo hacia Corea despegaba a las 7:00 am.
El camino a su ciudad natal fue tranquilo, el tráfico era ligero a esa hora. Si todo el camino transcurría sin ninguna eventualidad, Jae Joong estimaba su llegada poco después de la hora de la comida. Estaba deseoso de ver su familia, ya habían pasado varios meses desde su última visita, además, estaba feliz por ir con YunHo de nuevo esta vez.
Horas después, despertó a YunHo con toques suaves a su hombro cuando se estacionó frente a casa de sus padres. Tomó su mano y lo besó justo donde llevaba puesto su anillo y le peinó un poco el cabello.
-¿Vamos? – susurró Jae Joong y YunHo asintió, se estiró un poco para poder despertar bien y salieron del auto.
Su madre siempre era la primera en recibirlo cuando estaba de visita y esta vez no fue la excepción. Jae Rin abrió la puerta con una sonrisa y atrapó en un fuerte abrazo a Jae Joong, quien la correspondió de inmediato. La mujer le dio un beso en la mejilla y varias palmadas en sus brazos y después hizo lo mismo con YunHo.
-Oh YunHo querido, ¿Cómo sigues? – le preguntó con genuina preocupación. Sus ojos pasaban de su rostro a su pierna y luego el bastón.
-Estoy mejor, aunque la recuperación es lenta –
-Estuvo bueno el golpe – dijo Hyuk Su, apareciendo de repente detrás de su mujer y saludando a su hijo con un abrazo. YunHo rió ante el comentario algo avergonzado, Jae Joong los mantuvo al tanto de su condición desde el primer día.
-La verdad si – respondió YunHo y fue a abrazar al señor Kim también.
-Deben estar cansados – habló Jae Rin en cuanto estuvieron dentro de la casa, Jae Joong se quitó los zapatos y suspiró en voz alta, necesitaba recostarse al menos un par de horas para poder reponerse después de tantas horas de viaje.
-Mucho, tomaré una siesta – tomó la mano de YunHo y Jae Rin sonrió al verlos, se acercó a ellos de nuevo y antes de que se fueran detuvo a su yerno.
-Me da mucho gusto tenerte de nuevo aquí Yunhie-ah –
YunHo sonrió y se soltó de Jae Joong un momento para tomar a su madre de las manos y hacer una reverencia por varios segundos.
-Gracias por recibirme de nuevo –
Hyuk Su los observó desde donde estaba sentado en la sala y Jae Joong notó como su mirada se enfocó en las manos de YunHo y después hizo contacto visual con él. Sabía que había visto el anillo, probablemente su madre también lo había notado al tomar ambas manos de YunHo, pero ninguno de los dos hizo un comentario al respecto, sabía que ambos esperarían hasta que ellos fueran quienes tocaran el tema primero.
Cuando entraron Jae Joong fue el primero en tirarse sobre la cama, se cubrió los ojos con el brazo y los mantuvo cerrados un momento. La luz del atardecer entraba por la ventana, pintándola de un cálido tono naranja. Escuchó a YunHo caminar alrededor de su cama y un momento después las cortinas se cerraron, dejando que la oscuridad los envolviera para poder descansar mejor.
Sintió una suave caricia en sus labios y movió su brazo para ver a YunHo aún con sus ojos cerrados después de darle un beso. Estaba sentado en la orilla de la cama y había desabrochado el botón de su pantalón con la intención de dormir más cómodo, pero Jae Joong tuvo otra idea al observarlo. Llevó su mano hacia la nuca de YunHo y lo atrajo hacia si para besarlo de nuevo, esta vez de una forma más intensa y el mayor no dudó en seguirle el ritmo, inclinándose sobre su cuerpo con cada segundo que pasaba, buscando tomar más de Jae Joong con cada beso.
Pronto YunHo tuvo su cuerpo sobre el de Jae Joong y este movió sus caderas ligeramente hacia arriba, buscando más contacto con su prometido y cuando lo escuchó gemir deslizó su pierna por el costado de YunHo, usando la fuerza de sus caderas para girarlos sobre la cama. Se acomodó con cuidado sobre él, apoyando una rodilla a cada lado de sus caderas y YunHo llevó sus manos a sus muslos, apretándolos.
-¿Seguro que no te duele? – preguntó Jae Joong. Sus piernas temblaban al sostenerlo en aquella posición, en una mezcla de emoción y lujuria.
