martes, 14 de enero de 2025

Broken: Epílogo

 


Unos días después de su cirugía, YunHo fue dado de alta para poder descansar en casa.

Las cosas entre Jae Joong y Sang Hye se tranquilizaron un poco después de que YunHo habló con su familia y a pesar de que no había ofrecido una disculpa por la bofetada que le dio a Jae Joong en el hospital y aún estaba reacia a la idea de dejar que retomaran su relación, la señora Jung no se interpuso más para que el urgenciólogo pudiera llevar a YunHo a su departamento y cuidarlo. 

-Sé que tienen que regresar a Corea, pero pueden visitarnos cuando gusten, en verdad – dijo Jae Joong con tranquilidad. A pesar de todo el drama de los últimos días, no le guardaba ningún rencor a la madre de YunHo. 

Siempre supo que no era de su completo agrado, la familia de YunHo tardó mucho tiempo no solo en aceptar su relación al principio, también en tolerarla. Las cosas habían mejorado muchísimo con la llegada de Seung Jae, a quien los señores Jung adoraban, y habían recibido mucho apoyo de su parte después de su fallecimiento, pero todo ese trabajo que Jae Joong hizo durante 12 años se perdió cuando se separaron. 

Al menos con Sang Hye. 

Estaban esperando terminar con el trámite para darlo de alta cuando Yang Hyun le pidió a Jae Joong salir un momento para hablar, volteó a ver a YunHo y este solo asintió, como asegurándole que todo estaría bien, y salió de la habitación. 

-¿Cómo estás ahora? – preguntó Yang Hyun cuando cerraron la puerta. 

-Estoy… bien – respondió dudoso. 

-Emocionalmente – aclaró el señor Jung. 

-Oh – miró al suelo un segundo y de nuevo a Yang Hyun – Definitivamente estoy mejor que hace cinco años, ha sido un camino muy difícil pero estoy en un mejor lugar ahora – 

-Eso me da gusto Jae Joong – sonrió ligeramente al decir aquello – Sang Hye tardará un poco más en perdonarte pero solo quería decirte que tienes mi apoyo, y el de Jihye… - volteó a ver a YunHo por la ventana del cuarto, quien seguía sentado esperando poder irse.

-Gracias, en verdad – 

-Perder a Seung Jae fue muy triste para todos, ustedes pasaron por lo peor que le puede pasar a un padre y realmente es muy difícil reponerse después de eso. Sé que YunHo está más estable que antes, y me da gusto saber que tú también lo estás. No sé que tanto pasó entre ustedes estos meses pero por favor cuida a mi hijo, ustedes dos se necesitan el uno al otro – 

Jae Joong asintió, sus ojos llenándose de lágrimas que se resistió a dejar salir y Yang Hyun le ofreció un abrazo que correspondió con gusto. 

-Le prometo que así será – 


Jae Joong abrió la puerta de su departamento y entró con YunHo, fueron hasta su habitación y con cuidado lo ayudó a sentarse en la cama. 

-¿Tienes hambre? – preguntó Jae Joong mientras dejaba sus llaves y su teléfono en el mueble a lado de su cama. 

-Mucha, pero quisiera bañarme primero – 

-Prepararé el baño - 

A pesar de que YunHo insistió en que podía bañarse solo, Jae Joong lo terminó ayudando cuando lo vio batallar para moverse. Algo que el cirujano odiaba era sentirse como una carga y depender mucho de los demás, eso Jae Joong lo sabía mejor que nadie, pero también sabía que él era la única persona que podía hacer que cediera ante su orgullo. 

-No me gusta sentirme como una carga – confesó YunHo cuando regresaron al cuarto y Jae Joong se agachó al pie de la cama, quedando a la altura de su pierna y comenzando a secar bien alrededor de su herida. 

-Lo sé – contestó Jae Joong sin dejar de hacer la curación – Pero dijimos en la salud y en la enfermedad ¿no?, es mi turno de cuidarte ahora – se levantó y le dio un suave beso en los labios. YunHo sonrió en el beso. 

Estaban juntos de nuevo y YunHo ya lo había perdonado, pero Jae Joong aún se sentía en deuda con él. Quería demostrarle que esta vez no se iría, que estaría para él y lo cuidaría así como él lo hizo cuando perdieron a Seung Jae. 

Cuando terminó, le dejó ropa en la cama para que terminara de vestirse y fue a la cocina para empezar la comida. Hasta ese momento fue consciente de que él tampoco había comido nada en toda la mañana por estar concentrado en traer a YunHo a casa. 

-Huele delicioso – escuchó de repente en la entrada de la cocina y volteó hacia YunHo, quien avanzaba con ayuda de sus muletas hacia la silla más cercana. 

-Es solo kimchi jjigae – dijo Jae Joong queriendo sonar modesto. 

-Me encanta el kimchi jjigae – respondió YunHo y Jae Joong se sonrojó. 

Sirvió los platos para ambos y se sentó frente a él en la mesa. YunHo agradeció por la comida y se detuvo después del primer bocado, tapó su boca y parpadeó varias veces, sus ojos estaban rojos y parecía que quería llorar. 

-¿Qué pasa? – preguntó Jae Joong de inmediato. YunHo solo negó con la cabeza pero el menor se levantó y rodeó la mesa para verlo más de cerca. 

-No pasa nada – respondió YunHo limpiando una lágrima con su mano. 

-¿Te duele algo?, ¿Me pasé de picante? – insistió Jae Joong. YunHo seguía negando y parecía no poder dejar de llorar, porque por más que se limpiaba las lágrimas estas seguían bajando por su rostro. 

Jae Joong estaba completamente confundido, no sabía que hacer si el hombre frente a él le aseguraba que no pasaba nada. 

-YunHo… - 

-Estoy bien Jae – dijo al tiempo que tomaba su cuchara de nuevo y llevaba comida a su boca. Jae Joong lo observó preocupado pero esperó a que hablara de nuevo – Solo extrañaba muchísimo tu comida – 

Sus ojos se humedecieron también y lo abrazó. YunHo rodeó su cintura y apoyó la oreja contra su pecho. Jae Joong dejó un beso en su cabeza y cuando el mayor alzó la mirada, bajó un poco para besarlo. 

YunHo lloró de felicidad hasta que se terminó el plato y pidió un poco más. 


Por la noche, Jae Joong se acostó junto a YunHo, descansó la cabeza en su pecho y lo abrazó por la cintura, asegurándose de estar lo más cerca posible a su cuerpo sin lastimarlo. 

Era la primera noche que pasaban juntos desde que se reconciliaron. Jae Joong no podía evitar pensar en esas cosas, en esas nuevas primeras veces. 

-¿Qué piensas? – preguntó YunHo acariciando su espalda. Llevaban varios minutos en silencio, las luces del cuarto apagadas y ambos intentaban dormir. – Y no me digas que en nada porque sé que no puedes dormir – 

Jae Joong suspiró, ya no le sorprendía lo bien que lo conocía YunHo. 

-No lo sé… solo tengo muchas cosas en la cabeza – 

-Puedes contarme lo que sea, ¿lo sabes verdad? – apretó el abrazo en su cintura y lo acercó más a su cuerpo. Jae Joong apoyó su mano en el pecho de YunHo y asintió. 

-Estaba pensando que esta es nuestra primera noche juntos como pareja después de mucho tiempo y bueno, no sé si reiniciamos la cuenta sobre nuestra relación o lo retomamos donde lo dejamos, tampoco te pregunté si quieres vivir aquí o prefieres estar en tu departamento, ni… - 

YunHo lo calló con un beso. Jae Joong se apoyó en su codo para poderse levantar un poco y quedar frente a su rostro. Sus ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad de la habitación y podía distinguir los rasgos faciales de YunHo con facilidad. La mano que tenía en su pecho la subió hasta su cara y se acercó de nuevo a besarlo. 

Se besaron por mucho tiempo, en ocasiones solo hacían una pausa para tomar aire y volvían a buscar sus labios. Los besos de YunHo siempre fueron su mayor debilidad y sonrió de solo pensar que por fin podía tenerlos cada que quisiera. 

-Quiero vivir contigo – dijo YunHo entre besos – Donde sea – 

-Y… - continuó Jae Joong pero fue interrumpido de nuevo por más besos. 

-Nuestro aniversario será el mismo, a menos que quieras cambiarlo – 

Jae Joong negó con la cabeza y se apoyó un poco más en YunHo para seguir besándolo. 

-Una última pregunta – 

-Dime – 

-¿Qué somos?, ¿Novios, esposos o… - 

YunHo soltó una carcajada. 

-Eres mi esposo obviamente – 

-Pero legalmente… lo siento – dudó un momento Jae Joong. YunHo apretó su cintura y después subió su mano hacia su rostro, acariciando su mejilla con suavidad. Pudo distinguir una sonrisa en el rostro del mayor. 

-Estamos juntos de nuevo Jae Joongie, eso es lo que me importa, no seas tan duro contigo mismo ¿ok? – 

Cerró sus ojos y dejó que una lágrima escapara de sus ojos, asintió y se permitió recibir el cariño de YunHo. Este volvió a bajar las manos a su cintura y lo buscó para besarlo de nuevo. 

-Te amo – susurró Jae Joong. 

-Te amo Boo – respondió YunHo, haciéndolo sonreír al escuchar aquel viejo apodo.

-Bésame de nuevo amor – 

YunHo no tardó un segundo más en continuar besándolo, esta vez sus besos fueron más intensos y húmedos. Jae Joong gimió cuando YunHo introdujo la lengua en su boca y cuando se separó para tomar aire, le lamió los labios. Se besaban con un hambre que parecía nunca ser saciada. Jae Joong movió su pierna por encima de la de su esposo, solo un poco, cuidando de no tocar la que tenía herida, y YunHo apretó su cintura. 

-Jae Joong-ah – gimió. 

-¿Te lastimo? – preguntó aunque estaba casi seguro que no lo había tocado.

-No… no – susurró, besando su boca con ansias – Tócame más… – su cadera se movió casi instintivamente, buscando más fricción contra la pierna de Jae Joong. 

El urgenciólogo deslizó lentamente su mano por el pecho y el abdomen de YunHo, acariciándolo como si quisiera memorizar de nuevo cada centímetro. Sus dedos jugaron un momento con el elástico de su pijama antes de colarse bajo su ropa interior. 

Ambos gimieron con el contacto. YunHo estaba completamente duro, y Jae Joong trazó su longitud con una caricia firme pero pausada, arrancándole un nuevo gemido que se perdió entre sus labios. 

-Te necesito Jae… - suspiró YunHo sin dejar de ver la mano de Jae Joong moviéndose bajo su ropa. Su cuerpo temblaba con el placer acumulado.

-No podemos hacer mucho… no quiero lastimarte – 

YunHo quiso quejarse pero antes de que pudiera decir algo Jae Joong lo tomó de la mandíbula con su mano libre, obligándolo a mirarlo a los ojos. 

-Déjame cuidar de ti – susurró, antes de deslizarse hacia abajo, dejando un rastro de besos por su cuello y su pecho, hasta llegar al borde de su pijama. 

YunHo se mordió el labio y cerró los ojos mientras sentía los dedos de su esposo bajar su ropa justo lo suficiente. El aire frío de la habitación contrastó con el calor de los labios de Jae Joong cuando los sintió envolverlo y esta vez gimió más fuerte. 

-Jae… - jadeó, su voz entrecortada, mientras apretaba las sábanas al sentir a Jae Joong moverse a un ritmo que lo volvía loco. 

El urgenciólogo chupaba y succionaba, disfrutando con cada estremecimiento del cuerpo de YunHo. Usaba su lengua de la forma en que sabía que a su esposo le encantaba y gemía aún con su boca llena, el placer era mutuo. Saber que era el responsable de que YunHo temblara bajo su cuerpo era suficiente para llevarlo al límite a él también. 

Mantuvo un ritmo constante, YunHo gemía cada vez más seguido y fuerte, su cuerpo temblaba cada vez más bajo sus caricias y sabía que no podría contenerse por mucho tiempo. 

-Jae… ah… voy a… - ni siquiera podía hablar con claridad. 

Movió su lengua una vez más y sostuvo su cadera con fuerza mientras YunHo arqueaba su espalda, su orgasmo estremeciéndolo por completo.  Jae Joong lo tomó todo y después dejó un pequeño beso en su cadera. Cuando volvió a subir a su lado sonrió satisfecho, observando el pecho de su esposo subir y bajar rápidamente, aún tenía sus ojos cerrados pero podía ver la sonrisa en su rostro. 

-Ahora si, necesitas descansar – dio unas palmadas suaves en su pecho y volvió a acomodar su pijama. 

YunHo lo volteó a ver aún sonriendo y colocó sus dedos debajo de su mentón para que alzara la mirada. 

