Prólogo

Uno siempre desea ser independiente, vivir por si mismo, sin que nada ni nadie te moleste.

Muchas veces soñé en como seria mi vida si viviera sola en mi casa, podría hacer lo que quiera, cuando quiera y nadie me regañaría o me pondría reglas. Pero no es así. La soledad es algo complicado. Es completamente diferente a lo que alguna vez llegué a imaginar, estar solo es difícil. Nunca habia pensado como pagar mis estudios, como conseguir dinero para comprar algo de comer, pagar los servicios de la casa y todas esas cosas que prácticamente hacían mis padres.

Así como el dolor más grande de una madre es perder un hijo suyo, el dolor más grande de un hijo ha de ser perder a sus padres.

Todo ocurrió una noche, la cual parecía tranquila, era de madrugada, todos en la casa dormíamos, mis padres y mi hermano menor. Yo me levante a las 3:00 a.m. para tomar agua. Me levante aun medio dormida, pero conocía muy bien la casa así que no tropezaba con nada, me acerque al refrigerador y saque una botella de agua y tome de ella, escuche unos ruidos afuera y me quede viendo hacia el portón de la casa por la ventana de la cocina. Todo se veía normal. Cerré la botella de agua y la puse de vuelta en el refrigerador. Pero de nuevo escuche ruidos, así que rápida y silenciosamente me dirigí a mi cuarto a sacar mi katana, fuera quien fuera, por lo menos le daría un buen susto para que no volviera a entrar a la casa por la noche. Sentí como se abría la puerta de la casa, silenciosamente, la cerradura habia sido forzada con un desarmador. Eran hábiles en lo que hacían, pues llevaban mucho tiempo sin ser atrapados.

Distinguí la sombre de un hombre entrando al cuarto de mis padres pero no me atreví a hacer algo pues vi que traía un arma, no escuche mas que dos clicks y luego salió del cuarto y se dirigió al de mi hermano, en el cual también se escucho un click, supongo que traía silenciador en el arma. Yo estaba muy asustada, ver como alguien mata a tu familia y no poder hacer nada es horrible.

Tome el bate de mi hermano pues lo habia dejado en mi cuarto. Sabía que ahora se dirigía a mi cuarto. Me puse junto a la pared cerca de la entrada de la habitación y esperé a que llegara, vi por el espejo como iba asomando la cabeza, levante el bate y con un golpe rápido y fuerte lo derribé. El hombre cayó inconsciente al suelo, rápidamente tome una cinta de karate y una cuerda y amarre sus brazos y piernas con una técnica que habia inventado hace mucho. Lo arrastré como pude hasta la entrada principal de la casa y llame a la policía. Cuando termine de hablar y que ya se me habia confirmado que venían para acá los oficiales, el ladrón despertó y empezó a amenazarme para que lo soltara.

Saqué la katana de su funda, con el símbolo de los Uchiha, siempre habia sido fan de Sasuke, personaje ficticio de Naruto y mi novio me regaló la espada en una reunión que hicimos con otros amigos; le enterré la espada en el hombro y el gritó, luego en la espalda y otra apuñalada mas en la pierna, nunca pensé que llegaría a manchar con sangre mi katana, pues no la habia usado mas que para entrenar un poco de kendo por internet.

-¡Déjame! Maldita loca asesina –

-¿Yo loca asesina? Tu mataste a mi familia, estúpido imbécil, ¿crees que debería dejarte vivir? –

- Escapare y me vengaré de ti –

- Si no puedes verme no podrás –

- ¿Cómo que si no podré verte? A que te refieres… -

Dijo eso y le hice unas cuantas cortadas en los ojos, sabia que así no podría ver de nuevo, el ojo es algo muy sensible.

-Ahhhhh!! – Gritaba el criminal

- Y di que te fue bien, que si por mi fuera te mataba, pero no me rebajare al mismo nivel que tu – Dije con una ira que jamás en mi vida habia sentido – Espero y te pudras en el infierno y no te molestes en pedirle a un medico que te regrese la vista, he dañado mucho tus ojos como para que puedas volver a ver. –

Fui y dejé mi espada en el baño junto con su funda, y regrese a la entrada de mi casa, venían llegando los policías, les explique todo lo que vi y ellos me hicieron unas preguntas mas, desataron el ladrón, regresándome la cuerda y la cinta de karate, por suerte esta ultima no se manchó de sangre, hicieron que se pusiera de pie el criminal y se lo llevaron en la patrulla. Los paramédicos que venían con los policías entraron y se llevaron los cuerpos de mis ahora difuntos padres y hermano. Se disculparon conmigo a lo que yo solo asentí seria y se retiraron. Un último policía que estaba esperando a que todos se fueran se acerco a mí