-Estoy bien, deja de preocuparte tanto Jae – le aseguró y volvió a acariciar con fuerza las piernas de Jae Joong, poniendo presión en el interior de sus muslos, donde sabía que era más sensible.
Jae Joong se mordió el labio, ahogando un gemido. A pesar de las ganas que tenía de estar con YunHo, debían ser silenciosos porque estaban en casa de sus padres y no quería que los sorprendieran.
Sin embargo, cuando apoyó su peso sobre YunHo, este le apretó el brazo suavemente.
-Espera… mi pierna… - susurró con una sonrisa suave pero firme.
Jae Joong se detuvo de inmediato.
-Lo siento… -
-Estoy bien… solo no creo poder apoyar tanto peso aún – dijo YunHo sosteniéndolo de la cintura. Jae Joong podía ver aún el deseo en sus ojos y la culpa por detenerse, ambos querían seguir, ambos se necesitaban después de tanto tiempo. No podía decir que se habían abstenido de brindarse placer el uno al otro en las últimas semanas, pero sabía que YunHo estaba desesperándose también. Tenerse cerca todos los días y no poder tener sexo era definitivamente la parte más difícil.
Se acercó a darle un beso y se bajó de la cama, YunHo lo llamó con algo de culpa en su voz y Jae Joong sonrió para sus adentros, fue a cerrar con candado la puerta de su cuarto y regresó de inmediato con él.
-Vamos a llegar hasta el final – le dijo con seguridad y un tinte de lujuria mientras rebuscaba en su bolso que dejó tirado a un lado de la cama. YunHo lo miró confundido por un segundo y su expresión cambió por completo cuando sacó una pequeña botella de lubricante.
-Jae Joong-ah… -
Cuando subió de nuevo a la cama le dedicó una sonrisa traviesa y dejó el lubricante a un lado, sería usado en poco tiempo. Se acercó nuevamente a YunHo y fue dejando besos por su mandíbula y su cuello mientras su mano paseaba lentamente por su torso, abriéndose paso poco a poco por debajo de la playera de YunHo. El mayor gimió suavemente al sentir los dedos de Jae Joong paseando por su abdomen y subiendo hacia su pecho. Pronto el agarre en la cintura de Jae Joong se tornó en un gesto desesperado por despojarlo de su ropa. Con movimientos rápidos por su torso jaló la playera de Jae Joong sobre su cabeza y la lanzó al suelo. Jae Joong hizo lo mismo con la de YunHo y pronto el resto de sus prendas siguió el mismo destino.
Jae Joong admiró el cuerpo desnudo de YunHo por un momento, deleitándose con aquella vista que tanto le fascinaba y sintió la temperatura subir en su propio cuerpo. Deseaba tanto a YunHo que no podía esperar un día más, y a juzgar por el estado en que se encontraba YunHo, sabía que él tampoco podría aguantar más.
Tomó la pequeña botella de lubricante y vació un poco del espeso líquido en sus dedos. Dejó nuevamente la botella de lado y con su mano libre tocó el muslo de YunHo, indicándole que separara sus piernas.
-Abre tus piernas para mi – su voz sonó más grave al decir eso y pudo notar como YunHo se sonrojó. Por lo general era el mayor quien tomaba el control, pero había ocasiones, como esta, en la que sentir a YunHo someterse ante él lo excitaba demasiado.
YunHo obecedió sin vacilar y Jae Joong sostuvo suavemente su pierna derecha, flexionándola lentamente.
-¿Este movimiento no te molesta, verdad? – preguntó con cuidado.
YunHo negó con la cabeza y trató de relajarse. Jae Joong sonrió nuevamente al verlo en un estado tan vulnerable y tan dispuesto a entregarse a él y comenzó a introducir un dedo lentamente. Masajeó suavemente, dejando que YunHo se adaptara y se acercó a besarlo. YunHo se estremecía bajo él y ahogaba sus gemidos en la boca de Jae Joong. Pronto agregó un segundo dedo y sintió como YunHo estiraba su cabello.
-No puedo esperar un día más Yun… - confesó en un susurró cargado de emoción y deseo.
-Yo tampoco, Jae Joongie… por favor… - jadeó, su voz entrecordada, y abrió sus piernas un poco más.