-Creo que me recuperaré más rápido – 

-¿Ah si? – preguntó Jae Joong riendo. 

-Si, tal vez si es diario me recupere en la mitad de tiempo que nos dijeron – 

Jae Joong soltó una carcajada y le dio un último beso a YunHo antes de acomodarse a su lado, rodeándolo con su brazo.


La recuperación de YunHo era lenta pero su pronóstico era bueno, según su traumatólogo durante las citas de seguimiento, recuperaría la función por completo después de retirar los clavos y cumplir con sus sesiones de terapia física. 

Durante todo ese proceso, Jae Joong se encargó de cuidarlo y ayudarlo en todo lo que necesitara. Poco a poco su departamento se fue llenando por las cosas de YunHo y parecía como si el tiempo nunca hubiera pasado. El lugar que antes estaba adornado solo con algunas fotos de Seung Jae ahora tenía fotos de ellos como pareja y también como familia. Los libros de urgencias de Jae Joong fueron acompañados por los de neurocirugía de YunHo en su librero e incluso el closet ahora estaba lleno de la ropa de ambos. 

Parecía como si solo hubieran decidido mudarse a otro país juntos, como si no hubieran estado separados por cinco años. 

Como si solo hubieran decidido empezar de cero después de todo el dolor por el que pasaron. 

-Yunhie-ah – lo llamó Jae Joong desde donde estaba sentado en el sillón de la sala.

Tenían poco de regresar de una sesión de terapia física y YunHo acababa de salir de la ducha. Llevaba puesto un short y una playera de Jae Joong y se secaba el cabello con una mano mientras se apoyaba sobre un bastón con la otra. Le habían retirado los clavos unas semanas antes y eso le facilitaba moverse un poco más, aunque aún no podía volver al hospital a trabajar aún. 

-¿Si Joongie? – 

-¿Quieres ir a cenar hoy?, Vi un restaurante de carne en Yokohama que se ve bueno – 

YunHo se sentó junto a él y le dio un beso en la mejilla.

-Es una cita – 

Jae Joong sonrió al escuchar la respuesta de su esposo. Entre sus ocupaciones en el hospital y los cuidados hacia YunHo en las últimas semanas, ninguno de los dos había pensado en tener una cita. Sus salidas últimamente consistían en ir al parque cercano al complejo de departamentos a caminar un poco y sentarse a ver a los niños jugar los fines de semana. 

-Voy a cambiarme entonces – se levantó Jae Joong y extendió su mano para que YunHo la tomara – Y tú deberías hacer lo mismo, a menos que quieras ir en mi pijama – 

-Tu ropa es muy cómoda – le guiñó un ojo y tomó su mano. 

Mientras se cambiaban Jae Joong no pudo evitar observar la cicatriz en el muslo de YunHo mientras este seguía en ropa interior, apenas abotonándose su camisa. 

-¿Te duele? – se acercó a tocar. 

-Un poco, solo cuando apoyo mucho peso o estoy de pie mucho tiempo – 

 -Lo que te pasa por distraído – dijo Jae Joong en voz baja y YunHo soltó una carcajada. 

-No sé como sobreviví tanto tiempo – 


El camino al restaurante fue tranquilo, con las luces de Yokohama iluminando las calles mientras Jae Joong conducía. YunHo estaba sentado a su lado, observando la ciudad pasar por su ventana, fueron escuchando música y disfrutando de las vistas de la ciudad. En ocasiones Jae Joong extendía una mano para tomar la de YunHo, entrelazando sus dedos y trazando pequeños círculos en el dorso de su mano. Parecía que algunas costumbres simplemente no se perdían, que sus músculos recordaban exactamente como tocar al otro. 

Cuando llegaron, Jae Joong se estacionó frente a un pequeño restaurante de yakiniku que parecía sacado de una película, con un letrero de madera y luces adornando la entrada. 

-¿Cómo supiste de este lugar? – preguntó YunHo con curiosidad mientras caminaban hacia el restaurante. 

-Changmin me lo recomendó – confesó Jae Joong desviando su mirada lejos de la de YunHo.

La sonrisa de YunHo se amplió al escuchar aquello.

-¿Entonces ya no se llevan mal? – 

-No tanto – suspiró derrotado – Sigue siendo un muchacho insolente, pero tengo que admitir que tiene buen gusto por la comida… y en hombres – dijo aquello último en voz baja, su boca esbozando una ligera sonrisa traviesa.   

La risa suave de YunHo lo hizo sonreír también. Su esposo pasó un brazo aldededor de su cintura para atraerlo hacia él y darle un beso en la mejilla. 

-Sé que no fue fácil para ti, pero me alegra que hayan hecho las pases – 

Jae Joong lo miró de reojo, fingiendo disgusto, pero su sonsisa lo delataba. 

-No me hagas arrepentirme de haberte traído aquí – bromeó. Jae Joong sabía que YunHo estaba feliz. Aunque no lo dijera en voz alta, su reconciliación con Changmin significaba algo para ambos. 

Al entrar, el delicioso olor de la carne asada y el carbón les abrió el apetito. El lugar era pequeño y acogedor, con mesas bajas y parrillas incrustadas al centro. El dueño los saludó alegre en cuanto los vio entrar y los guió hacia una mesa libre. 

-Este lugar se ve muy bien – dijo YunHo escaneando el lugar. 

-Llevaba toda la semana con ganas de venir – dijo Jae Joong mientras encendía la parrilla. 

YunHo apoyó su barbilla en sus manos y observó a Jae Joong con una sonrisa que hizo al menor sonrojarse. Tenían casi dos décadas de conocerse y su corazón aún latía rápido y su estómago cosquilleaba cada vez que descubría a su pareja observándolo con tanta atención y amor. 

-Me siento muy consentido hoy – bromeó YunHo

-Siempre eres consentido por mi – replicó Jae Joong, ya estaba empezando a poner los primeros cortes de carne sobre la parrilla. 

El cirujano bajó la mirada por unos segundos sin dejar de sonreír. 

-No te acostumbres, es solo mientras te terminas de recuperar – le advirtió Jae Joong, ninguna nota de seriedad en sus palabras. 

-¿Entonces me tocará cocinar en casa? – 

-Te prefiero lejos de mi cocina – respondió de inmediato. Quería pensar que las habilidades culinarias de YunHo habían mejorado, después de todo tuvo que valerse por si mismo en los últimos años, pero aun así prefería encargarse él de cocinar. 

-Fue solo una vez la que Seung Jae me regresó la comida – dijo YunHo cruzándose de brazos. Jae Joong no pudo evitar soltar una carcajada al recordar esa ocasión. 

Hacer su especialidad en oncología y ser padre no fue una tarea sencilla. Por suerte, para ese entonces YunHo ya se había graduado de neurocirugía y sus horarios eran un poco más flexibles que los de él, por lo que muchas veces fue YunHo quien tuvo que encargarse de cuidar a Seung Jae y hacer de comer para los tres. 

-Seung Jae prefirió esperar a que llegara del hospital por la noche para que le preparara algo porque dijo que se te quemó la comida – le dijo en tono acusatorio y apuntándolo con los palillos. YunHo rió y se limpió una lágrima. Sintió una calidez en su pecho que no podía explicar del todo al caer en cuenta de que era la primera vez que podían hablar de sus recuerdos como familia sin desear morir. 

Sus ojos se llenaron de lágrimas al darse cuenta de que por fin su corazón estaba sanando. 

Ambos estaban sanando. 

-Prueba esto y dime si Changmin tenía razón – le ofreció un trozo de carne con los palillos. YunHo aceptó el bocado, cerrando los ojos mientras saboreaba y asintió varias veces. 

-Si la tiene – 

La cena transcurrió entre risas, bromas nostálgicas y silencios cómodos. Por un momento, el peso de los años pasados, el dolor compartido y los silencios insoportables habían desaparecido. Bajo la cálida luz del restaurante y entre las pláticas de los demás comensales, no había heridas ni cicatrices, solo dos hombres que alguna vez lo fueron todo el uno para el otro. 

Jae Joong sonrió, llevó una de sus manos discretamente hacia el bolsillo de su pantalón y tocó la pequeña caja que ocultó de YunHo con mucho cuidado durante semanas, la esperanza por un nuevo comienzo y por poder reconstruir lo que habían perdido hizo que su pecho se llenara de alegría. 

-¿Cómo te sientes para caminar saliendo de aquí? – preguntó Jae Joong después de un momento de silencio. 

-Podemos caminar un rato – respondió con una ligera sonrisa. 

Terminaron de comer y después de pagar la cuenta Jae Joong manejó por unos minutos sin decirle hacia donde iban. 

-¿Piensas decirme a donde vamos? – preguntó YunHo cuando se estacionaron de nuevo. 

-Vamos al parque Yamashita – respondió antes de bajarse del auto. 

El parque Yamashita brillaba bajo el suave resplandor de las luces nocturnas. El mar se encontraba tranquilo aquella noche, el sonido de las olas golpeando el puerto combinado con la brisa fresca y ligera lo hacían el lugar perfecto para tomar una caminata después de cenar. 

Había pocas personas a esa hora, algunas haciendo ejercicios, otras tomando un paseo en pareja igual que ellos. Se respiraba tranquilidad y paz aquella noche. Aquel parque era uno de los lugares favoritos de Jae Joong, desde su primera visita a Japón cuando era estudiante, caminar por aquel largo parque bajo la luz de la luna lo ayudaba siempre a aclarar sus pensamientos. 

-Me gusta venir a este parque – habló Jae Joong después de unos minutos de silencio en los que solo habían caminado tomados de la mano. 

YunHo cerró los ojos un momento e inhaló el aroma salado del océano. 

-Es hermoso – 

Jae Joong tenía tantas cosas en su corazón que quería decir, tantos sentimientos de arrepentimiento, tantas disculpas y tantas palabras de amor que no sabía por donde empezar. 

-Yunhie – lo llamó Jae Joong cuando se detuvieron cerca del mar – Me arrepiento por haberte lastimado… - 

-Jae… – YunHo quiso interrumpirlo, sabía que iba a negarlo todo, a decirle de nuevo que todo estaba bien entre ellos. Él ya sabía eso, pero necesitaba decir lo que llevaba tiempo en su corazón.

-Pero no me arrepiento de haberme ido – dijo sin dejar hablar a YunHo. Este se quedó en silencio después de escuchar aquello y pensó que tal vez vendría un reclamo de su parte, pero cuando lo volteó a ver solo pudo ver paciencia y amor en su mirada. YunHo asintió, indicándole que tenía toda su atención. Jae Joong inhaló profundo y tomó valor para seguir hablando.

-Quedarme en el mismo lugar solo me hubiera llevado a la locura y lo menos que hubiera querido sería arrastrarte conmigo – lo miró con ternura y acarició su rostro. Esta vez estaba de frente a él, mirándolo a los ojos. – Sé que tú te hubieras hundido conmigo, pero yo no podía permitir eso. –

-Jae Joongie… - YunHo cubrió su mano con la suya, sin alejarla de su rostro – no tenías que sufrir todo esto solo… - 

Jae Joong desvió su mirada de nuevo al mar, dejando que el viento se llevara sus lágrimas.

-Me dolió que te fueras, pero lo entendí… o eso intenté – Continuó hablando YunHo – Solo sé que no te culpé – Hizo una pausa y ahora fue él quien tocó su rostro con cuidado, poniendo solo un poco de presión para que volteara a verlo. 

-YunHo… - 

El mencionado se acercó un poco más y lo abrazó, dejando caer su bastón a un lado de ellos. Jae Joong escondió el rostro en el hueco de su cuello y correspondió el abrazo con fuerza, mojando su camisa con sus lágrimas. YunHo lo esperó hasta que se sintiera capaz de hablar de nuevo y Jae Joong lo agradeció en silencio. 

-Empezar de nuevo aquí me trajo de vuelta a la vida – dijo Jae Joong aún sin separarse de YunHo. Confesar aquello era muy difícil para él, no quería su pareja pensara que él no había ayudado en nada, porque era todo lo contrario. YunHo hizo todo lo que estuvo en sus manos, simplemente él estaba muy en el fondo de su depresión. – Hubo muchas ocasiones en las que quise dejar todo y simplemente dejar de existir, pero pensar en ti me detuvo, pensar en el dolor que te causaría… - 

YunHo se separó un poco de él para poder verlo a los ojos, besó el puente de su nariz y limpió sus lágrimas con el pulgar y asintió, entendiendo todo y sin dejar de mirarlo con amor. 

-Siempre me prometí protegerte y procurar que nunca pasaras dolor… - YunHo habló aún con las lágrimas bajando por su rostro también – Cuando perdimos a Seung Jae supe que eso era inevitable, pero aun así hice mi mayor esfuerzo por amortiguarlo… pero cuando yo empecé a ser la causa de tu dolor yo… no supe que más hacer – 

Jae Joong negó varias veces y lo besó. 

