3: Kim Soo Young
Cuando Jae Joong fue llevado al quirófano, Soo Young se sentó junto a sus padres en la sala de espera. Su reloj estaba próximo a marcar apenas las 6:00 am y el cansancio por no haber dormido en toda la noche estaba comenzando a cobrar factura. Fue entonces que recordó la petición de su hermano y se levantó para ir a un lugar donde pudiera hablar sin molestar a nadie.
Salió del hospital y respiró el aire fresco de la mañana, recorriendo el jardín frente a la entrada principal. Se sentó en una banca debajo de un árbol de cerezos y sacó el celular de Jae Joong de su bolsa.
—YunHo… — repitió el nombre en voz baja mientras deslizaba su dedo por los contactos. No tardó mucho en encontrarlo, supuso que sería el único contacto con un corazón a un lado de su nombre y no pudo evitar sonreír. Moría de ganas de conocer al nuevo novio de su pequeño hermano, de hecho, todas sus hermanas sentían mucha curiosidad.
Soo Young no podía evitar sentirse intrigada. Había visto a Jae Joong pasar por una relación que solo lo lastimaba. Recordar cómo el brillo en sus ojos se había apagado, cómo sus sonrisas se habían vuelto cada vez más escasas y sus silencios cada vez más prolongados lastimaban su corazón.
Sin embargo, la situación parecía ser completamente diferente ahora: llevaban apenas dos meses de novios y podía ver cómo su hermano parecía haber vuelto a la vida. Desde que empezó a recibir llamadas con más frecuencia de su parte mientras estudiaba en Seúl, hasta verlo bailar mientras cocinaba en casa de sus papás o escucharlo reír al mirar su teléfono. No conocía a YunHo aún, pero desde ese momento le agradecía en silencio por el amor que le daba a su hermanito.
No había visto muchas fotos de YunHo, pero lo reconoció de inmediato cuando lo vio en la central de autobuses: alto, cuerpo atlético, cabello castaño oscuro, cara pequeña y apuesta adornada con lentes de montura cuadrada. Alzó la mano cuando estuvo más cerca para que pudiera verla y cuando la reconoció, una sonrisa nerviosa se dibujó en su rostro.
—Mucho gusto, noona, soy YunHo — se presentó, inclinándose casi noventa grados. A Soo Young le pareció muy divertido el nerviosismo de YunHo, pero contuvo su risa.
—El gusto es mío, YunHo-ah, Joongie ha hablado mucho de ti — correspondió el saludo con una sonrisa y comenzaron a caminar juntos hacia el auto. YunHo dejó su pequeña maleta dentro de la cajuela y subió al asiento del copiloto, jugando con sus manos y mirando su teléfono de vez en cuando.
El trayecto de regreso al hospital fue rápido, la mayor parte estuvieron en silencio, salvo por aquellos momentos en los que YunHo le preguntaba sobre el estado de Jae Joong y que lugar ocupaba ella entre todas las hermanas.
—Vamos por algo de comer — dijo Jae Rin, dando suaves palmadas en el brazo de Soo Young para que los siguiera hacia la cafetería. YunHo recién se había presentado con sus padres y lo dejaron solo con Jae Joong en su habitación.
Apenas habían avanzado unos cuantos metros cuando Soo Young se detuvo y dio la media vuelta, dirigiéndose de regreso con Jae Joong.
—Voy a regresarle su teléfono a Jae Joongie, en un momento los alcanzo.
Jae Rin la miró un poco incrédula, pero no preguntó nada, tan solo asintió y siguió andando con su esposo.
Soo Young caminó lento hacia el cuarto y se mantuvo en silencio cuando estuvo frente a la puerta. En un inicio su intención era realmente entregarle su celular a Jae Joong, pero ahora, a punto de girar el picaporte, su mano se negaba a responder el comando. La curiosidad por ver la interacción entre YunHo y Jae Joong era mucha, pero sabía que en el momento en que entrara, cualquier conversación o acción sería interrumpida.
Echó un vistazo hacia el pasillo por donde sus padres se habían ido apenas hacía unos minutos y pensó en regresar con ellos. Ya tendría otra oportunidad para asegurarse de que YunHo era un buen novio para su hermanito. Entonces, como si hubiera recibido una señal, volteó hacia la ventana de la habitación, donde había una pequeña apertura en las cortinas y, si se acomodaba bien, tenía una vista perfecta hacia la cama.
Se acercó lentamente, esperando no ser descubierta, y una sonrisa se dibujó en su rostro sin poder evitarlo.
YunHo estaba acostado junto a Jae Joong, quien dormía tranquilamente. Se encontraba casi en la orilla de la cama para dejarle todo el espacio al menor, abrazándolo con cuidado, repartiendo caricias en su cabello y ocasionalmente un beso en su rostro.
Un suave clic fue lo único que se escuchó antes de caminar hacia la cafetería.
Y una foto abrió la conversación de ese día en el chat de las hermanas Kim.
“Jaejoongie tiene una visita”
El segundo día, mientras volvía con una botella de agua para YunHo, escuchó a Jae Joong quejarse con su novio y desde la entrada del cuarto vio cómo alejaba su mano y derramaba un par de lágrimas.
Soo Young dio un paso dentro de la habitación lista para intervenir, pero se detuvo al presenciar aquella escena.
Como YunHo ayudaba a Jae Joong a sentarse en su cama y acariciaba sus hombros con tranquilidad. Como lo miraba con cariño.
No, no era solo cariño.
Era amor.
El amor parecía desbordarse por los ojos de YunHo.
Y Soo Young sonrió; ninguno de los dos se había dado cuenta de su presencia.
—¿En verdad te duele mucho o solo te sentiste presionado? —preguntó YunHo, aún acariciando sus brazos. — Porque si tienes mucho dolor, tendré que hablarle a tu doctor.
—Solo me sentí presionado… —respondió cabizbajo. YunHo se acercó más y lo envolvió en un abrazo, disculpándose en voz baja.
Jae Joong tenía la indicación de su cirujano de comenzar a caminar ese día y YunHo solo estaba viendo por su rápida recuperación.
“Creo que se van a casar” fue el mensaje que envió Soo Young.
“Ay, por favor, apenas llevan dos meses siendo novios”, respondió Bora.
“Hagan sus apuestas”, dijo Miyeon, abriendo una encuesta en el chat de las hermanas Kim titulado: “Jaejoongie se casa con el pueblerino de Gwang-ju?”

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