Jae Joong dejó escapar un gemido ahogado e introdujo un tercer dedo, aumentando la intensidad, sintiendo como YunHo temblaba debajo de él. Se inclinó de nuevo y besó su boca apasionadamente, dejando que su lengua se encontrara con la de YunHo en un ritmo que dejaba clara la desesperación de ambos, sus dedos seguían explorándolo, arrancándole gemidos que se perdían en su garganta.
YunHo estaba hecho un desastre para ese punto y Jae Joong sabía que, si quería, podría llevarlo al límite tan solo con sus dedos.
-No… aún no… - murmuró contra los labios de YunHo y sacó sus dedos lentamente, ganándose un reclamo involuntario. Acarició sus caderas lentamente, tomándose su tiempo para pasar sus manos por su entrepierna, jugando con él. YunHo dejó caer la cabeza hacia atrás contra la almohada, jadeando desesperado.
-Jae hazlo ya… no puedo esperar más… - suplicó YunHo en un susurro y se aferró a los hombros de Jae Joong en un intento de tenerlo más cerca.
Jae Joong sonrió y se inclinó nuevamente para besar su cuello, sintiendo a YunHo retorcerse bajo él con tan solo esa caricia.
-¿Qué es lo que no puedes esperar Yunhie? –
-Tenerte… -
-¿Tenerme dónde? – preguntó Jae Joong con tono juguetón, presionando uno de los pezones de YunHo con su pulgar.
-Dentro de mi… - jadeó – Quiero tenerte dentro de mi –
-Eso quería escuchar – susurró en su oído y le robó un beso más.
Tomó nuevamente el lubricante y se preparó rápidamente mientras YunHo lo observaba expectante. Se posicionó con cuidado, asegurándose de no causar ninguna incomodidad en su pierna, y lentamente comenzó a entrar en él. YunHo ahogó un gemido y Jae Joong no pudo evitar murmurar:
-Eres perfecto Yun… -
El cuerpo de YunHo se arqueó debajo de él y sus manos se aferraron con fuerza a los hombros de Jae Joong, enterrando sus uñas en su piel al sentirlo deslizarse dentro de él. Jae Joong quiso cerrar los ojos pero se contuvo, quería guardar en su memoria cada expresión de su pareja. Sentía tantas emociones en ese momento, el calor de YunHo rodeándolo, sentirlo ajustarse a él y temblar bajo su cuerpo hicieron que su pecho de llenara de amor, de ternura, y sobre todo de pasión.
La presión era increíble y Jae Joong usó toda su fuerza de voluntar para contenerse hasta dejar de ver rastros de dolor en el rostro de YunHo.
-Eres increíble… - su voz estaba cargada de deseo y amor.
Jae Joong jadeó mientras comenzaba a moverse, sintiendo como YunHo lo apretaba más con cada embestida. Tomó sus caderas con firmeza y entró más profundo cada vez, intentando aún hacer el menor ruido posible. La respiración de YunHo era cada vez más agitada y pronto alcanzó el orgasmo. Jae Joong lo siguió poco después y se desplomó sobre YunHo con cuidado de no lastimarlo, ambos recuperando el aliento.
Peinó el cabello sudado de YunHo hacia atrás con ternura y sonrió suavemente, las miradas de ambos cargadas de amor.
YunHo le dio un beso en la frente y lo abrazó, sus manos recorriendo su espalda con suavidad.
-¿Crees que nos hayan escuchado? – preguntó YunHo varios minutos después.
-No creo – respondió con un tono divertido Jae Joong – Seguro están ocupados con sus cosas –
YunHo rió, apretando a Jae Joong contra él y mirándolo con una sonrisa burlona.
-¿Seguro? – le dio un suave golpe en el brazo – No quiero ser el tema en la próxima reunión familiar –
Jae Joong rió junto a él y lo besó de nuevo, esta vez tan solo disfrutando del sabor de los suaves besos de YunHo.
Ahora si estaba listo para dormir su siesta.
-Amor acomódate la ropa – dijo en voz baja Jae Joong al salir del cuarto junto con YunHo, deteniéndolo en la puerta para subir su cremallera.
-Parecen recién casados – dijo Soo Young cuando los vio, escaneando a YunHo y después a su hermano.
YunHo se sonrojó y le dio un codazo en el costado a Jae Joong, este solo se encogió de hombros, durmieron tan profundo en ese par de horas que no se dio cuenta del momento en que llegó su hermana. Supuso que si Soo Young ya estaba enterada de su llegada, alguna otra de sus hermanas llegaría pronto.