-Nunca fue tu culpa – 

Se separó apenas unos centímetros, sus labios aún rozando los de YunHo, como si necesitara ese contacto para sostenerse

-Nunca fue tu culpa, YunHo – repitió en un susurro, su cuerpo temblando por la intensidad de las palabras que quería decir. 

YunHo lo miró con esos ojos oscuros que siempre parecían ver a través de él, llenos de amor y culpa, pero también de esperanza. Jae Joong respiró profundo intentando poner en orden sus pensamientos. 

-Tú eres la razón por la que yo estoy vivo. No solo porque me salvaste una y otra vez cuando yo no podía salvarme a mi mismo… sino porque tu eres mi hogar – hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas. – Y quiero volver a ese hogar… si tú me lo permites – 

-Jae Joongie… - comenzó a decir YunHo cuando este se separó de él, rompiendo el abrazo. 

Sus ojos se abrieron sorprendidos cuando lo vio arrodilarse frente a él y sacar con manos temblorosas una pequeña caja de terciopelo de su bolsillo. 

-Sé que no podemos borrar lo que pasó y sé que aún tenemos un largo camino que recorrer – Jae Joong abrió la caja, revelando un anillo sencillo pero elegante, grabado con sus iniciales en el interior – Pero me gustaría intentarlo. Quiero caminar de nuevo a tu lado y construir una nueva vida contigo, YunHo ¿Me darías el honor de ser mi esposo de nuevo? – 

Por un momento, el mundo se detuvo. El sonido del mar y de los árboles, las suaves risas de las personas, incluso el leve ruido de la ciudad a la distancia, todo desapareció mientras YunHo miraba el anillo y luego a Jae Joong, sus ojos llenos de lágrimas y amor. 

YunHo no dijo nada al principio y solo se arrodilló con él, tomando sus manos entre las suyas. 

-No tienes idea de cuanto he deseado esto – dijo finálmente, su voz quebrándose mientras una lágrima bajaba por su mejilla – Siempre he sido tuyo Jae… y siempre lo seré – 

Ambos rieron suavemente a través de las lágrimas, y YunHo tomó el anillo de la caja, permitiendo que Jae Joong se lo deslizara en el dedo con cuidado. Después, YunHo lo atrajo hacia sí, abrazándolo con fuerza, como si quisiera asegurarse de que nunca volverían a separarse.

La brisa del mar acarició sus rostros mientras permanecían allí, arrodillados en medio del parque, rodeados por la serenidad de la noche. No importaba el pasado, no importaban los años que habían estado separados. En ese instante, solo existían ellos dos y la promesa de un futuro juntos.


Las primeras personas en enterarse sobre su compromiso fueron Yoochun y Junsu, a quienes YunHo les presumió su anillo por videollamada. Junsu no pudo evitar llorar al verlo e insistió en ser quien diera unas palabras en su segunda boda. 

-Junsu-ah, solo haremos el trámite – dijo Jae Joong riendo al ver la cara de decepción de su amigo y a su esposo dándole palmadas en la espalda. 

-No es justo, Yoochun habló en la primera – reprochó Junsu. 

De hecho había sido YunHo quien dijo que no quería una gran ceremonia, tan solo algo tranquilo. Jae Joong sabía que tenerse el uno al otro ya era más que suficiente para él, incluso si no le hubiera propuesto casarse de nuevo, pero él quería hacer las cosas correctamente y estar legalmente casados sonaba como una buena forma de comenzar. Cualquier deseo que YunHo tuviera respecto a su nuevo comienzo buscaría como cumplirlo y si solo quería ir a la oficina de gobierno a firmar él estaba bien, aún cuando cada cierto tiempo atrapaba a YunHo contemplando el anillo en su dedo con fascinación. 

-Vamos a Gong-ju el próximo mes – dijo Jae Joong después de colgar la llamada con sus amigos.

YunHo asintió y hundió su nariz en el cabello de Jae Joong, respirando esa combinación entre el acondicionador y su propio olor. Estaban acostados y listos para dormir, YunHo lo tenía abrazado contra su pecho, el solo respirar su aroma y escuchar sus latidos lo relajaba, las suaves caricias en su espalda le dificultaban mantener sus ojos abiertos. 

-No le digas a nadie más sobre nuestro compromiso aún – dijo YunHo antes de que se quedara dormido. 

-¿Por qué? – 

-Quiero que sea una sorpresa cuando vayamos a Corea – respondió YunHo y dejó un beso en su cabeza. Jae Joong sonrió y se acurrucó más con su pareja aún cuando sabía que era imposible, no había una parte del cuerpo de Jae Joong que no estuviera cubierta por el abrazo de YunHo. 


Un mes después se encontraban en el aeropuerto de Haneda listos para tomar su vuelo a Incheon. 

-Me estoy hartando de usar bastón, parezco anciano – se quejó YunHo después de hacer check-in. 

-Bueno no eres precisamente joven – soltó Jae Joong. 

YunHo caminaba cada vez mejor, pero aún tenía que usar el bastón como apoyo como condición de su terapeuta para poder viajar al extranjero. A pesar de fastidiarse y frustrarse en ocasiones, ambos sabían que su progreso había sido muy bueno hasta ese momento. 

A Jae Joong solo le gustaba molestar a su prometido diciéndole que era viejo. 

-Tu tampoco tienes veinte años – le recordó YunHo intentando emparejar la discusión. Después de todo, Jae Joong solo era tres años más joven que él. 

-No, pero aún no tengo cuarenta como tú – le guiñó un ojo y sacó su lengua. YunHo usó el bastón para darle un golpe en la pierna y Jae Joong dio un pequeño salto y casi grita, haciendo reír a YunHo. 

-¿Te atreves a hablarle así a tus mayores? – lo regañó entre risas. 

-Tú y yo dejamos de usar honoríficos hace muchos años ridículo – Jae Joong golpeó su cabeza con los pasaportes y se alejó varios pasos rápidamente antes de que YunHo pudiera alcanzarlo. – Además, me gustan los cuarentones sexys – 

Sonrió al ver a YunHo caminar hacia él arrastrando su maleta y extendió su mano para llevar el equipaje de ambos. 

Era la primera vez en mucho tiempo que le emocionaba volver a casa. 


Cuando aterrizaron en territorio surcoreano varias horas después, YunHo fue a comprar algo para comer en el camino a Gong-ju mientras Jae Joong rentaba un carro. Estaba esperando con sus maletas en una banca mientras terminaban de verificar su información y le entregaban las llaves, escaneaba el aeropuerto en busca de YunHo hasta que lo vio de pie afuera de una tienda de conveniencia hablando por teléfono. En un momento volteó hacia donde estaba y le sonrió a lo lejos, y colgó la llamada unos minutos después. 

-Aquí está el vehículo Jae Joong-ssi – le dijo el hombre del mostrador entregándole su licencia y la llave, lo guió hacia el auto y Jae Joong agradeció cuando le ayudó a subir las maletas. 

-¿Listo? – preguntó Jae Joong cuando YunHo llegó con él, le dio un rápido beso en los labios y asintió. 

Aún les esperaban varias horas de camino hacia Gong-ju y Jae Joong cerró sus ojos por un segundo después de dar el primer sorbo a su café, listo para iniciar su viaje en carretera. Habían estado en el aeropuerto de Japón desde la madrugada ya que su vuelo hacia Corea despegaba a las 7:00 am.

El camino a su ciudad natal fue tranquilo, el tráfico era ligero a esa hora. Si todo el camino transcurría sin ninguna eventualidad, Jae Joong estimaba su llegada poco después de la hora de la comida. Estaba deseoso de ver su familia, ya habían pasado varios meses desde su última visita, además, estaba feliz por ir con YunHo de nuevo esta vez. 

Horas después, despertó a YunHo con toques suaves a su hombro cuando se estacionó frente a casa de sus padres. Tomó su mano y lo besó justo donde llevaba puesto su anillo y le peinó un poco el cabello. 

-¿Vamos? – susurró Jae Joong y YunHo asintió, se estiró un poco para poder despertar bien y salieron del auto. 

Su madre siempre era la primera en recibirlo cuando estaba de visita y esta vez no fue la excepción. Jae Rin abrió la puerta con una sonrisa y atrapó en un fuerte abrazo a Jae Joong, quien la correspondió de inmediato. La mujer le dio un beso en la mejilla y varias palmadas en sus brazos y después hizo lo mismo con YunHo. 

-Oh YunHo querido, ¿Cómo sigues? – le preguntó con genuina preocupación. Sus ojos pasaban de su rostro a su pierna y luego el bastón. 

-Estoy mejor, aunque la recuperación es lenta – 

-Estuvo bueno el golpe – dijo Hyuk Su, apareciendo de repente detrás de su mujer y saludando a su hijo con un abrazo. YunHo rió ante el comentario algo avergonzado, Jae Joong los mantuvo al tanto de su condición desde el primer día. 

-La verdad si – respondió YunHo y fue a abrazar al señor Kim también. 

-Deben estar cansados – habló Jae Rin en cuanto estuvieron dentro de la casa, Jae Joong se quitó los zapatos y suspiró en voz alta, necesitaba recostarse al menos un par de horas para poder reponerse después de tantas horas de viaje. 

-Mucho, tomaré una siesta – tomó la mano de YunHo y Jae Rin sonrió al verlos, se acercó a ellos de nuevo y antes de que se fueran detuvo a su yerno. 

-Me da mucho gusto tenerte de nuevo aquí Yunhie-ah – 

YunHo sonrió y se soltó de Jae Joong un momento para tomar a su madre de las manos y hacer una reverencia por varios segundos. 

-Gracias por recibirme de nuevo – 

Hyuk Su los observó desde donde estaba sentado en la sala y Jae Joong notó como su mirada se enfocó en las manos de YunHo y después hizo contacto visual con él. Sabía que había visto el anillo, probablemente su madre también lo había notado al tomar ambas manos de YunHo, pero ninguno de los dos hizo un comentario al respecto, sabía que ambos esperarían hasta que ellos fueran quienes tocaran el tema primero. 

Cuando entraron Jae Joong fue el primero en tirarse sobre la cama, se cubrió los ojos con el brazo y los mantuvo cerrados un momento. La luz del atardecer entraba por la ventana, pintándola de un cálido tono naranja. Escuchó a YunHo caminar alrededor de su cama y un momento después las cortinas se cerraron, dejando que la oscuridad los envolviera para poder descansar mejor. 

Sintió una suave caricia en sus labios y movió su brazo para ver a YunHo aún con sus ojos cerrados después de darle un beso. Estaba sentado en la orilla de la cama y había desabrochado el botón de su pantalón con la intención de dormir más cómodo, pero Jae Joong tuvo otra idea al observarlo. Llevó su mano hacia la nuca de YunHo y lo atrajo hacia si para besarlo de nuevo, esta vez de una forma más intensa y el mayor no dudó en seguirle el ritmo, inclinándose sobre su cuerpo con cada segundo que pasaba, buscando tomar más de Jae Joong con cada beso. 

Pronto YunHo tuvo su cuerpo sobre el de Jae Joong y este movió sus caderas ligeramente hacia arriba, buscando más contacto con su prometido y cuando lo escuchó gemir deslizó su pierna por el costado de YunHo, usando la fuerza de sus caderas para girarlos sobre la cama. Se acomodó con cuidado sobre él, apoyando una rodilla a cada lado de sus caderas y YunHo llevó sus manos a sus muslos, apretándolos. 

-¿Seguro que no te duele? – preguntó Jae Joong. Sus piernas temblaban al sostenerlo en aquella posición, en una mezcla de emoción y lujuria. 

-Estoy bien, deja de preocuparte tanto Jae – le aseguró y volvió a acariciar con fuerza las piernas de Jae Joong, poniendo presión en el interior de sus muslos, donde sabía que era más sensible. 

Jae Joong se mordió el labio, ahogando un gemido. A pesar de las ganas que tenía de estar con YunHo, debían ser silenciosos porque estaban en casa de sus padres y no quería que los sorprendieran. 

Sin embargo, cuando apoyó su peso sobre YunHo, este le apretó el brazo suavemente. 

-Espera… mi pierna… - susurró con una sonrisa suave pero firme. 

Jae Joong se detuvo de inmediato. 

-Lo siento… - 

-Estoy bien… solo no creo poder apoyar tanto peso aún – dijo YunHo sosteniéndolo de la cintura. Jae Joong podía ver aún el deseo en sus ojos y la culpa por detenerse, ambos querían seguir, ambos se necesitaban después de tanto tiempo. No podía decir que se habían abstenido de brindarse placer el uno al otro en las últimas semanas, pero sabía que YunHo estaba desesperándose también. Tenerse cerca todos los días y no poder tener sexo era definitivamente la parte más difícil. 