-¿Qué edad tienes? –

-15 –

-¿Dónde estudias? –

-Colegio México-

-Dame el número de algún familiar tuyo que pueda venir rápido, quien sea –

Le di el numero de mi tía/ madrina, era mi tía por ser prima de mi mamá y mi madrina de confirmación. El oficial tomo su teléfono y les explico la situación, después de hablar por como media hora con mi tía y con su esposo, me dio el teléfono a mi

-¿Estas bien? ¿No te hicieron daño? Apenas amanezca salimos para Piedras –

-Si estoy bien tía, no me paso nada, yo le hice mas daño al ladrón – dije tratando de sonreír un poco, pero simplemente no podía, era como si no pudiera controlar mis propios gestos, no podía sentir ni una pizca de felicidad en estos momentos, y en lugar de sentirme triste, sentía una gran rabia en mi interior, ganas de matar a alguien, pero no lo haría pues no soy una asesina, como el… - Vengan con cuidado y asegúrense que de verdad haya amanecido, no es bueno viajar de noche y lo saben –

-Bueno tu quédate en la casa y no salgas para nada, no dejes que nadie entre a menos que seamos nosotros o algún vecino que conozcas y sea de tu confianza –

-Claro –

-Nos vemos en la mañana –

-Si, buenas noches –

Mi tía colgó el teléfono y yo se lo regrese al oficial, este se retiro con un “Cuídate y suerte” y me dejo sola en la casa.

Me dirigí al baño y limpie la sangre que tenía mi katana, con sumo cuidado la puse de vuelta en su funda y guarde todo en mi cuarto. Supuse que me iría con mis tíos cuando vinieran en la mañana así que saque una maleta grande y puse casi toda mi ropa en ella y algunas de mis cosas, posters, libros, videojuegos, etc.

Me acosté de nuevo en mi cama y me quede profundamente dormida.

Me sentía entre despierta y dormida, tenía los ojos cerrados, pues todo estaba oscuro, pero podía escuchar voces afuera de mi cuarto. No me quise mover de mi cama así que solo puse atención a lo que estas voces decían.

-¿Qué haremos con ella? ¿Lo mejor será que se vaya con su madrina a EUA?

- Pues es su madrina de bautismo y comunión, tiene más derecho sobre ella que nosotros –

- Pero ¿Crees que ella quiera irse?, ya de por si su vida cambiara mucho –

- Estos cambios son necesarios, ella necesita una buena vida, y sus padrinos tienen como mantenerla –

- Bueno, hablaremos con ella cuando despierte –

Escuchando esto decidí levantarme de la cama, me mire al espejo y me cepille el cabello y lo recogí en un chongo con unas ligas. Entonces salí del cuarto encontrándome con mi tía Rosy y su esposo Rodolfo. El se casó con ella hace dos años, pero no me acostumbro a llamarlo tío, así que solo lo llamo Rodolfo.

-Hey ¿Cómo estas? – saludo mi tía

-bien – respondí secamente, la verdad no encontraba algo mas que decir

- Que bueno – Dijo Rodolfo – Te llevaremos hoy con nosotros a Morelos, hablamos con tu madrina Cristy y dijo que irían por ti el fin de semana para que te vayas con ellos a Austin –

-Ok, entonces viviré allá ahora ¿no? –

- Si, pero siempre quisiste ir a ver que tal era por allá –

- Si, debe haber muchos asiáticos guapos – dije sonriendo un poco, aunque esa idea me resultaba más emocionante de lo que estaba mostrando.

- Esa es la actitud – dijo sonriente mi tía, supongo que para hacerme sentir bien

- ¿Cuándo van a avisar en el colegio que me voy a ir? ¿Puedo ir por mis cosas hoy? Se supone que si tengo clases –

- Bueno, entonces cámbiate, no te pongas el uniforme no creo que te quedes. Te peinas y arreglas y vamos –

- Ok – Dije y entre a mi cuarto sacando de la maleta un pantalón y una blusa, me cambie, me puse tenis y me peine bien. Ya estaba presentable así que salí del cuarto.