-Casi – dijo Jae Joong.
-¿Qué? – preguntó confundida su hermana.
-Casi estamos casados – respondió mostrando su mano izquierda y YunHo lo imitó, ambos enseñando sus anillos. Soo Young pegó un grito y se tapó la boca, tan solo para abalanzarse sobre tu hermano y su cuñado y envolverlos en un abrazo.
-¡No puedo creerlo! – exclamó emocionada sin soltarlos. Ambos correspondieron el abrazo y sonrieron, felices por compartir con su familia la emoción por su nuevo comienzo.
Los primeros dos días en Gong-ju fueron perfectos para la pareja, ambos necesitaban un descanso y cambio de ambiente después de las semanas tan agotadoras que habían pasado y estar en la ciudad natal de Jae Joong les servía para recargar pilas. Dormían hasta tarde, tomaban paseos por el parque y tomaban el té con sus padres por las tardes en el patio trasero.
Sin embargo, el tercer día Jae Joong despertó sin ganas de levantarse de la cama.
Los días como esos eran cada vez más escasos, pero seguían llegando. Sabía que aquella sensación ya sería parte de su vida para siempre, con el paso de los años había logrado identificar a la perfección cuando no se sentía bien y que necesitaba hacer para pasar un mal día sin que le afectara tanto.
-Buenos días Boo – susurró YunHo en su oído y le dio un beso en la mejilla. Jae Joong sonrió ligeramente.
-Buenos días Yun - respondió el saludo en voz baja, incluso hablar le costaba ese día.
-¿Desayunamos? – preguntó al tiempo que se sentaba en la cama y se estiraba. Jae Joong sintió que tuvo que hacer un esfuerzo mucho mayor de lo normal para levantarse de la cama y fue a lavarse la cara, intentando verse normal ese día y salir a desayunar con su pareja.
“Solo son veinticuatro horas” se repitió en su mente. Aquella frase era la que siempre pensaba cuando la depresión parecía ganarle.
-¿Todo bien Jae Joongie? – preguntó YunHo cuando lo vio jugar con su comida en la mesa del comedor. Sus padres habían salido, por lo que solo estaban ellos dos comiendo en casa.
-Si, todo bien – respondió con una sonrisa que no llegó hasta sus ojos y tomó un poco de arroz. YunHo asintió sin verse muy convencido pero no presionó.
Lo que sería una visita tranquila a casa de sus padres terminó convirtiéndose pronto en una reunión familiar, parcialmente. Jae Joong amaba a su familia y disfrutaba pasar tiempo con todos ellos, pero había momentos en los que tener a tanta gente a su alrededor, incluso si no estaban todas sus hermanas y cuñados, lo hacía sentirse un poco abrumado. Sus sobrinos corrían por la sala, sus hermanas reían y felicitaban a YunHo cuando les platicaba sobre la propuesta de Jae Joong y él solo necesitaba desaparecer por un momento.
Se levantó de la mesa en silencio, aprovechando que la atención aún seguía en YunHo y fue a la cocina con la excusa de buscar algo que tomar. Se sirvió agua fresca en un vaso y la tomó de un jalón y se quedó apoyando sus manos sobre la barra, esperando sentirse mejor. Habían pasado meses desde la última vez que se sintió de esa manera, incluso había dejado de tomar antidepresivos, pero en ese momento solo quería aislarse de todos y dormir hasta el día siguiente. Sintió las lágrimas llenar sus ojos y los cerró con fuerza, no tenía razón para llorar, pero se sentía triste, no podía explicarlo.
-Hey – la voz suave de YunHo desde la entrada de la cocina lo sacó de sus pensamientos y lo hizo abrir los ojos de golpe. Se dio la media vuelta para quedar frente a él.
-Oh Yun, no te vi venir, ¿necesitas algo? – preguntó intentando sonar normal.
-¿Qué pasa? – le preguntó preocupado y se acercó a él, acariciando su rostro suavemente. Jae Joong no pudo evitar derramar una lágrima y YunHo lo abrazó de inmediato, dejándolo esconder su rostro en el hueco de su cuello.
-Nada… solo estoy algo nostálgico –
YunHo asintió y acarició su espalda.
-Yo también – le confesó – Todo se siente casi como antes –
Casi.
Eso era exactamente lo que sentía.
-Siempre va a doler – susurró Jae Joong sin soltarlo y sintió como YunHo apretó su cintura, pero lo esperó para que continuara hablando.