Se acercó a darle un beso y se bajó de la cama, YunHo lo llamó con algo de culpa en su voz y Jae Joong sonrió para sus adentros, fue a cerrar con candado la puerta de su cuarto y regresó de inmediato con él. 

-Vamos a llegar hasta el final – le dijo con seguridad y un tinte de lujuria mientras rebuscaba en su bolso que dejó tirado a un lado de la cama. YunHo lo miró confundido por un segundo y su expresión cambió por completo cuando sacó una pequeña botella de lubricante. 

-Jae Joong-ah… - 

Cuando subió de nuevo a la cama le dedicó una sonrisa traviesa y dejó el lubricante a un lado, sería usado en poco tiempo. Se acercó nuevamente a YunHo y fue dejando besos por su mandíbula y su cuello mientras su mano paseaba lentamente por su torso, abriéndose paso poco a poco por debajo de la playera de YunHo. El mayor gimió suavemente al sentir los dedos de Jae Joong paseando por su abdomen y subiendo hacia su pecho. Pronto el agarre en la cintura de Jae Joong se tornó en un gesto desesperado por despojarlo de su ropa. Con movimientos rápidos por su torso jaló la playera de Jae Joong sobre su cabeza y la lanzó al suelo. Jae Joong hizo lo mismo con la de YunHo y pronto el resto de sus prendas siguió el mismo destino. 

Jae Joong admiró el cuerpo desnudo de YunHo por un momento, deleitándose con aquella vista que tanto le fascinaba y sintió la temperatura subir en su propio cuerpo. Deseaba tanto a YunHo que no podía esperar un día más, y a juzgar por el estado en que se encontraba YunHo, sabía que él tampoco podría aguantar más. 

Tomó la pequeña botella de lubricante y vació un poco del espeso líquido en sus dedos. Dejó nuevamente la botella de lado y con su mano libre tocó el muslo de YunHo, indicándole que separara sus piernas. 

-Abre tus piernas para mi – su voz sonó más grave al decir eso y pudo notar como YunHo se sonrojó. Por lo general era el mayor quien tomaba el control, pero había ocasiones, como esta, en la que sentir a YunHo someterse ante él lo excitaba demasiado. 

YunHo obecedió sin vacilar y Jae Joong sostuvo suavemente su pierna derecha, flexionándola lentamente. 

-¿Este movimiento no te molesta, verdad? – preguntó con cuidado. 

YunHo negó con la cabeza y trató de relajarse. Jae Joong sonrió nuevamente al verlo en un estado tan vulnerable y tan dispuesto a entregarse a él y comenzó a introducir un dedo lentamente. Masajeó suavemente, dejando que YunHo se adaptara y se acercó a besarlo. YunHo se estremecía bajo él y ahogaba sus gemidos en la boca de Jae Joong. Pronto agregó un segundo dedo y sintió como YunHo estiraba su cabello. 

-No puedo esperar un día más Yun… - confesó en un susurró cargado de emoción y deseo. 

-Yo tampoco, Jae Joongie… por favor… - jadeó, su voz entrecordada, y abrió sus piernas un poco más. 

Jae Joong dejó escapar un gemido ahogado e introdujo un tercer dedo, aumentando la intensidad, sintiendo como YunHo temblaba debajo de él. Se inclinó de nuevo y besó su boca apasionadamente, dejando que su lengua se encontrara con la de YunHo en un ritmo que dejaba clara la desesperación de ambos, sus dedos seguían explorándolo, arrancándole gemidos que se perdían en su garganta. 

YunHo estaba hecho un desastre para ese punto y Jae Joong sabía que, si quería, podría llevarlo al límite tan solo con sus dedos.

-No… aún no… - murmuró contra los labios de YunHo y sacó sus dedos lentamente, ganándose un reclamo involuntario. Acarició sus caderas lentamente, tomándose su tiempo para pasar sus manos por su entrepierna, jugando con él. YunHo dejó caer la cabeza hacia atrás contra la almohada, jadeando desesperado. 

-Jae hazlo ya… no puedo esperar más… - suplicó YunHo en un susurro y se aferró a los hombros de Jae Joong en un intento de tenerlo más cerca. 

Jae Joong sonrió y se inclinó nuevamente para besar su cuello, sintiendo a YunHo retorcerse bajo él con tan solo esa caricia. 

-¿Qué es lo que no puedes esperar Yunhie? – 

-Tenerte… - 

-¿Tenerme dónde? – preguntó Jae Joong con tono juguetón, presionando uno de los pezones de YunHo con su pulgar. 

-Dentro de mi… - jadeó – Quiero tenerte dentro de mi – 

-Eso quería escuchar – susurró en su oído y le robó un beso más. 

Tomó nuevamente el lubricante y se preparó rápidamente mientras YunHo lo observaba expectante. Se posicionó con cuidado, asegurándose de no causar ninguna incomodidad en su pierna, y lentamente comenzó a entrar en él. YunHo ahogó un gemido y Jae Joong no pudo evitar murmurar:

-Eres perfecto Yun… - 

El cuerpo de YunHo se arqueó debajo de él y sus manos se aferraron con fuerza a los hombros de Jae Joong, enterrando sus uñas en su piel al sentirlo deslizarse dentro de él. Jae Joong quiso cerrar los ojos pero se contuvo, quería guardar en su memoria cada expresión de su pareja. Sentía tantas emociones en ese momento, el calor de YunHo rodeándolo, sentirlo ajustarse a él y temblar bajo su cuerpo hicieron que su pecho de llenara de amor, de ternura, y sobre todo de pasión. 

La presión era increíble y Jae Joong usó toda su fuerza de voluntar para contenerse hasta dejar de ver rastros de dolor en el rostro de YunHo. 

-Eres increíble… - su voz estaba cargada de deseo y amor. 

Jae Joong jadeó mientras comenzaba a moverse, sintiendo como YunHo lo apretaba más con cada embestida. Tomó sus caderas con firmeza y entró más profundo cada vez, intentando aún hacer el menor ruido posible. La respiración de YunHo era cada vez más agitada y pronto alcanzó el orgasmo. Jae Joong lo siguió poco después y se desplomó sobre YunHo con cuidado de no lastimarlo, ambos recuperando el aliento. 

Peinó el cabello sudado de YunHo hacia atrás con ternura y sonrió suavemente, las miradas de ambos cargadas de amor. 

YunHo le dio un beso en la frente y lo abrazó, sus manos recorriendo su espalda con suavidad. 

-¿Crees que nos hayan escuchado? – preguntó YunHo varios minutos después. 

-No creo – respondió con un tono divertido Jae Joong – Seguro están ocupados con sus cosas – 

YunHo rió, apretando a Jae Joong contra él y mirándolo con una sonrisa burlona.

-¿Seguro? – le dio un suave golpe en el brazo – No quiero ser el tema en la próxima reunión familiar – 

Jae Joong rió junto a él y lo besó de nuevo, esta vez tan solo disfrutando del sabor de los suaves besos de YunHo. 

Ahora si estaba listo para dormir su siesta. 


-Amor acomódate la ropa – dijo en voz baja Jae Joong al salir del cuarto junto con YunHo, deteniéndolo en la puerta para subir su cremallera.

-Parecen recién casados – dijo Soo Young cuando los vio, escaneando a YunHo y después a su hermano.

YunHo se sonrojó y le dio un codazo en el costado a Jae Joong, este solo se encogió de hombros, durmieron tan profundo en ese par de horas que no se dio cuenta del momento en que llegó su hermana. Supuso que si Soo Young ya estaba enterada de su llegada, alguna otra de sus hermanas llegaría pronto. 

-Casi – dijo Jae Joong.

-¿Qué? – preguntó confundida su hermana. 

-Casi estamos casados – respondió mostrando su mano izquierda y YunHo lo imitó, ambos enseñando sus anillos. Soo Young pegó un grito y se tapó la boca, tan solo para abalanzarse sobre tu hermano y su cuñado y envolverlos en un abrazo. 

-¡No puedo creerlo! – exclamó emocionada sin soltarlos. Ambos correspondieron el abrazo y sonrieron, felices por compartir con su familia la emoción por su nuevo comienzo. 


Los primeros dos días en Gong-ju fueron perfectos para la pareja, ambos necesitaban un descanso y cambio de ambiente después de las semanas tan agotadoras que habían pasado y estar en la ciudad natal de Jae Joong les servía para recargar pilas. Dormían hasta tarde, tomaban paseos por el parque y tomaban el té con sus padres por las tardes en el patio trasero.

Sin embargo, el tercer día Jae Joong despertó sin ganas de levantarse de la cama. 

Los días como esos eran cada vez más escasos, pero seguían llegando. Sabía que aquella sensación ya sería parte de su vida para siempre, con el paso de los años había logrado identificar a la perfección cuando no se sentía bien y que necesitaba hacer para pasar un mal día sin que le afectara tanto. 

-Buenos días Boo – susurró YunHo en su oído y le dio un beso en la mejilla. Jae Joong sonrió ligeramente.

-Buenos días Yun - respondió el saludo en voz baja, incluso hablar le costaba ese día. 

-¿Desayunamos? – preguntó al tiempo que se sentaba en la cama y se estiraba. Jae Joong sintió que tuvo que hacer un esfuerzo mucho mayor de lo normal para levantarse de la cama y fue a lavarse la cara, intentando verse normal ese día y salir a desayunar con su pareja.

“Solo son veinticuatro horas” se repitió en su mente. Aquella frase era la que siempre pensaba cuando la depresión parecía ganarle. 

-¿Todo bien Jae Joongie? – preguntó YunHo cuando lo vio jugar con su comida en la mesa del comedor. Sus padres habían salido, por lo que solo estaban ellos dos comiendo en casa. 

-Si, todo bien – respondió con una sonrisa que no llegó hasta sus ojos y tomó un poco de arroz. YunHo asintió sin verse muy convencido pero no presionó.

Lo que sería una visita tranquila a casa de sus padres terminó convirtiéndose pronto en una reunión familiar, parcialmente. Jae Joong amaba a su familia y disfrutaba pasar tiempo con todos ellos, pero había momentos en los que tener a tanta gente a su alrededor, incluso si no estaban todas sus hermanas y cuñados, lo hacía sentirse un poco abrumado. Sus sobrinos corrían por la sala, sus hermanas reían y felicitaban a YunHo cuando les platicaba sobre la propuesta de Jae Joong y él solo necesitaba desaparecer por un momento. 

Se levantó de la mesa en silencio, aprovechando que la atención aún seguía en YunHo y fue a la cocina con la excusa de buscar algo que tomar. Se sirvió agua fresca en un vaso y la tomó de un jalón y se quedó apoyando sus manos sobre la barra, esperando sentirse mejor. Habían pasado meses desde la última vez que se sintió de esa manera, incluso había dejado de tomar antidepresivos, pero en ese momento solo quería aislarse de todos y dormir hasta el día siguiente. Sintió las lágrimas llenar sus ojos y los cerró con fuerza, no tenía razón para llorar, pero se sentía triste, no podía explicarlo. 

-Hey – la voz suave de YunHo desde la entrada de la cocina lo sacó de sus pensamientos y lo hizo abrir los ojos de golpe. Se dio la media vuelta para quedar frente a él. 

-Oh Yun, no te vi venir, ¿necesitas algo? – preguntó intentando sonar normal. 

-¿Qué pasa? – le preguntó preocupado y se acercó a él, acariciando su rostro suavemente. Jae Joong no pudo evitar derramar una lágrima y YunHo lo abrazó de inmediato, dejándolo esconder su rostro en el hueco de su cuello. 

-Nada… solo estoy algo nostálgico – 

YunHo asintió y acarició su espalda.

-Yo también – le confesó – Todo se siente casi como antes – 

Casi. 

Eso era exactamente lo que sentía. 

-Siempre va a doler – susurró Jae Joong sin soltarlo y sintió como YunHo apretó su cintura, pero lo esperó para que continuara hablando. 

-El dolor es el mismo, soy yo quien ha ido creciendo alrededor de él, y a veces es más llevadera esa sensación… - suspiró, expresando por fin aquellas palabras que había guardado en su corazón por un largo tiempo y que por fin sentía que podía no solo aceptar, sino también soltar. 

YunHo deslizó una mano hacia su cabello en una suave caricia y dejó un beso en su cabeza, demostrándole que estaba ahí para él en todo momento. 

-No quiero que suene mal – continuó Jae Joong, intentando mantener su voz firme – amo tenerte aquí, estoy feliz de estar de nuevo contigo… es solo que todo esto me recuerda a la familia que solíamos ser y… - sintió como las palabras se atoraban en su garganta y no pudo continuar más. YunHo se separó un poco, tan solo para poder verlo a los ojos.