-La mañana esta fresca, ponte un suéter o algo –

Regrese al cuarto por un suéter y salí lista para irme con mi tía. Subimos al auto y Rodolfo, mi tía y yo nos bajamos. Saludamos al guardia y le pedimos que nos dejara pasar, fuimos a la sección de secundaria, subiendo las escaleras. Entramos directamente a la oficina de la madre directora y mis tíos le explicaron todo, mientras que a mi me dieron la indicación de ir por mis útiles al salón. Eran las 10: 15 a.m.

Llegué a mi salón, el cual se encontraba al fondo del pasillo, y pedí permiso a la profe para entrar

-¿Por qué llega a esta hora y por que no trae uniforme?

-Solo vengo a recoger mis cosas, me van a cambiar de escuela –

-¿Se puede saber por que? –

-Problemas familiares – dije y la maestra se acerco a mi y me pidió que saliéramos del salón – Mi familia murió anoche, fueron asesinados por un ladrón que entro a la casa, yo lo detuve con la espada que tenia en mi cuarto y llame a la policía – dije resumiendo los hechos de la noche anterior lo mas que pude

- Entiendo, lo siento mucho –

- Gracias profe – dije sonriendo un poco, la verdad era que esa profesora me inspiraba mucha confianza, no solo por ser tía de Marcela, una amiga del salón, sino porque era buena onda, explicaba muy bien y no se porque mas. Que suerte que habia llegado a la hora de matemáticas, ya que siendo con otro profesor no le hubiera contado lo que paso.

- Bueno pase a recoger sus cosas rápido – Me dijo entrando ella al salón y entrando yo después, dirigiéndome rápido a mi lugar y empezar a poner en mi caja mis libros.

- Rafael ayude a su compañera con sus cosas –

- Claro –  Respondió el, un chico alto, de cabello negro y con lentes, un amigo Otaku del salón, siempre haciendo reír y diciendo tonterías cuando la profe no lo veía.

Los libros que no cupieron en la caja los lleve cargando yo en mis brazos mientras que Rafael iba cargando la caja, la sacó del salón y yo también me quede afuera y el volvió a entrar al salón.

Saqué mi celular de la bolsa del pantalón y vi que eran las 10: 20, y justo cuando lo guardé de nuevo, sonó el timbre que daba la salida a los alumnos a receso. Esperé afuera del salón de 3 A, que estaba al lado del mío, y esperé a que salieran todos, solo mis amigas faltaban, como siempre, y también Carlos, mi novio.

Estaban guardando unas cosas y sacando su dinero para el receso, Carlos me vio y corrió a mi

-¿Por qué sin uniforme? ¿Vas a presentarte en algún evento del colegio? –

-No… yo… me voy de la escuela –

-¿Por qué? –

-Les cuento luego ¿ok? – dije haciendo señas con mi cabeza para que viera que no les iba a contar mientras la profe de Quimica estuviera ahí.

- ok – dijo un poco triste - ¿vienes a receso con nosotros? –

-No puedo, no tardan en salir mis tíos de la dirección, están hablando con la madre –

- Bueno, entonces hablamos después, te hablare por teléfono a tu casa –

-No voy a estar en mi casa, mejor háblame a mi celular –

- Está bien – dijo y me dio un beso en la mejilla como despedida

- También te vamos a hablar al celular, tienes que contarnos todo – Dijo Tefy, una de mis mejores amigas, que ya estaba ahí junto con Mayte y Andrea y escucharon todo de lo que hable con Carlos

-Ok, esperare las llamadas – Dije y ellas salieron del salón y se dirigieron a la salida del pasillo para ir a la cafetería

-¿Puedo saber por que mi mejor alumna se va de la escuela? – Escuché hablar a la profesora de química

- Problemas familiares –

- ¿Qué tipo de problemas? – Hay esta profe siempre lo quería saber todo, pero supongo que era porque se preocupaba por mi

-Mis padres y hermano murieron en manos de un ladrón ayer por la noche –

-Lo siento mucho – dijo ella poniendo su mano en mi hombro a modo de consuelo

-Gracias –

- Bueno, donde estés no pierdas contacto con tus amigos, ellos te aprecian mucho –

- Eso nunca lo haría, para eso existe el internet, siempre hablare con ellos –

- Tengo que preparar otra clase, adiós –

-Adiós profe –

Mis tíos salieron de la dirección y me ayudaron con mis cosas, salimos de la escuela y nos fuimos a la casa por mi maleta y de ahí partimos a Morelos.

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