-El dolor es el mismo, soy yo quien ha ido creciendo alrededor de él, y a veces es más llevadera esa sensación… - suspiró, expresando por fin aquellas palabras que había guardado en su corazón por un largo tiempo y que por fin sentía que podía no solo aceptar, sino también soltar.
YunHo deslizó una mano hacia su cabello en una suave caricia y dejó un beso en su cabeza, demostrándole que estaba ahí para él en todo momento.
-No quiero que suene mal – continuó Jae Joong, intentando mantener su voz firme – amo tenerte aquí, estoy feliz de estar de nuevo contigo… es solo que todo esto me recuerda a la familia que solíamos ser y… - sintió como las palabras se atoraban en su garganta y no pudo continuar más. YunHo se separó un poco, tan solo para poder verlo a los ojos.
-Lo sé – susurró YunHo – Yo también lo extraño como nunca, pero creo que donde quiera que esté, Seung Jae está feliz porque sus papás están juntos de nuevo –
Jae Joong asintió, sus ojos cerrados y con una pequeña sonrisa comenzando a adornar su rostro.
-Jae… he estado pensando en algo – habló YunHo con cautela después de unos minutos de silencio. – Quiero que volvamos a casa, a Seúl –
Jae Joong lo miró sorprendido, sintiendo su respiración detenerse un instante.
-Yun… -
-No quiero presionarte – continuó YunHo rápidamente, tomando sus manos entre las suyas, entrelazándolas – Solo quiero que lo consideres. La casa… la he mantenido. Contraté a alguien para que hiciera limpieza y diera mantenimiento regularmente. Podemos volver… cuando tu quieras –
Miró sus manos unidas mientras pensaba en aquella propuesta. La idea de volver a entrar a su casa en Seúl, donde compartieron los momentos más felices de sus vidas pero también unos de los más tristes era abrumadora, pero al mismo tiempo se sintió como una oferta llena de esperanza por su nuevo comienzo.
Asintió después de unos minutos.
-Está bien… solo hay algo que me gustaría hacer primero –
YunHo lo miró con curiosidad.
-Quiero limpiar el cuarto de Seung Jae. Quiero donar algunas de sus cosas al orfanato… donde lo adoptamos –
El rostro de YunHo mostraba sorpresa y comprensión, se quedó en silencio pero apretó sus manos y sonrió con suavidad, dándole su apoyo.
Regresararon a Seúl al día siguiente y cuando YunHo abrió por fin la puerta de su casa, sintió una ola de nostalgia golpearlo en el pecho. La última vez que estuvo ahí fue cuando hizo sus maletas y dejó a YunHo, una parte de él no podía dejar de pensar que aquello era solo un sueño, que todo aquello era producto de su imaginación y de repente despertaría de nuevo en su departamento en Tokio, solo.
Pero la mano de YunHo tomando su muñeca le indicó que todo era real.
Recorrió la casa y observó cada detalle, quien sea a quien contrató YunHo hizo un buen trabajo, todo estaba limpio y en su lugar. Faltaban algunas cosas por supuesto, las que tenían en Japón ahora, pero el resto parecía estar intacto, no parecía que hubieran pasado más de cinco años sin habitar la casa.
Cuando estuvo frente a la habitación de Seung Jae se detuvo. Había pasado tanto tiempo desde que estuvo ahí, pero el dolor se sentía tan fresco como si su partida hubiera sucedido apenas el día anterior. YunHo estaba a su lado, su mano descansando sobre su hombro, mostrándole su apoyo, dándole su tiempo.
-¿Estás listo? – susurró YunHo y Jae Joong asintió.
Inhaló profundo y abrió la puerta. Todo seguía exactamente igual, los juguetes alineados en los estantes, los libros apilados a un lado de la cama, los peluches junto a sus almohadas, incluso los dibujos pegados torpemente en la pared. Todo estaba tal como lo recordaba. Jae Joong sintió muchas emociones invadirlo y dudó de su decisión por un instante.
YunHo bajó su mano de su hombro a su cintura y lo siguió dentro. Una parte de Jae Joong quería solo sentarse en la cama y llorar, como solía hacer cuando se sentía solo, pero se rehusó, y tomó toda la fuerza que tenía para comenzar a trabajar junto a YunHo. Era hora de tener un nuevo comienzo y para poder hacerlo debían curar aquella herida primero.
Juntos.