-Lo sé – susurró YunHo – Yo también lo extraño como nunca, pero creo que donde quiera que esté, Seung Jae está feliz porque sus papás están juntos de nuevo – 

Jae Joong asintió, sus ojos cerrados y con una pequeña sonrisa comenzando a adornar su rostro. 

-Jae… he estado pensando en algo – habló YunHo con cautela después de unos minutos de silencio. – Quiero que volvamos a casa, a Seúl –

Jae Joong lo miró sorprendido, sintiendo su respiración detenerse un instante. 

-Yun… - 

-No quiero presionarte – continuó YunHo rápidamente, tomando sus manos entre las suyas, entrelazándolas – Solo quiero que lo consideres. La casa… la he mantenido. Contraté a alguien para que hiciera limpieza y diera mantenimiento regularmente. Podemos volver… cuando tu quieras – 

Miró sus manos unidas mientras pensaba en aquella propuesta. La idea de volver a entrar a su casa en Seúl, donde compartieron los momentos más felices de sus vidas pero también unos de los más tristes era abrumadora, pero al mismo tiempo se sintió como una oferta llena de esperanza por su nuevo comienzo. 

Asintió después de unos minutos. 

-Está bien… solo hay algo que me gustaría hacer primero – 

YunHo lo miró con curiosidad. 

 -Quiero limpiar el cuarto de Seung Jae. Quiero donar algunas de sus cosas al orfanato… donde lo adoptamos – 

El rostro de YunHo mostraba sorpresa y comprensión, se quedó en silencio pero apretó sus manos y sonrió con suavidad, dándole su apoyo.


Regresararon a Seúl al día siguiente y cuando YunHo abrió por fin la puerta de su casa, sintió una ola de nostalgia golpearlo en el pecho. La última vez que estuvo ahí fue cuando hizo sus maletas y dejó a YunHo, una parte de él no podía dejar de pensar que aquello era solo un sueño, que todo aquello era producto de su imaginación y de repente despertaría de nuevo en su departamento en Tokio, solo. 

Pero la mano de YunHo tomando su muñeca le indicó que todo era real. 

Recorrió la casa y observó cada detalle, quien sea a quien contrató YunHo hizo un buen trabajo, todo estaba limpio y en su lugar. Faltaban algunas cosas por supuesto, las que tenían en Japón ahora, pero el resto parecía estar intacto, no parecía que hubieran pasado más de cinco años sin habitar la casa. 

Cuando estuvo frente a la habitación de Seung Jae se detuvo. Había pasado tanto tiempo desde que estuvo ahí, pero el dolor se sentía tan fresco como si su partida hubiera sucedido apenas el día anterior. YunHo estaba a su lado, su mano descansando sobre su hombro, mostrándole su apoyo, dándole su tiempo. 

-¿Estás listo? – susurró YunHo y Jae Joong asintió. 

Inhaló profundo y abrió la puerta. Todo seguía exactamente igual, los juguetes alineados en los estantes, los libros apilados a un lado de la cama, los peluches junto a sus almohadas, incluso los dibujos pegados torpemente en la pared. Todo estaba tal como lo recordaba. Jae Joong sintió muchas emociones invadirlo y dudó de su decisión por un instante. 

YunHo bajó su mano de su hombro a su cintura y lo siguió dentro. Una parte de Jae Joong quería solo sentarse en la cama y llorar, como solía hacer cuando se sentía solo, pero se rehusó, y tomó toda la fuerza que tenía para comenzar a trabajar junto a YunHo. Era hora de tener un nuevo comienzo y para poder hacerlo debían curar aquella herida primero. 

Juntos. 

Comenzaron a trabajar en silencio, Jae Joong guardando los juguetes más pequeños mientras YunHo revisaba los libros que Seung Jae solía leer antes de dormir. Cada objeto les traía un recuerdo y en varias ocasiones tuvieron que tomar una pausa. Decidieron quedarse con algunos de los juguetes favoritos de Seung Jae como recuerdo, Jae Joong tenía pensado reacomodar sus libreros y dedicar un espacio en la casa solo para su hijo, para tenerlo siempre presente.

YunHo tomó una camiseta con un estampado de dinosaurio y la sostuvo frente a él. 

-¿Recuerdas cuando Seung Jae insistió en usar esta playera durante una semana completa? – preguntó con una sonrisa melancólica. 

Jae Joong dejó escapar una risa y su voz se quebró al final.

-Nunca supe tanto sobre dinosaurios hasta que se obsesionó con ellos… -  respondió en voz baja, sus ojos llenándose de lágrimas. 

Dejó por un momento el juguete que sostenía en sus manos y miró a su aldededor, estaban sentados entre cajas de juguetes, ropa y libros, todo lleno de recuerdos felices con su hijo. Pronto las lágrimas comenzaron a caer sin que Jae Joong pudiera detenerlas, y cuando se dio cuenta, vio a YunHo llorando también.  

Sin decir una palabra, YunHo se acercó y lo abrazó. Se quedaron así, sosteniéndose el uno al otro, dejando que las lágrimas se llevaran el dolor que habían cargado por tanto tiempo. 


Días después, Jae Joong se agachó frente a la lápida de Seung Jae. Era la primera vez que lo visitaba junto con YunHo. Dejó un ramo de flores frescas frente a él y se sentó. 

-Seung Jae-ah… hemos vuelto bebé – susurró Jae Joong. El viento fresco de Mayo despeinaba su cabello y nuevamente las ganas de llorar lo invadieron, sin embargo, a diferencia de las ocasiones anteriores, sus lágrimas ahora no solo eran de tristeza. 

YunHo acarició su espalda suavemente y se sentó junto a él, tomándolo de la mano. Jae Joong apoyó su cabeza en su hombro y sonrió. 

Rompió el silencio después de un tiempo y empezó a hablar como siempre hacía cada vez que lo visitaba, como si aquella fuera una visita que haces con alguien que amas y no ves tan seguido, siempre hablando como si Seung Jae siguiera presente, porque lo estaba en sus corazones. Habló sobre como por fin decidieron avanzar y sanar juntos y ahora comenzaban a construir una nueva vida en Tokio; como a pesar del dolor, decidieron hacer una donación al orfanato donde lo conocieron, para que otros niños pudieran sentir un poco del amor que él había traído a sus vidas. 

Junto con YunHo, le dijeron que siempre sería recordado y amado, y sin importar el paso del tiempo ni el lugar en el que se encontraran, siempre estaría con ellos, en su corazón, en sus mentes y en todo lo que hacían. Y por último, aún con un poco de tristeza reflejada en su voz, le agradecieron por haberlos elegido como sus papás.

Cuando por fin se levantaron para marcharse, Jae Joong respiró profundo y miró a YunHo con amor. 

-Te amo Yunhie – dijo en voz baja – Gracias por no rendirte conmigo. Gracias por volver a mi –

YunHo lo atrajo hacia su cuerpo y lo besó por unos segundos. 

-Y yo a ti Jae Joongie – lo miró con una sonrisa – Siempre volvería por ti. Siempre –


Notas finales: 

No les voy a mentir, lloré demasiado escribiendo este final. 

Gracias por seguirme hasta el final de esta historia. He escrito YunJae desde el 2012 y si bien, le guardo mucho cariño a todas mis historias, esta ha sido la más significativa para mi, no solo porque ha vivido en mi mente desde el 2018, sino porque son mis personajes más completos, complejos, humanos y adultos. 

Tengo muchos sentimientos encontrados al terminar esta historia. 

Me siento muy feliz por haber retomado este fic y por haber llegado por fin al final que tanto tiempo pensé. Pero no puedo evitar sentirme un poco triste porque estos Jae Joong y YunHo que inventé en mi cabeza hace 6 años van a dejar de aparecer constantemente en mis pensamientos. 

Hace mucho tiempo tuve el final de la historia en mi mente pero no me sentía capaz de escribirlo, había muchas cosas a las que no había sido capaz de llegar en el fanfic, sobre todo hablando del pasado de los protagonistas, que sentía que no podía avanzar. Muchas cosas sucedieron, la vida, la escuela, las relaciones, los problemas, y todo eso de una u otra manera me hizo detenerme en la escritura, pero al mismo tiempo (y eso es algo que ahora soy capaz de ver porque ya lo pasé), todas esas experiencias me ayudaron a sanar partes de mi que no sabía que tenía rotas, o que no había querido ver que estaban rotas. Y gracias a todo eso al final pude volver a Broken, ahora con una visión más madura de la vida. 

Y creo que fue lo mejor. 

Sé que jamás me leerán pero quiero agradecer a Casey McQuiston por tan perfecta obra que ha sido Red White & Royal Blue, tanto el libro como la película, y a todos los autores de fanfiction de ese fandom, porque gracias a ellos volví no solo a la lectura sino al fanfiction. 

Nuevamente quiero agradecer a Arantxa porque literalmente llegó en el momento que más necesitaba hablar con alguien, me leyó, me escuchó y sobre todo fangirleó conmigo. Y mil gracias por ser la primera lectora de la nueva versión de Broken, ser su fan #1, motivarme a publicarla de nuevo y ayudarme cada vez que me bloqueaba al escribir un capítulo nuevo.

También quiero agradecer a Julio, mi mejor amigo desde hace casi 10 años y ahora roomie, por escucharme contar TODA la trama de Broken, hablar de TVXQ, del YunJae, y todo lo relacionado con el fandom siempre con mucha atención a pesar de no ser fan del Kpop. 

Muchas gracias a todos por leerme hasta el final, en verdad espero que hayan disfrutado este fanfic tanto como yo disfruté escribiéndolo y editándolo estos últimos meses. 

Y por último pero no menos importante, agradecimiento especial a TVXQ por inspirarme siempre en todos los aspectos de mi vida. 

(Gracias Junsu, por imponer tu religión sobre todos tus fans, por siempre xiahnista)

Hasta pronto. 

Always Keep The Faith <3. 

PD. Esperen la traducción en inglés (en ao3) y mis siguientes proyectos. 

A mis lectores silenciosos, ahora si dejenme un comentario perres, quiero saber quienes son JAJA

PD.2: Desapareceré un ratito porque así como mis doctores Kim y Jung, tengo que ser especialista yo también. 

PD.3: Yokohama fue uno de mis lugares favoritos de visitar cuando fui a Japón. Y aquí les dejo el lugar exacto que tuve presente en mi mente mientras escribía como Jae Joong le proponía matrimonio a YunHo. (Siempre he querido que me den anillo en el parque Yamashita, así que no si no es a mí, al menos será a mis personajes lol)





martes, 7 de enero de 2025

Broken: Capítulo 14

 


(YUNHO POV)

17 años antes

Desde que había iniciado una relación con Jae Joong, esa era la primera vez que estaban separados tanto tiempo. Eran vacaciones de verano y se habían ido a sus respectivas ciudades, por lo que YunHo llevaba dos semanas hablando solo por teléfono con su novio. 

-¿Aún te sientes mal? – preguntó YunHo. Estaba acostado en su cuarto después de la cena, teniendo su llamada de todas las noches con Jae Joong. Este le había dicho durante el día que sospechaba tener una gastroenteritis, había vomitado un par de veces y tenía dolor abdominal. 

-Un poco, pero creo que si podré dormir – 

-Cualquier cosa márcame ¿okay? – le dijo YunHo intentando sonar serio. Estaba seguro que Jae Joong estaría bien en uno o dos días pero lo único que deseaba era poder ir a Gong-ju a cuidarlo. Sabía sonaba muy cursi con todo lo que estaba pensando pero no podía evitarlo, en pocas semanas Jae Joong se había convertido en la persona más importante de su vida. 


Por la mañana YunHo despertó con una llamada a las 6:00 am, pensó en ignorarla porque era muy temprano aún pero tomó el teléfono sin abrir los ojos y contestó.

-¿Hola? – 

 -¿YunHo-ssi? – se escuchó la voz de una mujer del otro lado de la línea. YunHo observó la pantalla de celular por un momento y se dio cuenta que lo estaban llamando desde el teléfono de Jae Joong. 

-¿Si? – 

-Soy Soo Young, una de las hermanas de Jae Joong – 

No entendía absolutamente nada de lo que estaba pasando pero le dio a entender a Soo Young que la estaba escuchando. Se sentó en la cama para despertar bien y poder poner atención.

-Jae Joongie está entrando a quirófano, lo van a operar por apendicitis aguda, me dio su teléfono cuando llegamos al hospital y me pidió que te avisara – 

YunHo sintió como si el estómago se le cayera hasta los pies. Apenas unas horas antes recordaba escuchar a su novio relativamente sano antes de despedirse y ahora estaba por entrar a cirugía. 

-¿Puedo ir? – 

-¿Vendrás desde Gwang-ju? – preguntó sorprendida Soo Young. 

-Si… solo son cuatro horas en autobús – 

-Claro YunHo, te enviaré la dirección desde mi teléfono, estamos en contacto, por favor ten cuidado, y no te apures, Jae Joong estará aquí cuando llegues – 

-Gracias noona, mantenme informado sobre su estado por favor – Y después de decir aquello colgó. Todo el sueño que pudiera tener se había esfumado para cuando terminó la llamada y se metió a bañar rápidamente. Tenía que preparar una maleta para varios días y explicar a su familia sobre su repentino viaje. 

Media hora después salió de su cuarto con una mochila y su cartera y teléfono en la mano, pasó a la cocina para tomar agua y se encontró a su madre, recién levantándose para preparar el desayuno de su padre. 

-¿YunHo-ah? – 

-Umma… - 

-¿A dónde vas tan temprano? – preguntó al observar la mochila. 

-Voy a Gong-ju, Jae Joong está en el hospital – 

-¿Está bien? – preguntó preocupada 

-Eso creo, espero… - se escuchaba la angustia en la voz de YunHo – Lo operarán por apendicitis – 

-¿Seguro que quieres irte en este momento?, podrías esperar a que te den más noticias sobre él e ir con más calma – sugirió su madre. 

-Quiero estar con él cuando despierte – 

Sabía que no le agradaba mucho la idea a su madre. Su familia aún no estaba completamente de acuerdo sobre su orientación sexual pero decidieron no interferir cuando cumplió la mayoría de edad y sobre todo, cuando se dieron cuenta de que había estado más feliz en el último par de meses. 

Comió algo rápido,  se despidió sin dar oportunidad para que le dijeran algo más y salió de casa. Compraría boleto para el primer autobús que saliera a Gong-ju. Estaba cansado, no había podido dormir bien durante la noche pero no le importó mucho, le esperaba cuatro horas de camino a la ciudad natal de Jae Joong, ese sería su momento de descanso. 


Se encontró con Soo Young en la central de autobuses para ir juntos al hospital. Jae Joong ya le había dicho que tenía ocho hermanas mayores y como era su relación con cada una de ellas. Todas lo querían y cuidaban mucho, pero Soo Young era la más cercana a él. 

Hasta ese momento YunHo no había caído en cuenta que era la primera vez que vería en persona a la familia de su novio, y pensar en conocer a sus padres lo hizo ponerse nervioso. 

-No estés nervioso – le dijo Soo Young como si pudiera leer su mente. Se acababan de estacionar afuera del hospital. 

-Jae Joong y yo tenemos solo un par de meses siendo novios, no esperaba que fuera esta la manera de conocer a su familia – 

-Lo sé, estoy segura que Jae Joongie piensa lo mismo, él siempre quiere hacer las cosas perfectas – sonrió y puso una mano sobre su hombro en un intento de tranquilizarlo – Pero mis padres te van a adorar YunHo, eres muy lindo – 

YunHo se sonrojó, bajó la mirada y asintió levemente. 

Realmente esperaba que todo saliera bien. 

Se bajaron juntos y siguió a Soo Young dentro del hospital y por más que se repitió a si mismo las palabras de su cuñada, sentía como sus manos sudaban y su corazón latía más rápido con cada paso que daban. Cuando llegaron al piso de cirugía se encontraron a Hyuk Su, el padre de Jae Joong, afuera del cuarto. Acababan de trasladar al joven a una habitación después de estar tres horas en cuidados postoperatorios y su madre estaba asegurándose de que estuviera bien instalado. 

-¿Cómo sigue Jae Joongie? – preguntó Soo Young y fue a abrazar a su padre. El hombre, sin soltar a su hija, volteó a ver a YunHo y después a Soo Young, esperando que los presentaran. 

-Despertó hace un rato, tu madre le está poniendo otra cobija porque dijo que tenía frío – 

-Como un bebé – dijo Soo Young. 

-¿Me vas a presentar a este muchacho? – preguntó Hyuk Su.

-Debería presentártelo Jae Joongie, es su novio – 

YunHo se sonrojó al escucharla decir aquello. Él en su familia no podía decir esas cosas tan a la ligera ni tan abiertamente, aún era difícil para ellos asimilar que tuviera novio, así que siempre se referían a Jae Joong como “su amigo”. 

Hyuk Su se acercó a él y lo observó con detenimiento por unos segundos en los que YunHo estuvo casi seguro que terminaría tomando el autobús de regreso a Gwang-ju en cualquier instante pero después recibió una sonrisa. 

-Así que tú eres el famoso YunHo – le dio unas palmadas en el brazo – Jae Joong no para de hablar de ti – 

YunHo hizo una pequeña reverencia y se presentó aún apenado.

-Soy Jung YunHo, es un placer conocerlo – 

-¿Quieres pasar a ver a Jae Joong? – 

-Si, por favor – respondió con una sonrisa. Hyuk Su abrió la puerta del cuarto para dejarlo pasar y Jae Rin volteó a verlos. 

-Jae Joongie tiene una visita – dijo Hyuk Su y Jae Rin sonrió. 

-Hola, mucho gusto, soy Jung YunHo – 

-Ah, Yunhie-ah, que gusto por fin conocerte, Jae Joongie nos habló de ti – la mujer fue a recibirlo con un abrazo que lo tomó por sorpresa y se agachó un poco para estar a la altura de su suegra y poder corresponderlo. 

-El gusto es mío, Jae Joongie me ha hablado mucho de ustedes también – la tensión en su cuerpo se había disipado por completo una vez que saludó a los padres de su novio y sintió una calidez en su pecho que lo hizo feliz. 

-¿YunHo-ah? – se escuchó la voz de Jae Joong y se acercó a la cama. 

-Aún está un poco drogado – dijo Jae Rin – Los dejaré solos un momento, iremos por algo de comer – le dio unas palmadas suaves en la espalda y YunHo hizo una pequeña reverencia como agradecimiento.

-Hey ¿cómo te sientes? – preguntó YunHo en cuanto cerraron la puerta y estuvo junto a la cama de Jae Joong. 

-Mejor, creo… al menos ya no duele – sonrió un poco y frunció los labios, en espera de un beso. YunHo se agachó para darle un rápido beso en los labios y después en su frente. 

-Por ahora, en lo que se te pasa por completo la anestesia – acercó una silla y se sentó a su lado, tomando su mano y jugando con sus dedos -¿Por qué no me dijiste que te sentías tan mal? – 

-No me dolía tanto cuando nos despedimos anoche – respondió Jae Joong y escuchó como se le entrecortaba la voz – Fue en la madrugada cuando me despertó el dolor y me trajeron a urgencias – 

YunHo peinó su cabello hacia atrás y acarició su rostro con cuidado. 

-Debiste estar muy asustado – 

Jae Joong asintió y cerró sus ojos con fuerza, dejando que las lágrimas bajaran por su rostro. 

-¿Cuándo llegaste? – preguntó Jae Joong unos minutos después. YunHo había estado realmente preocupado por su novio pero cuando pudo entrar al cuarto y verlo despierto sintió tanto alivio, que ahora lo único que quería era reírse de él porque le tomaba mucho tiempo formular oraciones debido al efecto de la anestesia, pero se contuvo, sabía que si se burlaba de él en ese momento el pelinegro solo se pondría a llorar en vez de reírse con él. 

-Hace poco, Soo Young-noona me marcó a las seis de la mañana y me despertó, tomé el primer autobús – 

-Pero Gwang-ju está muy lejos – 

-Dormí en el camino, el tiempo se pasó rápido – 

-¿Tus padres estuvieron de acuerdo? – 

El mayor asintió, no podía decir que le dieron permiso pero tampoco lo detuvieron al salir de su casa. Jae Joong estaba al tanto de la situación con su familia y agradecía que fuera muy comprensivo al respecto. 

Después de un rato YunHo subió a la cama de Jae Joong y se acostó en la orilla a su izquierda, estaba seguro de que cualquier movimiento lo haría caerse, pero hizo su mayor esfuerzo por mantener el equilibrio, apoyó su codo a un lado de la cabeza de Jae Joong y se levantó un poco para poder mirarlo y con su mano libre le acarició el cabello.

-¿Qué te gusta que te hagan cuando estás enfermo? – le preguntó. Jae Joong lo miró sin entender bien a que se refería. 

-¿Cómo? – 

-Si, por ejemplo cuando yo me siento mal me gusta que me acaricien el cabello, así como estoy haciendo ahorita – continuó pasando su mano suavemente por la cabeza del menor. Jae Joong cerró los ojos un momento disfrutando el contacto. 

-Me gusta que me abracen y me acaricien la espalda – respondió. YunHo bajó su mano y acarició ahora su hombro y su brazo – Aunque no creo que sea buena idea intentar dormir de lado para que me abraces – 

-Creo que no – sonrió – Pero puedo abrazarte así – YunHo continuó abrazándolo y dándole cariño y Jae Joong volvió a cerrar sus ojos. Podía notar que tenía sueño y luchaba por mantenerse despierto. 

-Tengo sueño – 

-Duerme bebé, aquí estaré – le prometió YunHo. 

Asintió levemente y dejó de luchar contra sus ojos que era cada vez más difícil abrir conforme pasaban los minutos. 

-Yunhie – dijo Jae Joong en voz baja. 

-¿Mhm? – 

-Te amo – Yunho sintió su corazón palpitar más rápido y como su pecho se llenaba de emociones, tanto que era imposible contenerlas. Era la primera vez que Jae Joong le decía que lo amaba. 

-Yo también te amo Jae – se acercó a besar sus labios. 

-No es la anestesia – dijo cuando se separaron y YunHo sonrió – Solo tengo sueño – terminó de hablar y él solo asintió, entendiendo a que se refería. Incluso si aquella confesión hubiera sido bajo los efectos de algún medicamento, YunHo sería feliz porque sabía que era completamente sincero. 

-Te creo - 

-Yun- lo llamó de nuevo. 

-Dime Jae Joongie – 

-Gracias por venir – 

-Siempre iré hacia ti Jae Joongie, donde quiera que estés – le dio un beso en la frente y después de eso se quedó dormido envuelto en su abrazo. 

“Voy a casarme con él”

Sonaba precipitado pues llevaban dos meses siendo oficialmente novios, pero en ese momento, teniendo al menor en sus brazos y cuidándolo mientras dormía, YunHo supo que quería pasar el resto de su vida con Kim Jae Joong. 


5 años antes

Su casa quedó en completo silencio. Jae Joong acababa de cerrar la puerta con fuerza y lo había dejado solo. Se quedó de pie frente a la puerta esperando que se abriera de nuevo, esperando que su esposo entrara.

Se quedó esperando que Jae Joong volviera.

Hasta que entendió que nunca lo haría. 

YunHo perdió la cuenta de las veces que marcó el número de Jae Joong sin obtener respuesta, y solo dejó de intentar cuando se quedó dormido llorando en el sillón de la sala con el teléfono en la mano. 

Despertó la mañana siguiente con el sonido del timbre y rápidamente fue a abrir, esperando encontrar a Jae Joong. Le pareció raro que no trajera sus llaves, pero tal vez las había perdido, o las había olvidado al salir tan apurado la noche anterior, pero nuevamente perdió sus esperanzas cuando abrió la puerta y vio a Park YooChun, el mejor amigo de Jae Joong. 

-YunHo-ah -YooChun se veía serio y avergonzado – No me gusta vernos de esta forma pero… -

-¿Jae Joong te mandó por sus cosas? – interrumpió YunHo y YooChun solo asintió, mirándolo con lástima. No tuvo tiempo de verse en el espejo antes de abrir la puerta pero estaba seguro que tenía la cara hinchada y los ojos rojos por haber llorado durante tantas horas. 

-Pasa – se hizo a un lado para dejar a YooChun entrar y fueron hasta su cuarto. Su amigo se quedó de pie en la entrada de la habitación observando el desorden en ella. Había algunos cajones abiertos y varias prendas de ropa en el suelo y en la cama. YunHo encendió la luz del closet y sacó una maleta – Esto es de Jae Joong, toma lo que necesites – 

-¿Estás seguro? – 

-No… - su voz se cortó, el nudo en su garganta se volvió más difícil de deshacer y no pudo detener las lágrimas un momento más - ¿Está bien?, ¿Está a salvo? – preguntó. 

No podía ni quería entender las razones de Jae Joong para irse. Pero aún con todos los problemas que pudieran tener al menos esperaba que su esposo estuviera sano y salvo. 

-Lo escuché triste, me marcó llorando, pero no me contó mucho la verdad – respondió YooChun mientras comenzaba a empacar algunas cosas de Jae Joong en la maleta. – En verdad lo siento YunHo, no esperaba que hiciera esto, nunca me dijo nada – se quedaron en silencio unos minutos, YooChun terminó lo más rápido que pudo y salieron de nuevo a la sala. – También me pidió sus documentos, su pasaporte y título – 

-¿Se quiere ir del país? – preguntó incrédulo. 