Comenzaron a trabajar en silencio, Jae Joong guardando los juguetes más pequeños mientras YunHo revisaba los libros que Seung Jae solía leer antes de dormir. Cada objeto les traía un recuerdo y en varias ocasiones tuvieron que tomar una pausa. Decidieron quedarse con algunos de los juguetes favoritos de Seung Jae como recuerdo, Jae Joong tenía pensado reacomodar sus libreros y dedicar un espacio en la casa solo para su hijo, para tenerlo siempre presente.
YunHo tomó una camiseta con un estampado de dinosaurio y la sostuvo frente a él.
-¿Recuerdas cuando Seung Jae insistió en usar esta playera durante una semana completa? – preguntó con una sonrisa melancólica.
Jae Joong dejó escapar una risa y su voz se quebró al final.
-Nunca supe tanto sobre dinosaurios hasta que se obsesionó con ellos… - respondió en voz baja, sus ojos llenándose de lágrimas.
Dejó por un momento el juguete que sostenía en sus manos y miró a su aldededor, estaban sentados entre cajas de juguetes, ropa y libros, todo lleno de recuerdos felices con su hijo. Pronto las lágrimas comenzaron a caer sin que Jae Joong pudiera detenerlas, y cuando se dio cuenta, vio a YunHo llorando también.
Sin decir una palabra, YunHo se acercó y lo abrazó. Se quedaron así, sosteniéndose el uno al otro, dejando que las lágrimas se llevaran el dolor que habían cargado por tanto tiempo.
Días después, Jae Joong se agachó frente a la lápida de Seung Jae. Era la primera vez que lo visitaba junto con YunHo. Dejó un ramo de flores frescas frente a él y se sentó.
-Seung Jae-ah… hemos vuelto bebé – susurró Jae Joong. El viento fresco de Mayo despeinaba su cabello y nuevamente las ganas de llorar lo invadieron, sin embargo, a diferencia de las ocasiones anteriores, sus lágrimas ahora no solo eran de tristeza.
YunHo acarició su espalda suavemente y se sentó junto a él, tomándolo de la mano. Jae Joong apoyó su cabeza en su hombro y sonrió.
Rompió el silencio después de un tiempo y empezó a hablar como siempre hacía cada vez que lo visitaba, como si aquella fuera una visita que haces con alguien que amas y no ves tan seguido, siempre hablando como si Seung Jae siguiera presente, porque lo estaba en sus corazones. Habló sobre como por fin decidieron avanzar y sanar juntos y ahora comenzaban a construir una nueva vida en Tokio; como a pesar del dolor, decidieron hacer una donación al orfanato donde lo conocieron, para que otros niños pudieran sentir un poco del amor que él había traído a sus vidas.
Junto con YunHo, le dijeron que siempre sería recordado y amado, y sin importar el paso del tiempo ni el lugar en el que se encontraran, siempre estaría con ellos, en su corazón, en sus mentes y en todo lo que hacían. Y por último, aún con un poco de tristeza reflejada en su voz, le agradecieron por haberlos elegido como sus papás.
Cuando por fin se levantaron para marcharse, Jae Joong respiró profundo y miró a YunHo con amor.
-Te amo Yunhie – dijo en voz baja – Gracias por no rendirte conmigo. Gracias por volver a mi –
YunHo lo atrajo hacia su cuerpo y lo besó por unos segundos.
-Y yo a ti Jae Joongie – lo miró con una sonrisa – Siempre volvería por ti. Siempre –
Notas finales:
No les voy a mentir, lloré demasiado escribiendo este final.
Gracias por seguirme hasta el final de esta historia. He escrito YunJae desde el 2012 y si bien, le guardo mucho cariño a todas mis historias, esta ha sido la más significativa para mi, no solo porque ha vivido en mi mente desde el 2018, sino porque son mis personajes más completos, complejos, humanos y adultos.
Tengo muchos sentimientos encontrados al terminar esta historia.
Me siento muy feliz por haber retomado este fic y por haber llegado por fin al final que tanto tiempo pensé. Pero no puedo evitar sentirme un poco triste porque estos Jae Joong y YunHo que inventé en mi cabeza hace 6 años van a dejar de aparecer constantemente en mis pensamientos.