-No lo sé – 

YunHo buscó los documentos solicitados y se los entregó a YooChun 

-Por favor dime cualquier cosa que sepas de él, no quiero hacer las cosas más difíciles, por eso te estoy entregando sus cosas sin poner resistencia, pero no quiero… no puedo dejarlo ir tan fácil Chun – 

-Por supuesto YunHo, cualquier cosa que necesites sabes que puedes llamarme – guardó la carpeta de documentos en uno de los bolsillos exteriores de la maleta – Sé que están pasando por un momento muy difícil, pero Jae Joong te ama, por más terco y orgulloso que sea – 


1 año antes

YunHo recibió en su escritorio una pila de papeles por parte de su estudiante. Tenía cuatro años viviendo en Estados Unidos y aún no entendía porque cuando le pedía a sus alumnos traer artículos sobre un tema en específico al laboratorio para discutir sus proyectos de investigación, traían consigo todo el artículo impreso. Podían solo llevarlo en su computadora o su teléfono.

“Es un desperdicio de papel” 

Después de divorciarse de Jae Joong aplicó para una alta especialidad en cirugía endovascular y se fue del país. Hacer esa especialidad siempre había sido un sueño, pero nunca pensó en ir a estudiar al extranjero. Si las cosas no hubieran resultado de aquella forma tan trágica él perfectamente lo hubiera hecho en Corea del Sur, había excelentes hospitales y maestros ahí también, pero cuando se inscribió lo único que pudo pensar fue en estar lejos de todas las cosas que le recordaban a Jae Joong. 

-¿Cuántas veces les he dicho que no es necesario traer impresos los artículos? – 

-Lo siento doctor – contestó su alumno – Me gusta más tenerlos impresos para hacer mis notas y poder subrayas las cosas que me parecen importantes – 

El neurocirujano suspiró cansado y lo dejó pasar, no ganaba nada por pelear con un estudiante sobre algo tan tonto. Se puso de pie y preparó una taza de café para ambos, el joven médico le agradeció cuando le ofreció una taza y se fue a sentar en el otro extremo de la oficina para trabajar en su computadora. 

Una de las condiciones que YunHo tuvo que aceptar para poder quedarse en Estados Unidos a trabajar como neurocirujano fue dar clases a los estudiantes de pregrado. El sistema era muy diferente al que estaba acostumbrado y los estudiantes también, pero admitía que le gustaba. Aquellas mentes tan jóvenes siempre tenían ideas innovadoras y eso lo motivó a mejorar como maestro, como médico y como investigador. Ahora, después de 2 años, tenía por fin un laboratorio donde podía trabajar y cada semestre reclutaba a un nuevo estudiante para ser su aprendiz. 

-Encontré un artículo muy interesante que creo que puede servir en nuestro proyecto – dijo Sam, su estudiante. 

-De hecho fue una colaboración entre universidades en Asia, tal vez está al más informado que yo al respecto, pero lo traje de todos modos – se puso de pie y fue hasta su escritorio a revolver entre todas las hojas que tenía YunHo frente a él. Nunca dejaba de sorprenderle la confianza con la que se desenvolvían sus estudiantes en ese país, en Corea nadie se hubiera acercado a mover las cosas de su escritorio sin pedir permiso antes. Sam tomó las hojas en sus manos y las puso encima de las demás. 

-¿Es este? – 

-Si, puede leerlo si gusta, hice algunas notas en los costados y al final – Regresó a su lugar y se puso sus audífonos para ahora si ponerse a trabajar. 

YunHo tomó el artículo con una mano y mantuvo su café en la otra para tomar mientras leía. De repente dejó caer su taza, manchando su pantalón y el piso. 

-¡Maldición! – exclamó YunHo y se levantó rápidamente. Sam se levantó también y se quitó los audífonos de inmediato al escucharlo gritar. 

-¡Doctor Jung! ¿Está bien? – fue rápido a ayudarlo a limpiar el desastre pero a YunHo aquello era lo que menos le importaba. Miró de nuevo las hojas en su mano, arrugadas por el fuerte agarre. 

Initial Emergency Room Triage of Acute Ischemic Stroke

Kim Jae-Joong, Tanaka Kinshi, Yamanashi Irie y colaboradores.

Tenía que ser una coincidencia. 

¿Por qué Jae Joong aparecería en un artículo sobre medicina de urgencias y neurocirugía?

-¿Doctor? – habló de nuevo Sam. El mencionado lo volteó a ver y se alejó del escritorio para que pudieran pasar a limpiar, tomó su computadora y se fue a sentar a otro lugar, cerca de donde estaba Sam hace unos segundos.

-¿Está bien? – repitió 

-Yo… si – respondió nervioso – Solo necesito buscar algo – 

Abrió su computadora y buscó el artículo que tenía en sus manos, dio click en el nombre del investigador principal y encontró algunos más bajo su nombre, todos sobre temas relacionados a urgencias. 

Entonces encontró un video en YouTube sobre una de las más recientes conferencias y por fin lo vio. 

Era Jae Joong. 

Su Jae joong. 

Hablando apasionadamente sobre su investigación en un congreso en China. 

-Necesito irme – dijo YunHo sin mirar a Sam – Estamos libres por hoy, te veo mañana – 

Manejó rápidamente a su departamento y una vez ahí se dedicó a buscar toda la información sobre Jae Joong. 

Un par de horas después, YunHo se encontraba temblando frente al monitor. Tenía varias pestañas abiertas, cada artículo descargado, cada video y cada foto guardados y muchas emociones dentro de su ser que no podía empezar a describir ninguna de ellas porque todo era simplemente demasiado para él. Por un tiempo había pensado que Jae Joong nunca volvería a ejercer la medicina, y no lo culpaba, revivir el dolor de la muerte de su hijo en cada paciente que perdía debía ser lo más horrendo que le puede pasar a alguien. Pero Jae Joong estaba muerto en vida en los últimos meses de su relación, incluso después de su intento de suicidio, del cual nunca más volvieron a hablar, Jae Joong simplemente volvió a trabajar como si nada, sin comentar nada, y un día solo explotó y decidió dejarlo. 

Pensó en la posibilidad de despertar un día con la noticia de que se había lastimado de nuevo, o peor aún, que había logrado esta vez quitarse la vida. Y YunHo simplemente no podía con esos pensamientos. Por eso se mudó a Estados Unidos y no había pisado Corea en todo ese tiempo, por eso borró sus redes sociales y cambió su teléfono y por eso no volvió a buscar nunca a Kim Jae Joong. 

Pero verlo en su pantalla, sonriendo, trabajando y disfrutando de lo que hacía como antes, le hizo darse cuenta del grave error que había cometido. 

Tal vez debió insistir más. 

Tal vez debió seguirlo hasta el final. 

Tal vez seguirían juntos si no se hubiera rendido tan rápido. Si no hubiera tenido tanto miedo de verlo sufrir de nuevo. 

Abrió una nueva pestaña en el navegador y buscó: ¿Cómo revalidar la carrera de neurocirugía en Japón? 

Todo era muy confuso, aparentemente más complicado que en Estados Unidos, pero YunHo pensó que si ya había podido con una de las especialidades más demandantes en dos países, podía hacerlo en un tercero. Sonaba sumamente descabellada la idea de dejarlo todo y mudarse a Japón solo para seguir a Jae Joong pero no podía darse el lujo de rendirse de nuevo, no cuando parecía que el destino le estaba dando una nueva oportunidad para recuperar al amor de su vida. 

-Te dije que iría por ti a donde sea Jae Joongie – 

Ordenó unos libros para refrescar su ya oxidado japonés y se puso a estudiar una semana después y preparar una buena aplicación para trabajar en Tokio. 

Pronto se reencontraría de nuevo con Jae Joong y las cosas mejorarían para ambos. Sanaría el corazón de ambos y no volvería a soltarlo jamás. 



Sentía que había dormido por mucho tiempo pero no había descansado absolutamente nada, no tenía idea de donde estaba, lo último que recordaba fue estar caminando por la calle.

-Jae Joong-ah… - fue lo primero que dijo cuando pudo distinguir con sus ojos entreabiertos la silueta de un hombre. -Tu… maldito… terco - 

-¿YunHo? – 

Esa no era la voz de Jae Joong.

Hizo un esfuerzo por abrir bien sus ojos a pesar de que la luz del cuarto lo cegaba y cuando por fin pudo enfocar bien la vista se dio cuenta de que era Changmin quien estaba frente a él. 

-¿Changmin?, ¿Qué pasó? – Intentó moverse y sintió el dolor recorrerle toda la pierna, fue hasta ese momento que se dio cuenta de que una de sus piernas estaba elevada, inmobilizada y con clavos. 

-Tuviste un accidente anoche –

Volvió a cerrar los ojos y llevó una mano a su rostro, tocando la herida en su frente. 

-¿Qué tan malo? – 

-Lo suficiente para que tuvieras una cirugía de urgencia – respondió Changmin – Lo más grave fue tu fractura de fémur la verdad – 

Suspiró al escuchar la respuesta e intentó acomodarse un poco en la cama sin mucho éxito, moverse sin sentir dolor era muy difícil. Changmin se acercó de nuevo y se ofreció a ayudarlo. 

-Tu familia está aquí, les dije que tenía que revisarte y les pedí que esperaran afuera – 

-¿Quién los llamó?, nunca di el contacto de ellos – preguntó YunHo extrañado. Él solo tenía a una persona como su contacto de emergencia.

-El doctor Kim – 

-¿Jae Joong estuvo aquí? – 

-Si… tu familia no lo quiere mucho ¿cierto? – mientras hablaba se movía por la habitación tomando su equipo para checar signos vitales e iba anotando los valores en el expediente.

-¿Por qué lo dices? – 

-Tu madre le dio una cachetada hace una hora – 

-¿MI MAMÁ HIZO QUÉ COSA? – gritó YunHo e intentó sentarse sin mucho éxito, Changmin se apresuró a detenerlo y regresarlo a su posición inicial para evitar que se lastimara más. 

-Tuvieron una discusión, ella no quería que Jae Joong estuviera aquí y él insistió en cuidarte y fue cuando lo golpeó, un guardia los tuvo que regañar – 

YunHo no podía creer lo que estaba escuchando. En cualquier otra circunstancia hubiera regañado a Changmin por estar de chismoso en vez de estar haciendo algo de provecho, pero en este momento agradecía la curiosidad del joven, de otra forma no se enteraría de estas cosas jamás. Tampoco podía creer que su mamá se haya atrevido a golpear a Jae Joong. Sabía que estaba molesta con él desde que se separaron, pero no pensó que su enojo llegaría a ese nivel. 

Pero lo que más le sorprendía era el hecho de saber que Jae Joong estuvo con él. Probablemente cuidando de él. 

-¿En dónde está Jae Joong? – le preguntó.

-No lo sé – 

-Búscalo por favor – 

-Yo… no creo que sea una buena idea – dudó Changmin. YunHo alzó una ceja y lo miró fijamente. El interno estaba nervioso y evitando su mirada, cosa que no había hecho mientras le platicaba todos los acontecimientos de esa mañana, así que supuso que le estaba ocultando algo. 

-Hay algo que no me has dicho – dijo

-¿Qué? – Changmin se puso más nervioso. 

-Changmin – 

-YunHo – 

-Dime que me estás ocultando – insistió - ¿Qué pasó con Jae Joong? – 

-Yo… - suspiró derrotado y se echó el cabello de la frente hacia atrás – Tuvimos una discusión cuando llegó al hospital – 

-Elabora – presionó YunHo con tono frío y seco. Se estaba desesperando porque el dolor en su pierna aumentaba cada vez más, supuso que estaba metabolizando lo último que quedaba de los anestésicos en su cuerpo y necesitaba tomar algo para el dolor. 

-Una de las enfermeras tomó tu celular cuando llegaste al hospital y estaba por marcarle al doctor Kim cuando él llamó, así que contesté y se enojó al escuchar mi voz – 

-Okay… - 

-Puede ser también que se haya molestado porque le dije que merecías a alguien mejor – 

-¡Shim Changmin! – lo regañó y le dio un golpe con su mano en la pierna. Changmin se quejó y retrocedió unos cuantos pasos para no ser alcanzado de nuevo por YunHo. 

-Estaba enojado YunHo, después de todo lo que has pasado, de todo lo que has hecho y de todas la veces que has sido rechazado, Jae Joong llega refiriéndose a ti como “su esposo”, yo sé que no tengo ninguna posibilidad contigo, nunca la tuve, pero me molestó mucho que tuviera que suceder algo así para que corriera contigo, cuando pudo hacerlo antes – 

YunHo ignoró todo lo que dijo Changmin, su mente solo registró que Jae Joong lo llamara “su esposo”. 