Hace mucho tiempo tuve el final de la historia en mi mente pero no me sentía capaz de escribirlo, había muchas cosas a las que no había sido capaz de llegar en el fanfic, sobre todo hablando del pasado de los protagonistas, que sentía que no podía avanzar. Muchas cosas sucedieron, la vida, la escuela, las relaciones, los problemas, y todo eso de una u otra manera me hizo detenerme en la escritura, pero al mismo tiempo (y eso es algo que ahora soy capaz de ver porque ya lo pasé), todas esas experiencias me ayudaron a sanar partes de mi que no sabía que tenía rotas, o que no había querido ver que estaban rotas. Y gracias a todo eso al final pude volver a Broken, ahora con una visión más madura de la vida.
Y creo que fue lo mejor.
Sé que jamás me leerán pero quiero agradecer a Casey McQuiston por tan perfecta obra que ha sido Red White & Royal Blue, tanto el libro como la película, y a todos los autores de fanfiction de ese fandom, porque gracias a ellos volví no solo a la lectura sino al fanfiction.
Nuevamente quiero agradecer a Arantxa porque literalmente llegó en el momento que más necesitaba hablar con alguien, me leyó, me escuchó y sobre todo fangirleó conmigo. Y mil gracias por ser la primera lectora de la nueva versión de Broken, ser su fan #1, motivarme a publicarla de nuevo y ayudarme cada vez que me bloqueaba al escribir un capítulo nuevo.
También quiero agradecer a Julio, mi mejor amigo desde hace casi 10 años y ahora roomie, por escucharme contar TODA la trama de Broken, hablar de TVXQ, del YunJae, y todo lo relacionado con el fandom siempre con mucha atención a pesar de no ser fan del Kpop.
Muchas gracias a todos por leerme hasta el final, en verdad espero que hayan disfrutado este fanfic tanto como yo disfruté escribiéndolo y editándolo estos últimos meses.
Y por último pero no menos importante, agradecimiento especial a TVXQ por inspirarme siempre en todos los aspectos de mi vida.
(Gracias Junsu, por imponer tu religión sobre todos tus fans, por siempre xiahnista)
Hasta pronto.
Always Keep The Faith <3.
PD. Esperen la traducción en inglés (en ao3) y mis siguientes proyectos.
A mis lectores silenciosos, ahora si dejenme un comentario perres, quiero saber quienes son JAJA
PD.2: Desapareceré un ratito porque así como mis doctores Kim y Jung, tengo que ser especialista yo también.
PD.3: Yokohama fue uno de mis lugares favoritos de visitar cuando fui a Japón. Y aquí les dejo el lugar exacto que tuve presente en mi mente mientras escribía como Jae Joong le proponía matrimonio a YunHo. (Siempre he querido que me den anillo en el parque Yamashita, así que no si no es a mí, al menos será a mis personajes lol)
Antes que nada wena noche
ResponderEliminarLa verdad es que quisiera escribir muchas cosas, tuve muchos sentimientos durante el capítulo, me dió mucha felicidad que JJ fuera quien diera el anillo~ amo como paso todo~
AME A SOBREMANERA "ESE" MOMENTO, ME DESBLOQUEASTE EL TRAUMA DE YUNHO EMBARAZADO DE JAEJOONG Y QUE EL HIJO SEA TAEYONG, TIPO, PASASTE MESES EN MI VIENTRE Y ERES UN CLON DE TU PAPÁ K? HSJSKDHDJDDLDHDVDN YunHo pasivo nunca me harán odiarte uwu
El final fue muy emocional para mí, la vdd es que acabe llorando Pero no tanto xq estaba en el transporte y que pena que me vean llorar :c
Mil gracias por volver, gracias por escribir esta belleza, ChangMin alguna vez dijo que las segundas veces son mejores así que si, por algo tenías que escribirlo hasta este momento ~ A mi me regresaste a los fanfics, tenía muchísimo que no fageaba por una historia en emisión y muchísimo más por una historia de TVXQ~ Mil gracias por eso tkm y nos vemos en mayo (づ ̄ ³ ̄)づ
Aquí una lectora anonima. He de decir que hace años que no leo un fanfiction yunjae, será porque ya casi nadie escribe sobre ellos o tal vez porque me alejé un poco del ship, pero tu historia me atrapó de inicio a fin, es tan hermosa y supiste tocar muy bien temas como la depresión y la perdida de un hijo, realmente lloré y sentí el dolor que quisite transmitir.
ResponderEliminarMuchas gracias por seguir escribiendo y estaré esperando tus nuevos proyectos 💛