-Changmin… - 

-Entonces solo peleamos por su teléfono, pero al final me lo arrebató, y luego él llamó a su familia – Continuó hablando el menor sin escucharlo.

-Changmin-ah, cállate por favor – dijo YunHo con calma. 

-Lo siento – se disculpó el interno – Nadie aquí conoce su historia juntos, y aun así, parecen estar hechos el uno para el otro, solo ustedes dos idiotas no se dan cuenta como orbitan uno alrededor del otro – 

Sonrió al escucharlo decir aquello. YunHo recordó la razón por la cual le gustaba platicar con los internos, le daban un toque fresco a su trabajo, siempre con su energía y pasión por absolutamente todo lo que hacían. 

No podía molestarse con Changmin por su discusión de Jae Joong, estaba seguro que su ex esposo hubiera explotado incluso si el más joven no lo hubiera provocado, después de todo, llevaba días sintiendo celos de él. 

Sin querer, tal vez por fin estaba logrando que Jae Joong abriera su corazón de una buena vez. 

-Busca a Jae Joong por favor, necesito verlo – 

-¿Si me golpea tú te harás responsable? – le preguntó con algo de miedo. 

-No te va a golpear – le dijo YunHo intentando tranquilizarlo – Espero – le guiñó un ojo y Changmin asintió derrotado y salió de la habitación, prometiendo hacer lo posible para cumplir con su tarea. 

YunHo se quedó viendo al techo cuando por fin estuvo solo. No recordaba absolutamente nada de lo que había pasado la noche anterior por más que se esforzara, pero no parecía tener daño neurológico, o al menos de eso intentaba convencerse él solo. El dolor en su pierna estaba comenzando a aumentar poco a poco y buscó algún control para llamar a enfermería y pedir algún analgésico cuando la puerta se abrió nuevamente y su familia entró. 

La primera persona en abrazarlo fue su madre, quien lo llenó de besos en la cara y le despeinó el cabello. Su padre fue un poco más gentil y solo le dio unas palmadas en el hombro y un ligero abrazo, y Jihye solo se acercó a besar su mejilla y tomarlo de la mano. A pesar de todas las preguntas que tenía, sonrió ligeramente, había pasado mucho tiempo desde la última vez que vio a sus padres en persona y tenerlos ahí con él lo hizo recordar lo mucho que los extrañaba. 

-¿Cómo te sientes cariño? – le preguntó Sang Hye después de terminar con los saludos.

-Un poco adolorido – admitió. 

-Nos diste un gran susto YunHo – dijo Yang Hyun, su padre.

-¿Qué fue lo que pasó? – preguntó Jihye. YunHo se encogió de hombros. 

-La verdad no lo recuerdo bien – 

-Según los paramédicos fue un atropellamiento – 

-No me sorprende si oppa es algo distraído – Jihye se rió de él. -Me sigue sorprendiendo que seas neurocirujano – 

-¡Oye! – la regañó YunHo – En mi trabajo soy muy bueno – 

-Lo sé, solo estoy molestándote – 

-Nunca había estado tan feliz de verlos pelear – dijo la señora Jung con lágrimas en los ojos. 


A pesar de estar feliz por tener a su familia con él, YunHo se sentía incompleto. No podía dejar de pensar en Jae Joong, necesitaba verlo y decirle de una vez por todas que todo lo que estaba sucediendo entre ellos era un malentendido. La única razón por la que YunHo estaba en Japón era porque quería recuperar su amor, nada más. 

Como si hubieran escuchado sus pensamientos, la puerta de la habitación se abrió y todos los presentes voltearon. 

-Jae Joong-ah – habló YunHo en cuanto lo vio. 

-¿Qué haces aquí? – preguntó de inmediato Sang Hye. 

-Dije que volvería – respondió Jae Joong sin titubear. Se quedaron en silencio unos segundos sin despegarse la mirada hasta que su madre volvió a hablar. 

-No eres bienvenido aquí – 

-Soy yo quien decide eso – dijo YunHo y su madre le dirigió una mirada que parecía reflejar sorpresa y algo de traición. 

Jae Joong seguía de pie en la entrada, tan solo había cerrado la puerta para evitar que las personas afuera los escucharan discutir. Mantenía sus manos cerradas en un puño y a sus costados, toda su postura se veía tensa. YunHo podía notar el esfuerzo que le estaba costando a su ex esposo estar ahí, enfrentando a su familia, cuando toda la vida intentó siempre agradarles y hacer la relación más amena para todos. 

-Hijo… - 

-Umma… no quiero pelear, Jae Joong es bienvenido el tiempo que quiera – hizo una pausa para intentar encontrar las palabras adecuadas y volteó a ver a Jae Joong – no quiero tener que elegir entre ustedes y él, porque él también mi familia – 

Vio a Jae Joong inhalar profundo y aguantarse las lágrimas al decir aquello, pero siguió sin moverse de su lugar. No parecía intimidado por su familia.

-¿Aún después de todo lo que haz sufrido? – 

-Sang Hye… - intentó interrumpir Yang Hyun 

-Ambos sufrimos umma – una lágrima bajó por su rostro – Ambos perdimos un hijo – nuevamente vio a Jae Joong y extendió su brazo, invitando a Jae Joong a tomar su mano. A pesar de todas sus peleas en los últimos meses, algo dentro de él le decía que esta vez las cosas serían diferentes. – Quiero recuperar lo que queda de mi familia - 

Su padre se acercó para abrazar a su esposa por encima de los hombros 

-Déjalos, Sang Hye por más que quieras proteger a YunHo, es un adulto – 

Su madre volteó hacia Jae Joong una vez más y asintió sin decir una palabra, se hizo a un lado y lo dejó acercarse. 

-Los dejaremos solos un momento para que hablen – les dijo Yang Hyun y tomó a su esposa y a su hija de la mano para salir de la habitación. 

Cuando por fin estuvieron solos, Jae Joong se quedó de pie a un lado de su cama sin decir nada, tan solo tomó su mano y evitó su mirada. Más de cinco años habían pasado desde que se separaron y YunHo aún podía leer a Jae Joong como un libro, sabía que probablemente estaba pensando en mil cosas y dándole vueltas a todo lo que acababa de pasar.

-¿No te quedará un moretón? – le preguntó. Jae Joong por fin lo volteó a ver y alzó las cejas confundido. 

-¿Perdón? – 

-En tu cara, sé que mi mamá te dio una cachetada – 

-¿Cómo supiste eso? – preguntó Jae Joong cubriéndose la cara avergonzado. 

-Me dijo Changmin – 

-¿Aún con todo lo que pasó sigue encima de ti? – preguntó enojado, soltó su mano pero YunHo fue más rápido y lo atrapó, entrelazando sus dedos y poniendo algo de presión para que no se soltara de nuevo. Contuvo la risa por el cambio tan drástico de emociones del otro. Jae Joong solo desvió la mirada.

-Jae Joong-ah – 

El mencionado solo resopló molesto y continuó viendo hacia la puerta. 

-Jae Joong-ah mírame – 

Jae Joong suspiró y volteó a verlo aún molesto y celoso. 

-No sucede nada entre Changmin y yo, en verdad – aflojó el agarre en su mano y acarició su antebrazo. – Él mismo sabe que no iba a fijarme en nadie más que en ti – 

-¿Entonces por qué fue tan insistente?, incluso se peleó conmigo por ti – 

-También supe eso – sonrió e hizo que Jae Joong se sonrojara. 

El urgenciólogo se mantuvo en silencio, esperando una explicación de su parte. 

-Después de que me besó le dejé claro que no podría suceder nada entre nosotros – 

-¿En serio? – preguntó Jae Joong en voz baja. 

“Ahí está mi Jae Joongie” pensó. 

-Lo prometo – respondió – Nunca tuve intenciones de salir con él, solo me agrada, es un buen muchacho y aprende rápido, además, es el único interno que habla coreano, era más fácil platicar con él que con los demás – 

Jae Joong bajó la mirada de nuevo y sonrió ligeramente. 

-Tienes razón en eso, no tengo que pensar tanto para explicarle cosas - 

-Aunque admito que fue divertido verte celoso y si eso funcionó para hacer que dejaras de ignorarme le debo un buen regalo de graduación a ese niño – 

Recibió un golpe en su hombro después de decir aquello y sonrió ampliamente, aún a pesar de que si le había dolido el golpe. 

-Eres un idiota YunHo – 

-Un idiota que está enamorado de ti – 

-Creí que te perdería para siempre – confesó Jae Joong – No solo por esta tontería de Changmin, yo en verdad me asusté mucho anoche cuando recibí la llamada del hospital – 

-Lo siento – 

-¿Te duele mucho? – señaló su pierna

-Algo – 

Se alejó un poco y fue por su expediente que estaba al pie de la cama para revisar sus indicaciones y salió por un momento del cuarto. No pasaron ni cinco minutos cuando una enfermera llegó, le dio unas pastillas y lo ayudó a cambiar un poco su posición en la cama para que estuviera más cómodo y Jae Joong le agradeció con una sonrisa antes de volverlos a dejar solos. 

-Modifiqué un poco la indicación para que te dieran analgésicos más fuertes – le guiñó un ojo y cerró la puerta. YunHo no pudo evitar sonreír al verlo. Había estado observándolo a lo lejos todos esos meses en el hospital y aún cuando Jae Joong no quería saber nada de él, cada vez que tenía tiempo libre lo contemplaba atendiendo a sus pacientes y sonreía porque se sentía feliz de ver al hombre que amaba trabajar en algo que disfrutaba. 

Además de hacer todo lo posible para recuperar a Jae Joong, otra de las razones por las que había decidido ir a Japón a buscarlo era porque quería ver con sus propios lo que vio en esos videos hace un año, quería ver con sus propios ojos como Jae Joong había vuelto a la vida. 

YunHo le hizo señas con su mano para que se acostara con él. 

-¿No te lastimo? – preguntó Jae Joong al tiempo que bajaba el barandal del lado izquierdo.

-No tanto – 

Se acomodó con cuidado a su lado y YunHo lo sostuvo con su brazo derecho, acercándolo un poco más a él. No había mucho espacio en la cama y era muy complicado moverse pero no quería desaprovechar la oportunidad de ser cuidado por Jae Joong. 

-Lo siento Yun – dijo Jae Joong mientras le acariciaba el cabello, justo como siempre hacía cuando estaba enfermo.

-No me lastimaste – 

-No, no me refiero a eso, lo siento por todo lo que ha pasado – 

-Jae Joongie – 

Jae Joong lo abrazó con fuerza y escondió el rostro en el hueco de su cuello. Se quedó en silencio esperando que hablara. 

-Jae – 

-Espera – 

-¿Qué espero? – presionó YunHo. 

-Cállate – dijo Jae Joong riendo pero aún sin voltear a verlo. – Perdón por lastimarte, perdón por no ver más allá de mi dolor, perdón por ser tan terco y orgulloso y… - 

-Hey – lo interrumpió YunHo y lo obligó a verlo – Ya pasó Jae Joong, te perdono, lo hice hace mucho – 

-Pero yo no… te hice daño Yunhie, tú también estabas sufriendo y fui muy egoísta – 

-Yo también lo fui Jae Joongie, no te castigues más – lo consoló. 

-Te amo YunHo – 

-Jae – 

YunHo estaba sin palabras. Por años soñó con volver a escuchar a Jae Joong decir esas tres palabras y creyó por un momento que jamás volvería a tener ese privilegio. Ahora que por fin tenía a Jae Joong frente a él todo parecía un sueño. 

-Te amo, nunca he dejado de hacerlo, mi corazón dolía cada vez que era consciente de que no estabas a mi lado y que todo había sido mi culpa, lo siento, te amo YunHo, te amo, lo siento, te amo – repitió lo último varias veces y por fin el cerebro de YunHo asimiló que todo era real, que no estaba soñando. 

Ambos estaban llorando para ese punto. 

-Te amo Jae Joongie, te amo tanto – 

Jae Joong tomó su rostro con ambas manos y lo besó. 

-Nunca olvidaremos lo que nos llevó a separarnos… – Jae Joong hizo una pausa para respirar profundo e intentar calmarse un poco – Así que simplemente amémonos ¿si? – 

YunHo lo besó de nuevo y asintió muchas veces, sin dejar de llorar y sin separar sus labios. 


Notas finales:

El artículo es real, solo me inventé los autores (que de hecho si eran japoneses lol)

Ayyyy banda no saben lo emocionada que estaba por subir este capítulo, amé cada segundo de escribir un POV de YunHo en esta historia. 

Espero tengan un excelente inicio de año, gracias por seguir esta historia hasta ahora. 

Nos vemos la siguiente semana con el epílogo :')


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